𝗦𝗘𝗟𝗖𝗢𝗨𝗧𝗛 - 𝗝𝗨𝗡𝗚𝗞𝗔𝗜

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"BUENA LECTURA HERMOSO ÁNGEL"

Nictofilis.

El padre de Kai era una persona realmente interesante, y sobre todo admirable, ante los ojos del castaño, un ejemplo a seguir.

A lo largo de toda su vida siempre había escuchado por boca de terceras personas el hecho de cómo ser un alfa te beneficiaba en todos los sentidos, y más aún cuando de un pura sangre  se trataba.

Era algo así como:

El poder absoluto, la cúspide sobre todo ser vivo, la mayor dicha para cualquiera.

O al menos así se lo habían descrito prácticamente todos los que alguna vez tuvieron contacto con él, en especial maestros y amigos de sus padres.

Decir que aquellas palabras no le hacían sentir orgulloso y satisfecho seria pecar en grande.

Porque sí; le fascinaba, era como una necesidad, una dependencia de su ego por ser alimentado y cualquiera estaría de acuerdo con que aquellos pensamientos eran inapropiados para tan solo un niño de 5 años, como lo era Kai en ese entonces.

Era un Alfa, pero no cualquiera, sino uno del que no corría más que sangre pura y de calidad del mejor rango, y hasta donde sabía sus antepasados jamás se vieron interesados en manchar su linaje con Omegas, ni mucho menos con Betas.

Eso le fascinaba, le hacía sentir la octava maravilla del mundo.

Pero lastimosamente su actitud no destacaba con igual afán que sus dotes hereditarios, y su padre, sabía lo incorrecto que era aquello, tenían un buen rango, una historia y genes de los cuales enorgullecerse pero tampoco eran personas arrogantes o displicentes con otros, y aunque su padre esperaba que su hijo se casara con una alfa a la altura de su familia, no quería decir que Kai tenía que comportarse de manera despectiva.

A su parecer era lo más bajo y soez que alguien podía hacer, y el hecho de que su hijo fuera ese alguien tan solo aumentaba su cólera.

Así que puso manos a la obra, y le crió de manera dura y firme.

-No eres superior a nadie, y nadie es superior a ti, no puedes pisotear a otros ni permitir que te pisoteen, eso es lo que significa ser un verdadero Alfa-

No fue difícil entenderlo, pero Kai sabía que tanto él como su padre no estaban tan seguros de eso, era por ello que le admiraba aún más. Era fuerte e inteligente, siempre actuando con ética y profesionalismo, y pese a que sus capacidades eran magnificas y podría tener todo lo que quisiera si se lo proponía, jamás acepto el dominio completo ni permitió que sus instintos le consumieran, lo cual era todavía más sorprendente, pues, siendo pura sangre era común que se les relacionara con un comportamiento más agresivo y dominante llegando a ser descritos como animales en casi toda la extensión de la palabra.

Claro que el señor Huening no permitiría que su familia fuese tratada diferente, ya sea para alabarlos o temerles, y no daría razones para que alguna de las opciones se presentara alguna vez, así que optó por esconder el verdadero rango de toda su familia, poniendo especial atención en Huening Kai.

Era un chico amable, tierno y considerado, pero el señor Nabil sabía que era algo así como una máscara bien trabajada que no hacía más que esconder su verdadero ser, y no se sentía mal por ello ni le molestaba que así fuera, él era igual que él, un Alfa puro que tenía que reprimirse por su propio bien…y ¿Por qué no?...el bien de todos los que los rodeaban.

Aun así, todo tiene un límite.

Con el cual no esperaba lidiar tan pronto.

Salió sin absolutamente nada de prisa del auto obscuro, miró unos momentos el campus para después continuar caminando con total tranquilidad.