Las lágrimas tienen poder

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Cuando Sliab llegó hasta ellos el ceño de Melione estaba fruncido

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Cuando Sliab llegó hasta ellos el ceño de Melione estaba fruncido. Una ráfaga de aire helado movió sus capas al unísono como si indicase el problema que iban a tratar en aquel instante.

―Majestad ―dijo el macho inclinando la cabeza.

Melione chasqueó la lengua, no le gustaba que aquel macho que la había salvado de la muerte la tratase con tanta educación. Tenía una deuda con él y no sentía que estuviera bien que ella estuviera en una posición elevada de poder, pero así se habían desarrollado los acontecimientos.

―Por favor, no me trates con tanto formalismo.

―Está bien. Tenemos problemas, Melione.

―Lo suponía si no te hubiera visto hasta mañana ¿es algo sobre Nathair?

―Me temo que no tenemos noticias de ella, los espías no me han dado nueva información.

El músculo del mentón de Melione se estiró ante su resignación.

―¿Entonces qué es lo que pasa?

Cian se había levantado de la piedra y ella sentía su mirada sobre su nuca, pendiente de todos sus movimientos como un buen guardia. Al principio sus movimientos le habían puesto nerviosa porque no estaba acostumbrada a que nadie le prestara tanta atención, que aprendiera a leer e interpretar sus mimetismos, pero ahí estaba su amigo como un fantasma que velaba por ella. Y ella le agradecía mucho todo aquello porque a pesar de que a veces fuera cargante, le gustaba el hecho de poder tener a alguien al lado y más cuando se sentía sola.

―Tenemos un grupo de sublevados. Hay un lord de las tierras altas que se niega a aceptar tu subida al trono y como Nathair está desaparecida está reclutando pueblerinos para alzarse contra nosotros.

Melione se pinzó la nariz molesta. Otra vez la mierda esta, pensó.

―Muy bien, que lo preparen todo para esta tarde, partiremos cuanto antes a esas tierras.

―¿Cuántos de nosotros?

―Solo Cian y yo.

―¿Qué tenéis pensado?―preguntó Cian.

Melione comenzó a andar hacía el castillo, el joven macho comenzó a recoger sus cosas mientras Sliab la seguía.

―¿Tienes pensado matarlos a todos? No creo que esa sea la solución.

Ella se paró en seco y lo miró a los ojos. El verde de su mirada brillaba en medio de las arrugas de sus ojos.

―Estoy empezando a pensar que tengo una fama de loca asesina, pero no. No voy a entrar a hachazos a matar a todo el mundo.

―Eres la pareja actual de la reina, la gente supone que eres como ella.

―Se equivocan, como sabes Nathair se lleva por sus emociones y yo soy algo más práctica.

Corona de venganza y magia ancestral [Legado Inmortal 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora