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"BUENA LECTURA HERMOSO ANGEL"

Nictofilis.




Omega

Jungkook sentía asco y se detestaba a si mismo por ser Omega, y no era el único, podía ver como sus propios progenitores se avergonzaban por ello, aunque su madre intento apoyarlo jamás pudo obtener la aprobación de su padre, y si bien podía decir que no le interesaba en absoluto lo que él pensara sobre él, cada día se veía a si mismo haciendo lo posible por que se sintiera orgulloso al menos una sola vez.

Su cuerpo era débil y frágil así que puso todo de sí para cambiarlo y lograrlo de una manera impresionante.

Nunca había sido un chico sumiso, y aunque su naturaleza lo demandaba se negó rotundamente a verse débil o mendigar amor por mucho que lo necesitara.

Consumía más supresores de lo normal para evitar que si quiera una pequeña parte de su olor escapara y revelara su rango. Aquel que había estado ocultando con tanto ahínco durante años y que jamás podría aceptar.

No era importante si nadie se diera cuenta, si tan solo quedara como un secreto que no era necesario sacar a la luz.

Hasta que aquel chico…aquel Alfa…llegó.

Su lobo jamás había vuelto a aparecer, al menos no de una forma tan repentina o vivaz, pues ponía demasiada atención en que se mantuviera apacible, pero desde que lo había conocido sus instintos inmediatamente le habían hecho una mala jugada, haciendo que su animal poco a poco recobrara  la consciencia y mandara a la mierda todo.

Había sido marcado.

Y no tenía ni la menor idea de que hacer más que evitar a toda costa que su padre se enterara. Salió más temprano de su hogar para no encontrárselo, había ocultado la marca con una gasa, que aunque no suprimiría el olor impregnado en su cuerpo debido a las feromonas del contrario, ayudaría a que por lo menos no le fuera una molestia debido al dolor que aun palpitaba en su cuello.
Se colocó una chaqueta de cuero pesada con la esperanza de que pudiera hacer menos perceptible el aroma.

Finalmente tomo un par de supresores y los ingirió junto con sus medicamentos.

Ahora estaba corriendo más de lo normal por los pasillos de la universidad, chocando y casi tropezando con cualquiera, pero ni siquiera se molestaba en disculparse, o darles una mirada arrepentida.

A la mierda con todo eso.

A la mierda con todos.

Solo quería llegar a su salón de clase lo más pronto posible para poder ocupar su cabeza en algo, cualquier ecuación, cualquier cita poética, lo que sea con tal de conseguir calmarse.

-¡¡Hyung!!-

Pero parecía que su pequeña petición era demasiado capricho para el puto universo.

Su cuerpo tembló de una manera brusca y exagerada, apretó sus puños cuando sin poder evitarlo se detuvo en seco con la cabeza gacha.

-¡Por favor espere!-

Gritó de nuevo el menor deteniendo su persecución a tan solo unos cuantos metros del azabache para no perturbarlo y provocar que se alejara.

Jungkook finalmente reunió el valor para levantar la mirada y continuar caminando, pasando por alto la presencia del Alfa, quien al ser ignorado comenzó a seguirlo de nuevo.

-Tenemos que hablar…-

-No tenemos nada de qué hablar-

Escupió duramente mientras aumentaba el ritmo de su andar.

𝗦𝗘𝗟𝗖𝗢𝗨𝗧𝗛 - 𝗝𝗨𝗡𝗚𝗞𝗔𝗜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora