METEOROS EFÍMEROS © #1 [TRILOGÍA SIEMPRE POR LAS ESTRELLAS]

Capítulo 32

Antes de todo, pido perdón por no poder actualizar el viernes. 

Es que tuve visitas y no me dio tiempo jejeje.

Pero no por ello, he dejado de quereros. 🥰

☆☆ 32 ☆☆

Lillian desde siempre ha sido muy callada. Le ha costado y le sigue costando confiar en la gente. No fue hasta que conoció a Nirali que aprendió a deshacerse de la coraza que tiene —y eso que Nirali aún la tiene—. Se alegra de haberla conocido. Es cierto que es muy borde y torpe a la hora de decir las cosas, sin embargo, puedo contar con ella cuando lo necesita. En la facultad ha dado la cara por ella en numerosas ocasiones. Por eso le está eternamente agradecida.

Nirali es la primera persona en la que piensa al salir al terreno de juego.

Se enfrenta a Roma. Y parece ser que su habilidad es asombrosa y diferente al resto.

—Es simple —su contrincante la saca de sus pensamientos—. Mi habilidad me permite convertirme en cualquier animal, esté, o no extinguido.

Lillian tiene a Roma convertida en leona, enfrente de ella.

—Ya, puedo verlo —responde—. Menuda pasada.

—Yo también lo creo —le muestra sus dientes—. El inconveniente es que yo no elijo en que convertirme, no la domino del todo.

«Estamos a la par, porque yo tampoco domino casi nada mi habilidad.»

—Tendré que ponértelo difícil —suelta inocentemente.

—Mejor, no me gusta lo fácil —las zarpas de Roma son negras y afiladas. Realmente da miedo—. Espero que ambas demos lo mejor de cada una.

—Sí, que gane quien tenga que ganar.

—Estoy deseando ver cuál es tu poder.

—En breves haré tu deseo realidad —agita su mano derecha de un lado al otro.

Roma no le deja actuar y consigue acorralarla contra una de las paredes del estadio. Lillian está casi por rozar la línea prohibida.

Sus amigas y compañeras observan desde las gradas.

—No quiero mirar, no quiero mirar —Aria se tapa los ojos con las manos.

—Aria, no dejes de observar lo que ocurre —le dice Caye sin apartar la vista del estadio.

—¿Eh?

—Tu amiga tiene razón —añade Phil—. Es ahora cuando debemos apoyar a Lillian más que nunca, y eso solo lo podemos hacer observando su batalla.

—En el caso de apartar la vista, estás dando a entender que no tiene ninguna posibilidad con su oponente —matiza Erik—. Por el contrario, si sigues sus movimientos en toda la pelea, significa que tienes confianza en ella, que sabes que saldrá bien, pase lo que pase.