METEOROS EFÍMEROS © #1 [TRILOGÍA SIEMPRE POR LAS ESTRELLAS]

Capítulo 47

<<Santa Fe (Morat)>>

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—¿Y tú como estás tan tranquilo? Pensé que esa chica te molaba.

—Y vuelta a empezar —gruñe June—. No, Oliver, no me gusta.

—Ya,  voy yo y me lo creo.

—Eres libre de pensar lo que quieras —June se aleja de él y se une con los demás.

«Al final has usado el atuendo que mejor te quedaba, Bruni.»

—Ahora que lo sabéis, podemos ir a divertirnos por nuestra cuenta —suelta Aria.

—No, para nada, conmigo no contéis —escupe Oliver.

«Esto se está poniendo interesante.» Mark los observa con atención.

—Tú te vienes conmigo —Oliver secuestra a Mark de un brazo—. Con esas pintas no creo que hayas venido a divertirte en las atracciones.

«Esto va a ser divertido.» June agarra el otro brazo de Mark.

—Chicos, yo voy a ir con ellos. A la salida nos vemos.

«Yo quería ir solo.» Mark luce abatido. Antes de desaparecer entre la multitud, consigue decir algo.

—Nelly, quédate con los compañeros de Nirali, y así los conoces mejor.

—No solo me hace el lío de venir, encima me deja plantada.

A Nelly no le queda otra que quedarse con ellos. No los conoce ni ellos a ella. Bueno, las chicas sí, solo de oídas de Nirali.

Los jóvenes de la doble cita se adentran en una de las atracciones de pintura. Es un gran edificio con cinco pisos. Los jugadores deben llevar un mono negro, junto con unas gafas de visión nocturna. Además, disponen de dos simulaciones de pistolas recargadas con cartuchos de diferentes colores.

—Elegid, ¿hacemos todo el edificio o solo una planta? —cuestiona Val, ajustándose el mono.

—Entero, que mola más.

—Coincido con Luka —ríe Nirali.

—¿Y qué más da? —interroga Snio—. Sea el edificio entero o no, ganaremos.

—Te veo muy confiado —dice Nirali.

—Sabes mejor que nadie que cuando digo algo, lo cumplo —le guiña el ojo y después se ajusta unas gafas de visión nocturna—. A pesar de enfrentarme a ti, voy a salir a ganar.

—Te vas a tragar tus palabras, Snio —se ajusta ambas gafas (recordemos que ella ya es miope)—. Después se hace un moño para mancharse el pelo, lo menos posible—. La apuesta, la ganaremos Val y yo.

—Muy bien, así se habla —Val le toma de la mano para buscar un escondite—. Que comience la guerra de pintura.

Las luces se apagan por completo, una bocina suena dando inicio la batalla.