DIRTY┃HAN JISUNG.

32

El humo de su cigarrillo estaba subiendo desapareciéndose con el aire natural que brindaba la zona.

El lugar estaba vacío y la manera en la que la menor estaba tensa decía muchas cosas. Felix estaba calmado, mientras que ella se abrazaba así misma, no sólo era porque hacía frío, sino porque se sentía atacada con su mirada.

Había estado de acuerdo de hablar de todo lo que había pasado con el, sabía que resolviendo todo iba a quitarle ese sentimiento de tormento cada vez que estaba con Han sabiendo que debía de hablar las cosas con Felix.

No sabía por qué lo había hecho hasta ahora pero al menos se sentía segura y preparada para lo que venía esta vez.

— He estado llamándote —Empezó a hablar el mientras que se encargaba de terminar su cigarrillo.

_____ no dijo nada, solo seguía dándose apoyo emocional ella misma sabiendo que si el seguía hablando sus ojos soltarían mares de lagrimas y eso era lo ultimo que quería. Llorar en frente del bastardo que la había engañado.

— Y esta bien que no quieras responder —Siguió hablando al ver que no obtuvo ninguna respuesta de parte de la menor —Pero quiero que escuches mi versión.

— ¿Cual versión? —Exclamó en un tono tranquilo, irritada por toda la mierda que estaba diciendo mientras que el sabía que ella estaba consiente de todo lo que había pasado con Len — ¿Que te la cogiste varias veces sin siquiera pensar en cómo me sentiría después? ¿Huh?

— Eso no era lo que quería que pasara —Suspiró tratando de acercarse a ella —Está bien si me odias pero quiero que tengas en claro que no fue mi intención herirte.

— ¿No fue tu intención herirme? —Repitió sus palabras soltando una risa de ironía — Hubieras terminado de una buena vez conmigo si yo era el problema.

— Yo... no lo sé.

— ¿Sabes que? Por tu culpa siempre he pensando que yo fui el problema. Te di amor, comprensión, igualdad, fidelidad y sexo.

— Eso no fue lo que...

— Todo lo que un maldito machista malagradecido como tú quiere. Y aún así no estuviste satisfecho.

_____ suspiraba mientras tomaba las fuerzas de no llorar frente a él, sabía que aún sentía cosas por el porque en las películas de amor junto con las experiencias que había vivido con el pudo vivir en carne propia que el primer amor nunca se olvida.

Intentó ser fuerte pero al recordar que la había engañado con una de sus compañeras sin importarle un carajo que la iba a herir.

La menor tomó su mochila con rumbo a la enorme entrada que brindaba la bienvenida a la escuela. Pisando con firmeza mordiendo sin importar que su lengua sintiera el sabor metálico de la sangre que expulsaba.

Están dolida y el hecho de tener ese gran nudo en la garganta y la punzada en el corazón decía en muchas formas que estaba más que dolida.

— ¡¿Sabes cual fue tu maldito problema?! —Escuchó a Felix gritar mientras se acercaba más y más y cuando estuvo cerca pudo tener la oportunidad de expulsar cada frase que tenía guardada hasta ahora.

____ no quería escuchar nada de lo que el tenía guardado para ella, sabía que sería hiriente proviniendo de él pero aún así debía hacerle saber que el no era más que una página que pasar.

— Que nunca me diste espacio, nunca diste a conocer nuestra relación porque te preocupaba mas tu maldita reputación que lo que teníamos.

— ¡Ya basta de estupideces! —Gritó ella —Jamás supiste cómo diablos comunicarte y tuve yo misma que pasar todo el maldito sufrimiento junto a mi madre. ¿Algunas vez me preguntaste como me sentía? ¡No!

— _____....

— Deja de hacer el papel de dolido aquí... sabes perfectamente que hice todo para que esa maldita relación de mierda funcionara.

— ¡Nuestra relación acabó por tu culpa! —Gritó acercándose más aún sabiendo que ella no quería que lo hiciera.

La menor había reído irónicamente acomodando su mochila sabiendo que se iría en cualquier momento.

— ¡Por mi culpa! —Repitió — ¿Yo fui la que te engañé? ¿Yo fui la que te mintió en la cara diciendo que me iría a hacer proyectos con amigos? ¿Huh? —Peinó su cabello, limpio las lágrimas que se habían encargado de correr su maquillaje para poner su cabeza en alto haciéndole saber que era fuerte — Tu y yo sabemos que el que arruinó todo aquí fuiste tú... insistiendo en ver a mi madre, con tus asquerosos celos de mierda, por ser tan egoísta al no querer que hable con más gente, por amenazar a toda la escuela en que no se acercara a mi... ¿Yo soy la culpable aquí? No lo creo.

— Lo siento —Susurró —Quiero que hablemos... quiero que me perdones —Intentó calmarse, pero se había dado cuenta que su comportamiento era el mismo que siempre usaba cuando todo estaba mal.

— Eres un monstruo Felix...

— Ven —Lo dijo con su voz suave, ignorando las palabras que ella le habla dicho anteriormente —Sube al auto y hablemos con calma.

— No... ya no más con tus tratos.

— Por favor sube al auto —Le dijo aún más firme mientras abría la puerta con su mano y con la otra hacía un ademán indicándole que entrara. Al ver que no obedeció gritó más fuerte — ¡Entra al maldito auto!

— ¡Que no! —Se rehusó —Te dije que te fueras a la mierda y que me dejaras en paz, puedes hacer todo lo que quieras ya no quiero estar contigo.

Felix mordió sus labios tratando de calmarse, sabiendo que si no lo hacía iba a terminar lastimándola. Estaba seguro de que había alguien más, ese cambio tan repentino se sentimientos hacia el era raro.

— ¿Hay otro? —Preguntó acercándose a él lentamente, con calma y sin esas intenciones de lastimara.

— Yo no se de que  estás hablando.

Y al no ver su comportamiento natural y notar como su expresión cambió al instante se había dado cuenta de todo.

Sonrió.

—Hay otro —Lo dijo en un tono seguro, confirmándolo. Y rió aún más fuerte, dándose cuenta de que este no era el Felix de quien la menor se había enamorado — ¿Quien es? ¿Está aquí en la escuela? ¿Hmm? ¿O es uno de esos misteriosos que no saben de su existencia?

Ella se quedó callada, cruzándose de brazos preguntándose por qué estaba aún escuchándolo. Estaba más que claro que tenía sustancias tóxicas en su organismo, desde que se había juntado con Lena era un chico muy diferente.

Se fue acercando a ella tratando de no asustarla, el sabía que tenía muchos sentimientos por el aún. El sabía que iba a hacer muy difícil olvidarse.

— ¿No me vas a decir quién es? —Susurró haciendo que lo mirara a los ojos sonriéndole con esa dentadura tan blanca y con sus pecas adornado su pálido rostro, su cabello rubio en los alrededores de su frente la hacían caer al instante — ¿Ya le has abierto tus piernas? ¿Es tan bueno como yo?

— Abre mas tus piernas —Ordenó poniendo sus piernas cada lado de su cintura sosteniéndolas con sus fuertes brazos.

— No pares —Le suplicaba en un hilo de voz mirándolo sin quitar el contacto visual. Estaba haciéndolo rápido que podía ver como soltaba una sonrisa y sus ojos podían cerrarse a señal de que lo estaba disfrutando.

— ¿Hmm? —Cuestionó al darse cuenta que aún no respondía. Tomó uno de los mechones de su cabello enredándolo en su dedo índice — Entra al auto cariño, vamos... será divertido.