METEOROS EFÍMEROS © #1 [TRILOGÍA SIEMPRE POR LAS ESTRELLAS]

Capítulo 75

<<River flows in you (Yurima (Piano versión))>>

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Jugar una partida de ajedrez es pensar, elaborar planes, y también tener una pizca de fantasía. Para algunas personas es un juego en dónde se debe luchar contra uno mismo. Otras consideran que este juego enseña que incluso un peón, por el camino correcto y con la oportunidad adecuada, puede convertirse en lo que él quiera. No obstante, en esa universidad hay alguien que está seguro de algo y es que ese edificio es como un gran tablero, en dónde tanto de día como de noche el destino juega con los alumnos como si se tratasen de piezas.

Nathan y Susan realizan un chequeo médico a todos los estudiantes. Ella se queda en una sala para las chicas, con el médico correspondiente. Nathan hace lo mismo que Susan en otra, para revisar a los chicos.

Los van mandando al salón según van saliendo de las habitaciones, habiendo comprobado que se encuentran bien, sin problemas de salud.

En la sala les espera el anciano y director de ese edificio.

—Parece que podremos volver a casa pronto. —Austin se estira, sentándose en una de las sillas que rodea la amplia mesa—. Además, hoy es viernes.

—Los del A... no os tomáis muy en serio lo de los enfrentamientos. —Un joven de cabello negro con reflejos azules y ojos claros, se sienta en la otra punta—. Normal que solo ganen los combates los de siempre.

—No saques este tema ahora, Alan. —Gaia, amiga de Belle y Mehr se mete en la conversación—. Suficiente tienen con la clase tan desastrosa que son. Mira que haber avanzado tan poco, en el periodo tan largo que hemos estudiado aquí.

—Gaia, no hables de más. —Le reprende Belle—. Muchos del A están a un buen nivel.

¿Belle Wood acaba de decir algo bueno de ellos?

—¿Qué don tienes tú? —Erik mira al muchacho que ha sacado a relucir los trapos sucios.

—No tengo por qué decírtelo.

—La simpatía en persona. —Suelta Layla.

—Tú tampoco es que estés para hablar, bonita. —Justin mete cizaña.

Austin le da un codazo.

—No le hagas caso a mi hermano, brillitos. —Ríe el otro de los gemelos, añadiendo algo más en un tono bajito—. Por cierto, luego quiero hablar contigo de algo.

«Mierda, me va a sacar el tema innombrable.»

El resto de estudiantes llegan, sentándose en las sillas que van quedando vacías.

El anciano ha estado observando con calma a cada uno de los universitarios. Lleva una carpeta en sus manos, con un montón de documentos.

—Antes de iros a casa... —Pronuncia, con una voz desgarrada—. Os recuerdo que es viernes, por lo que haréis otro enfrentamiento.