Gran parte del encanto de la fantasía, radica en las majestuosas criaturas que habitan el universo mágico. Por supuesto, nunca falta dentro de una gran historia aquel ser que nos roba el corazón por su humildad, inocencia y/o sabiduría o al que le t...
.Oculto en alguna montaña boscosa o en un paraje congelado, a la altura donde crees poder tocar las nubes, cuentan que se encuentra un ser ancestral de descomunales dimensiones, pelaje abundante, poderosa fuerza bruta e indomable temperamento. Algunos lo conocen como Pie Grande, otros como Sasquatch, el Yeti, el Abominable Hombre de las Nieves, Skunk Ape o Migoi, "hombre salvaje" en lengua Tíbet. Lo cierto es que esta es una criatura que ha despertado el interés de científicos, naturalistas y creadores de contenido en todo el mundo durante décadas, y hoy, queridos lectores, vamos a contarles un poquito de él.
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¿Qué es o quién es?
Bueno, aquí vamos por partes, como dijimos en un principio, el Pie Grande, se trata de una criatura legendaria en varias partes del globo por lo que sus características, al igual que su nombre, cambian de forma ligera dependiendo de la región.
En Estados Unidos, principalmente en los estados donde se encuentran bosques y montañas como en Georgia o humedales como en Florida, se le conoce como Bigfoot, una especie de hombre mono de alrededor de dos metros, cubierto de pelaje anaranjado o marrón, de carácter tímido, veloz y escurridizo, al cual se dice que podría gustarle trepar árboles. Y en Canadá, con un aspecto similar, podemos encontrarlo como Sasquatch.
Mientras tanto, del otro lado del mundo, entre el Tíbet y Nepal, nos presentan al llamado Yeti como un simio mitad oso, de pelo blanco un poco más feroz, cuya forma de comunicación es un aterrador silbido y que se cree, puede habitar cuevas y deambular por lo alto del Monte Everest, pero que, en esencia, comparte casi las mismas características que su primo de América. Sin embargo, investigaciones revelan que la leyenda también tiene escenarios como Rusia, China, Australia, Malasia y Sumatra.
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Avistamientos.
Es así como en los últimos setenta años se han registrado una considerable cantidad de avistamientos que ayudan a formular diversas teorías, como el que dijo presenciar un explorador británico, Laurence Waddell, quien contó haber visto un espécimen en el Tíbet y a partir del cual se desató una ola de anécdotas relacionadas con la criatura. La fotografía que tomó Eric Shipton en 1955 a unas huellas que medían más de cincuenta centímetros en la nieve; la primer grabación de un presunto Pie Grande de Roger Patterson en California en el año de 1967, un corto que ha causado polémica hasta nuestros días; campistas en el Mammoth Cave National Park of Kentucky, practicantes de kayac en el Río Michigan; el ejército indio en el Himalaya en 2019 y Dave Shealy en más de una ocasión dentro de los Everglades de Florida, filmando uno de los vídeos más controvertidos respecto a avistamientos del Sasquatch y en una ocasión compartiendo su sorpresa con un autobús entero de turistas que al igual que él, y según un reportaje del Sentinel de Florida, afirman haber visto algo enorme moverse a la distancia con la descripción de esta bestia de fantasía.
Este último caso, me parece, en particular digno de señalar, pues según el reportaje, Dave, que asevera haber visto a Pie Grande la primera vez cuando niño, dedicó su vida a dirigir la sede de investigación de Pie Grande y Trial Lakes Campground y pasa sus días recorriendo los pantanos de la localidad en busca de más pruebas de la existencia de simios mofeta, como él los llama, que le den, de manera definitiva, la razón frente a sus detractores.
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¿Qué dicen los expertos?
La existencia del Yeti es en definitiva debatible, no existen aún evidencias irrefutables de su existencia como restos fósiles, pruebas de ADN desconocido o la certeza de que los vídeos presentados y huellas no sean fabricados. No obstante, en el umbral, aún cabe la posibilidad de que no solo se trate de un monstruo que vive en el imaginario de la humanidad, sino que, por el contrario, haya una explicación científica detrás. Y por supuesto, como en todo, hay opiniones divididas: por un lado hay quienes dicen, por ejemplo, que es imposible que un simio o similar pueda habitar zonas con extremas bajas temperaturas, otros han desmentido pruebas que parecían contundentes como muestras de cabello que resultaron ser de familias de ciervos (trabajo del mismísimo FBI) y otros animales, otros dicen que las huellas encontradas podrían pertenecer en realidad a osos pardos y Joshua Blu Buhs sugiere que podría tratarse más bien de un distractor social nacido en la Guerra Fría.
Por otro lado, también hay quienes mantienen su mente más abierta y proponen distintas hipótesis que viéndolas bien, no parecen tan descabelladas tomando en cuenta que según algunos otros científicos, todavía desconocemos un 70% de las especies que habitan las profundidades del océano. Es así que Igor Burtsev, de nacionalidad rusa y director del Centro de Hominología, propone que el Yeti es en realidad un tipo de Neandertal que de alguna forma ha sobrevivido a la par de nuestra especie, idea reforzada por Bryan Sykes de la Universidad de Oxford, quien estima que en el ADN de cada europeo se puede hallar entre un dos y cuatro por ciento de Neandertal. Por otra parte, es tanto el interés a nivel internacional, que incluso en Bhután se creó el Santuario de la Fauna de Salteng para proteger el hábitat del Yeti.
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Sea como sea, no podemos negar que la idea de un espécimen de tales características nos ha fascinado por generaciones y por lo cual se ha utilizado su imagen no solo como elemento de atracción turística, sino para explotarlo en libros, series, películas y demás. Y no podemos evitar preguntarnos si en verdad sería tan abominable o más bien adorable encontrarse con uno de estos seres críptidos.
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Tomar o no un bando lo dejamos a tu entero criterio, querido lector. Esperamos que esta entrada haya sido de tu agrado y como siempre queremos leer tus comentarios.
¿Será posible que existan? Y si es así: ¿deberíamos correr o pedirles un cono de helado? ¡Hay tantas incógnitas!
