Mal prejuicio.

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La alarma de Sesshomaru sonó desde muy temprano, como había llegado tarde a casa, no se dio el tiempo de cerrar las cortinas, los rayos del sol le llegaron directamente al rostro, frunció el ceño dormido mientras con su única mano, trataba de buscar el celular para apagar la molestosa alarma, iba a cerrar la cortina, pero no tenía su otra mano, abrió los ojos y el sol literalmente lo dejó medio ciego, cuando encontró el teléfono sin querer lo votó al piso, una mañana muy estresante, una muy mala manera de levantarse con el pie izquierdo.

Sesshomaru se sentó con mucha molestia en su cama, respiró con fuerza y se levantó, miró con los ojos entre cerrados el pisó y recogió su celular, apagó su alarma y dejó el celular encima de su cama, caminó hacía la puerta, salió de su habitación para ir al patio de su gran mega mansión humilde, necesitaba tomar un poco de aire, su madre ya había ido a trabajar, estaba sólo, Kagura y Rin aún no llegaban.

Así que Sesshomaru decidió ir a la cocina, sacó lo primero que encontró para desayunar, una caja de leche del refrigerador y unas galletas que estaban en el mueble, bebió leche de la caja primero, dejó la caja encima de la mesa y comenzó a comerse las galletas, cuando terminó dejó todo ahí, como la cocina igual daba al patio trasero salió por allí, hacía mucha calor y como era temprano el sol pegaba más fuerte, él no se preocupo mucho, se acercó a la piscina y se sentó en la orilla mojando sus píes, se sacó la camisa de pijama y allí se quedó, meditando un rato para no seguir con su mal humor, aunque en este momento le gustaría desquitarse con Jaken, pero Jaken aún no llegaba, después le daría una reprenda al pobre, se supone que Jaken era aparte de su amigo su fiel sirviente.

Kagura fue la única que entro a la mega hiper mansión de Sesshomaru,ella fue directamente a ordenar, Rin había amanecido enferma y no pudo venir a trabajar, comenzó por recoger la ropa y lavarla, ordenar la cocina, limpiar el piso lo demás, era más agotador limpiar ella sola, solo por el motivo de que estaba limpiando una mansión ella sola, por suerte, Irasue no era de dejar todas las cosas tiradas como eran algunas señoras, Kagura salió a colgar la ropa húmeda por el calor, y vio a Sesshomaru allí sentado en la orilla de la piscina mojándose los pies, termino de colgar esa ropa y se acercó a Sesshomaru. 

-Es primera ves que te veo aquí ¿Paso algo?- Pregunto Kagura. 

Sesshomaru no quiso responder a eso, simplemente ignoró a Kagura, pero ese descaro no dudaría mucho, Kagura se sentó al lado de él, ella lo pensó antes hablar, pero decir las cosas es lo mejor, mucho mejor que guardar silencio. -Los noto distantes  ¿Que es lo que les pasa?- Preguntó ella nuevamente.

Sesshomaru noto que ella no se iría hasta responderle, Sin mirarla le respondió -No lo se, no quien es el problema, solo quiero protegerla y mi madre quiere alejarme y ni siquiera sabe que es Rin y yo... ya no se que hacer- 

En realidad esto si le importaba a Kagura, mas de lo que debería pero ya se había encariñado con el tonto malhumorado, en realidad era más que cariño y ella lo sabía -Tengo que ser honesta de todas maneras contigo, me gustas... pero no hago nada porque quiero mucho a Rin y jamas me acercaré a ti con otra intención que no sea amistad- Dijo ella mirando el agua de la piscina.

Sesshomaru la miro sin ninguna expresión -Ya lo sabía- Respondió él.    

Ambos se quedaron un buen rato allí sentados mirando el agua de piscina solo pensando. 

...

Rin caminaba sonándose la nariz por los pasillos de la escuela, miro por la ventana, las luces de la ciudad comenzaron a encenderse, por supuesto eso le trajo un pequeño recuerdo, a Sesshomaru le encantaba mirar por la ventana, disfrutaba su silencio, en ese momento le dieron ganas de verlo, pero todo ese pensamiento se acabó cuando se le vino a la mente Kohaku. Sesshomaru tambien iba caminando por el pasillo y ve a lo lejos a Rin, se acercó para saludarla de un beso en la mejilla, pero Rin sin querer se alejó y luego noto que era Sesshomaru.

Sesshomaru la miró sin decir nada, simplemente espero a que ella dijera la primera palabra como siempre, ella solo lo abrazo, la verdad ni ella sabía cómo explicarle esta confusa situación, pero su miedo de no estar acertando con sus sentimientos le ganaba, así que no dijo absolutamente nada.

-Algo sucede y no me quieres decir- dijo Sesshomaru rompiendo el hielo, pero ella no pudo contestar porque justo en ese mismo momento sonó el timbre para entrar a sus clases.

...

Tal vez eran solo niños, unos muy curiosos y divertidos en su momento, ella regaba las plantas del patio de su casa mientras tarareaba una dulce melodía, su madre en la cocina preparando el almuerzo mientras que su marido trabajaba y su otro hijo jugaba con sus autos de juguete, era una vida muy dulce, tranquila y pacífica, solo eran ellos cuatro, ellos cuatro disfrutaban de su espacio, pues tenían una vida aparte de estable humilde, no eran gente de dinero, pero si gente bondadosa, por suerte el padre era un hombre que había conseguido un buen trabajó, en una empresa que parecía ser estable, con un jefe que parecía ser bueno.

La policía toco la puerta, su madre fue a abrir y los dejo entran sin ningún problema, solo ella recuerda el momento en el que su madre hablo con la policía, ellos buscaban algo, a un especie de traficante, pero lamentablemente no lo hayaron en su casa en ese momento ella se preguntó ¿Mi padre esta en problemas? Pero no, el que estaba en problemas siempre fue otro, el jefe que no parecía tan malo, los metía en brechas y más brechas, a cambio de un buen pagó, de un buen trató, cuándo la policía se fue, ella siguió en el jardín cuidando aquellas plantas de su hogar, pero quiso ir más allá, había una pared de concreto que dividía su patio con una de las calles y en esa pared de concreto había una pequeña ranura, ella miro por allí y vio lo que ningún niño debería, un hombre de cabello platinado bajo de un auto negro, ojos dorados y estatura alta, al frente de este hombre había otra persona arrodilla con una bolsa en la cabeza, no pudo deducir si era hombre o mujer, aquel hombre de cabello plateado saco un arma y sin ningún remordimiento disparo.

Ella retrocedió de inmediato al ver aquello.

Un niño jugaba por los pasillos de su casa, su madre trabajaba en casa, el pequeño solía ser muy inquietó en casa pero con otras personas solía ser muy introvertido, muy callado y muy serio, pero dejo su diversión cuando escucho el auto de su padre, corrió hacía la puerta y lo esperó ansioso.

....

Caminaba por los pasillos de la escuela, buscando a quién debía de esperarlo siempre, no la veía por ningún lado, extrañó, era extrañó para él, su amiga dijo que ella estaría por ahí ¿Por ahí donde entonces? Mientras caminaba la peor escena apareció frente a sus ojos, los labios que una vez fueron para él, estaban siendo para otro, las sonrisas que fueron para él eran ahora para otro, quería acercarse, pero no se podía mover, no podía hablar, la rubia e impotencia lo estaba consumiendo por dentro, carcomido cada punto de su ser, quería matarlo, destrozarlo hasta que no quede nada, todo eso y...

El timbre sonó derrepente y él joven despertó totalmente exaltado, miro hacia los lados, estaba en su aula, toda esa terrible escena fue un mal sueño, Sesshomaru paso su mano por su nuca, sintió una mano en su hombro, volteo a mirar.

—Te quiero en la oficina del director, si no vas a prestar atención a mi clase mejor ni vengas— Dijo el profesor.

Sesshomaru asintió sin decir nada y dejo que el profesor se fuese, el se quedó allí sentado.

Pasaron las horas de clases, Sesshomaru en ningún momento quiso salir del aula, cuando era momento de irse no quiso esperar a Rin, simplemente se fue, cuando él llegó a su casa noto que su madre aún no había llegado, no le importó mucho eso, caminó hacía la sala de estar y encendió el televisor, puso sus dibujos animados un rato.

Nuevamente pasaron algunas horas, llegó la madre de Sesshomaru, lo primero que hizo fue ir a la habitación de su hijo, para su sorpresa no estaba dormido, escuchó la televisión de la sala de estat encendida, ella iba a ir a regañarlo, pero noto que el closet de su hijo estaba totalmente desordenado, y lo supo porque él olvidó cerrarlo antes de irse, ella negó con la cabeza y se acercó para ordenarlo, saco toda la ropa y para su sorpresa encontró una cajita, una muy particular al parecer.

El Destino De Conocerte (Sessirin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora