Miedo a disparar.

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Las latas caían como cualquier cosa a tirra, el sonido del cañon era muy fuerte, la chispa saltaba, los casquillos quemaban.

El sonido de carga quizas era satisfactorio, pero se escondía a dos metros detras de esos grandes sacos, para ser un niño, sabía mucho de armas, su padre era un fan de ellas, su padre tenía un pequeño museo de armas en casa, desde armas antiguas a las armas más recientes, en ese lugar de la casa, Sesshomaru no entraba, y no entraba porque su madre se lo impidiera, sino, él le tenía mucho miedo a ellas, no era porque le habían hablado mal de las armas, su misma conciencia de niño le decía "Las armas pueden quitar una vida" y lo más gracioso, era que su padre también se lo dijo una vez.

Sono una fuerte vocina, eso significaba que el tiempo ya había acabado, el vendedor se acercó a su padre, ambos reían y se hacían bromas, Sesshomaru salió de su escondite, se acercó a su padre.

—El es mi hijo, Sesshomaru— Lo presento su padre con el vendedor.

El vendedor entre risas lo saludó, entre bromas decía que el tendría el negocio de su padre, y entre bromas sacaba a la esposa de Takemaru, Izayoi, el tipo de confianza que había entre ellos era único, Totosai era experto en armas, y siempre le vendía a su padre, a buenos precios y buena calidad.

Pasaron tres días después, Sesshomaru jugaba en la alfombra de su habitación, sus juguetes eran su única compañía, pero aveces se aburría de ella, su madre estaba en el patio fumandose un cigarrillo con los nuevos vecinos, su padre seguramente debía de estar en el trabajo, Sesshomaru se levantó y caminó por el pasillo, la habitación de sus padres estaba medianamente abierta, y no había nadie, entró.

Para su sorpresa la caja fuerte estaba abierta, su madre había olvidado cerrarla, pero lamentablemente para un niño de 5 años era muy alto, era curioso, fue a la cocina y sacó una silla, le costo llevarla a la habitación pero lo logró, colocó bien esa silla y finalmente subió, quedo a la altura de la caja fuerte, pensó que encontraría dinero, así como en las películas, dinero, joyas u anillos, y no.

Encontró algo, algo que le dio temor, una pistola, tenía un nombre grabado, "Colmillo de acero" pero lo que el sabía, era que su padre tenía tres, y eran sus favoritas, eso quería decir que se había llevado dos, le tenía miedo a las armas, pero aún así la tomó, pero como el arma era muy pesada, y a pesar de que su padre las manejara nunca las había tomado, sin querer pasó a llevar el seguro, y sin querer paso a sostenerla del gatillo.

Irasue estaba tranquilo teniendo una conversación agradable con sus nuevos vecinos, pero un luego un gran estruendo se escucho dentro de la casa.

Fuera de la casa habían un hombre mueriendo en el cemento, la gente que salió a ver estaba horrorizada por el acontecimiento, cuabdo Irasue llegó, miro a su hijo y él soltó el arma, el arma se volvió a disparar, una bala laca que por suerte no le llegó a nadie, Irasue miro por la ventana lo ocurrido, justo había llegado su esposo, el cual quedo estacionado frente al cuerpo.

Toga bajo del auto, miro la ventana que era donde estaba su habitación, ahí estaba su esposa y su hijo, pero los ojos de Sesshomaru lo decían todo.

Luego en la noche, los tres cenaban en familia, sentados en la mesa, con un silencio verdaderamente tenso, Sesshomaru no lo sentía tan así, ahora estaba más tranquilo, como si no hubiese pasado nada, después de cenar su madre lo llevó a la cama y se quedo dormido.

Toga estaba en la habitación, guardando sus armas en aquella caja fuerte, al escuchar que su esposa había entrado habló. —¿Que fue lo que paso exactamente?— Preguntó Toga.

Irasue se cruzó de brazos —Si no fuera por tus estúpidas armas ésto no hubiera ocurrido—

Toga cerró la caja y se sento en la cama. —Yo no deje la caja fuerte abierta, ademas ¿Donde estabas tú? Esto no hubiera ocurrido si hubieras estado dándole la atención suficiente a Sesshomaru—

El Destino De Conocerte (Sessirin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora