En Venezuela existe un territorio que parece haberse quedado congelado en el tiempo, uno que presenció el paso de los dinosaurios y la evolución de la naturaleza, manteniéndose inmune a ella. Un lugar que atrae a investigadores, a turistas y a delincuentes ꟷbuscadores de oro, de diamantes y de piedras preciosasꟷ, pero ante todo, hogar de la etnia Pemón, de las familias Arekuna, Taurepan y Karamacoto.
Esta tierra se llama Canaima y aunque es una palabra que llena de orgullo al pueblo venezolano, la mayoría desconoce el oscuro significado que ella encierra.
Auyantepui ꟷpalabra pemón que significa "Montaña del Diablo"ꟷ y el Kerepakupai Vená ꟷ"Salto del lugar más profundo"ꟷ, conocido por la sociedad occidental como Salto Ángel.
ORIGEN.
Canaima proviene de la palabra pemona Kanaimö y es el nombre dado por los arekunas a un espíritu de muerte que ronda la selva en busca de víctimas, llevándose el alma de creyentes y no creyentes.
Se dice que fue un indígena de la etnia Pichaukók, experto en hierbas y poseedor de un gran poder espiritual, que al ser masacrado junto a su pueblo por una etnia aborigen, terminó transformándose en un espíritu de venganza, el cual acecha al pueblo Pemón y a todo ser vivo que penetre en su territorio.
Sin embargo, también se cree que Kanaimö no nació de mujer alguna, sino que es un espíritu que fue ofendido por el exterminio de su raza y que, escuchando el clamor de los muertos de su pueblo, se manifiesta en el mundo de los vivos, cobrándose con almas el fallecimiento de los suyos.
APARIENCIA.
Kanaimö puede tener cualquier tamaño y esconderse en cualquier lugar de la selva: en una piedra, en un árbol, en el río o en una cueva, pero prefiere habitar en el Cerro Venamo.
Con respecto a su apariencia hay dos creencias, una de ellas dice que puede revestirse de carne y hueso, tomando la apariencia de un hombre común y corriente, de marcados rasgos indígenas, que va teñido de carbón y que, gracias a su extraordinaria habilidad espiritual, puede cambiar de forma, transformándose en cualquier animal, preferiblemente en un jaguar, en un oso hormiguero o en una serpiente.
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Bestias de ensueño
AcakGran parte del encanto de la fantasía, radica en las majestuosas criaturas que habitan el universo mágico. Por supuesto, nunca falta dentro de una gran historia aquel ser que nos roba el corazón por su humildad, inocencia y/o sabiduría o al que le t...