Sasha Greyson
- "¿Chris-to-pheeer? ¡Chris-to-pheeer!" Te juro que hasta en mis sueños escucho esas palabras con el tonito exacto de ella.
- Creo que exageras un poquito -exclamo de lo más divertida ante la sombría mirada de mi compañero de trabajo-.
- Tú eres la que exagera, Sasha -exhala dejando caer los hombros-. De verdad que cuando me ofrecieron el puesto de asistente adjunto de la leyenda viviente de Miller, salté en un pie hasta que me estrellé contra la realidad.
- Es innegable que la señorita Miller dicta las inversiones más atractivas en la bolsa de Londres. Miles de corredores de bolsa andan pendientes de lo que pueda twittear así sea a mitad de la madrugada.
- Así como la admiran, también la competencia le teme. El sobrenombre de The Maker le queda a la perfección: la creadora de paraísos o infiern...
"¿Chris-to-pheeer? ¡Chris-to-pheeer!"-resonó en el intercomunicador de la oficina, provocando que tanto nosotros como las chicas del área de Análisis de Proyectos nos quedásemos en silencio al instante. La abrasiva y enérgica voz de Mili posee ese innegable efecto, bueno, al menos en esta área donde la escuchamos todos los días. Es curioso que al principio se criticaba que la señorita Miller tuviese un oficina fuera del área. Luego nos sentimos bendecidas porque teniéndola en otro piso no oiríamos las llamadas de atención cuando algo no salía como ella esperaba. Y eso que en esta área hay un par de ex-pasantes que estuvieron conmigo el año pasado cuando nuestra jefa era la "carismática" Yelena Belova. Pero de todas maneras, los 3 coincidimos que la señorita Belova era un pan de Dios si la comparamos con el perfeccionismo de Enchantress Miller. Sin embargo, el número de renuncias o solicitudes de cambio de área son nulas luego de este mes y medio de trabajo.
¿La razón? Simple. Si quieres celeste, que te cueste.
Una carta de recomendación firmada por la señorita Miller es más que suficiente para abrirte la mitad de las puertas en el cielo laboral. No solo en Londres sino también en cualquier ciudad que sea un eje financiero. Y no es complicado de conseguir esa recomendación porque ya es de conocimiento popular que basta con "sobrevivir" a la etapa Miller antes de que ella decida emigrar a otra ciudad para desatar su magia financiera. Pero no deja cabos sueltos, así que en ese mismo día de despedida te llegará a tu correo la preciada carta por la que probaste el infierno durante 6 u 8 meses.
Y todo eso lo sé de muy buena fuente, ya que el año pasado, la suertuda designada a trabajar en la sucursal de Nueva York fue mi amiga Stephania. Ella estuvo en el departamento de riesgos financieros bajo la supervisión de Mili, y ahora mi amiga se encuentra en California trabajando para Google.
- ... y avísale a la señorita Greyson que la espero en mi oficina para que me presente el avance del proyecto del centro turístico de Cambridge. Gracias, Christopher.
Con esas palabras termina su monólogo cortando la llamada y devolviendo el ama a nuestros cuerpos. Si trabajar en un banco ya era full adrenalina, con la señorita Miller ya no puedes ni atreverte a respirar más de lo debido.
- Que tengas suerte -murmuró mi amigo sin apartar la mirada de la pantalla de la computadora mientras tecleaba a toda prisa-.
- Esfuerzo, solo esfuerzo es lo que debo de tener.
Respondí de lo más tranquila al tomar mi tablet y dirigirme al ascensor. No es que Mili le busque imperfecciones a lo que ya es perfecto sino que ella y el resto de nosotros tenemos una percepción distinta sobre la perfección de las cosas. Así que cuando ella dice "presentar un avance" se refiere a que ya debes de tener el informe final del proyecto redactado y con la presentación lista. Luego, ella le dará una minuciosa revisada y si no hay nada qué corregir estampará su firma. Caso contrario, te toca arreglar los errores y volver a pasarte cinco horas de presentación en su oficina.
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Suspiro
RomanceUna discusión sin sentido provocó que Leonor perdiese sus alas. Desde ese día, Sasha no ha podido tener una noche sin que las pesadillas y la culpa le roben sus sueños. El castigo autoimpuesto fue permitir que Leo se casara: renunciando así al amor...