METEOROS EFÍMEROS © #1 [TRILOGÍA SIEMPRE POR LAS ESTRELLAS]

Capítulo 33

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Los siguientes en salir son Erik y Holly, una alumna del grupo C. 

En el estadio ambos se saludan amistosamente y a los cinco minutos, Holly hace algo que ni el mismo Erik se esperaba.

—No me odies por lo que voy a hacer —cierra los ojos, sin moverse de la posición en la que está—, pero no quiero que nuestro combate dure tanto como lo han hecho los anteriores.

—¿De qué hablas?

Vertiginosamente, Erik se acerca a Holly dispuesto a utilizar de manera astuta su habilidad. En el instante en el que, él está a cinco pasos de ella, el cuerpo de ésta no le responde y con la ligereza de una pluma se desploma en el suelo.

—¿Estás bien? —Erik intenta levantarla, pensando que le ha pasado algo.

—Si yo fuese tú, me preocuparía más por ti —una voz similar a la de su rival suena detrás de él.

La voz se siente idéntica. 

Erik se da la vuelta con rapidez, ya es demasiado tarde. Holly no está. 

«¿Cómo?»

—Estoy dentro de tu cuerpo y puedo controlar todos tus movimientos —la voz de la muchacha vuelve a escucharse—. Por lo tanto, más te vale no hacer alguna tontería. Tu vida depende de mí.

—Entonces, la voz de antes... —suelta Erik—. Mierda.

—Deberías haberme golpeado cuando tuviste oportunidad —añade—. Dejándome fuera de juego. Sin embargo, has interpretado muy bien el papel de héroe, y has venido a socorrerme —ríe—. Ese ha sido tu error.

La joven comienza a hacerse con el control del cuerpo. En primer lugar, obliga a mover uno de los brazos, hasta que consigue levantarlo.

—¿Qué es lo que pretendes con esto?

—Acabaré de una vez.

Finalmente, Holly obliga a los labios de Erik a pronunciar su sentencia final, para pasar a las siguientes batallas.

—Yo, Erik, me retiro —promulga obligado por Holly.

«Mierda.»

—Muy bien, Holly, pasas de ronda —escupe el director.

Holly suelta a Erik y se despide de él con una sonrisa burlona.

Regresan a los sitios, después de ese corto duelo.

—Eso no ha sido justo —reclama Mark.

—¿Usted cree que él podría haber detenido a su oponente de otra manera?

Mark no contesta.

—Lo suponía, no sabe responder.

—Es verdad que no puedo tener la respuesta a todo —susurra a regañadientes—. Por lo menos yo puedo evitar cada uno de los ataques de los chicos que se encuentran aquí, a diferencia de otros.