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El día que debía afrontar que la había engañado con una zorra de quinta era algo demasiado difícil para ella, sabía que en el momento que había tomado ese sobre lo que había adentro no era una buena noticia.

Mordía sus uñas y sus labios mientras esperaba que saliera de su clase, con el sobre en las manos y las piernas temblando porque no sabía como el iba a reacción. 

¿Ella no era suficiente para el? ¿Acaso no le gustaba como lo traba? ¿Quería probar capas nuevas y ella nunca se había dado cuenta? Era hiriente saber de que a pesar que lo había dado todo para que su relación funcionara el la había cagado de esa manera.

Mientras miraba las fotos una vez más se había dado cuenta de que no era la primera vez que se había acostado con ella. Las veces que le había mentido en la cara diciendo que se iría a hacer proyectos solo era una excusa para poder verla a ella.

Estaba destrozada.

El nudo en la garganta se había hecho desde que lo vio salir de su clase, con una sonrisa que también le brindaba a ella. Estaba avergonzada.

Antes de que se diera cuenta que estaba ahí decidió irse, porque no tenía el valor suficiente para poder confrontarlo y hacerle saber que ella ya estaba enterada de todo.

Corrió de ahí yéndose lejos y a pesar se que estaba a punto de llover no le dio importancia de nada, en esos momentos lo único que sentía era desesperación e impotencia por no poder hacer nada.

Pensaba que todo lo que estaba viviendo con el era algo lindo de cuentos de hadas donde no había engaños o mentiras.

Quería ser una chica independiente como las otras que iban a fiestas, las que se acostaban con todo el mundo sin tener que preocuparse de llegar temprano a casa. Estaba llena de esa decepción que llega a su corazón al saber que nada era como el mundo se lo pintaba, nada era como su madre decía que era.

Estando en el lugar más alto de Los Ángeles decidió quedarse ahí viendo como el agua empezaba a caer y el uniforme que llevaba encima estaba mojándose. Cerró los ojos sintiendo como sus lagrimas podían mezclarse junto con la lluvia que caía en todo su cuerpo.

Puso sus manos detrás apoyándose en ellas cerrando los ojos disfrutando de la fría agua que limpiaba todo el dolor que sentía en esos momentos, sentía que ya nada podía interponerse en lo que ella se verdad quería.

— Tu padre debería estar preocupado por ti.

— Que se joda mi padre.

Recordó lo que había pasado esa noche en la enfermería del club, tocó sus labios mirando como las nubes terminaban de hacer su trabajo, toda la gente a lo lejos se veía apurada caminando a sus autos solo por la pequeña llovizna que había dejado la lluvia. Y aún tocando sus labios sabía que quería besarlo otra vez.

Ese aroma a perfume caro mezclado con un olor a menta que podía olerse al abrir su boca. La manera en la que sus dedos se pegaban levemente en sus muslos como si estaba teniendo cuidado en no lastimarla.

Y es que ella le gustaba que la miraran y sabía que a él le gustaba hacerlo todo el tiempo.

DIRTY┃HAN JISUNG. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora