METEOROS EFÍMEROS © #1 [TRILOGÍA SIEMPRE POR LAS ESTRELLAS]

Capítulo 24

<<Infinity - Instrumental (Back-On)>>

Esta canción abarca desde este capítulo hasta el 35 (debido a los combates)

☆☆ 24 ☆☆

—Chicos, podéis empezar —Mark les da la señal.

Como una centella, Cyrus se desplaza en dirección hacia Layla. Ella no comprende el por qué, más, no se queda parada. Antes de tenerle enfrente, canaliza energía para poder usar su habilidad lo mejor posible, ya que estuvo practicando en casa la tarde-noche anterior.

Cuando cree tener cerca a su adversario, dispara una descarga eléctrica para pulverizar a su contrincante.

Sin embargo, Cyrus consigue esquivarlo con una pequeña voltereta. Vacilando, roza el brazo de su contrincante con las yemas de los dedos. Seguidamente, se aleja de ella.

—Ya está —dice en tono engreído.

—Si no has hecho nada —responde atónita—. Solo has esquivado mi ataque, y me has dado una palmadita en el brazo. Tómate esto en serio.

—Estás muy equivocada —le reta con una sonrisa—. Ahora te demostraré lo que te he hecho.

«¿Por qué sonríe? Si ni siquiera me ha hecho un rasguño.»

Se dispone a contraatacar de nuevo, pero esta vez hay algo que se lo impide.

Su brazo derecho no responde. Intenta mover el otro, no obstante, en el momento en el que lo hace, su brazo izquierdo tampoco le da respuesta.

—¿Qué me has hecho?

—Ya te está haciendo efecto, ¿eh? —proclama Cyrus—. Y no has visto lo mejor de todo.

Todos los profesores están atentos a lo que ocurre en el campo de batalla.

—Jordan, ¿cómo se llamaba el don de tu alumno?

—Virogénesis —le responde, asomándose por la barandilla de su sector—. Y me estoy empezando a preocupar.

—¿Tan peligrosa puede ser? —cuestionan Victoria y Susan metiéndose en la conversación, asomándose con cuidado.

—¿Peligrosa?, es catastrófica —matiza Jordan—. Su habilidad no solo consiste en inmovilizar el cuerpo de su contrincante. Además, puede generar cualquier sustancia venenosa con solo tocar una zona descubierta del cuerpo. Después, esta se mezcla con la sangre y puede ser mortal para su oponente.

«Y mejor no les cuento lo que le hizo a una de sus mascotas el primer día que se enteró de su don.» «Sé que fue sin querer, pero pobre animal, que en paz descanse.»

—No me estás hablando en serio.

—Sí, Victoria —asiente—. Si no hacemos algo al respecto, la vida de tu alumna terminará en este terreno de juego.