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Eran horas de la mañana, la noche estaba oscura y las estrellas podían adornar el cielo guiando sus ojos de un lado para otro.

El humo que expulsaba de sus labios desaparecía por la agradable brisa que brindaba la serena noche. Estaba un poco neutro, no tenía emociones, el siempre se había encargado de quitar todas de su cuerpo. En la infancia, la secundaria, el trabajo y ahora.

Estaba decidido a pensar que todo lo que hacía Hyunjin era una clave que para joderlo. Quería matarlo con sus propias manos.

¿Por qué ahora? ¿Por qué regresó de Corea cuando por fin estaba viviendo el más mínimo minuto de su vida?

La noche era tan silenciosa sonando los pasos que daba las personas con sus tacones o zapatos cuando pasaban por su lado. Escuchó unos pasos con lentitud acercándose a él.

— Te perdiste todo el show —Habló parándose a su lado, mirando como terminaba el quinto cigarrillo de la noche.

Ella al no recibir ninguna respuesta intentó aliviar el tema con lo que sea. Sabía que no se sentía bien por lo que había pasado allá adentro, y aunque tratara de ocultarlo era obvio que sentía algo más que celos.

— ¿Estás bien?

El aún no dijo nada, estaba acostumbrado a hablar con ella solo a través de una pantalla y lo hacía pésimo para afirmar.

Movía sus pequeñas piernas un poco avergonzada porque no decía una palabra, ella había recordado las palabras que le había dicho su madre haciendo el mismo método que hacía ella con su padre.

Lo tomó de las manos sin decir nada llevándolo por el callejón que había entre el club. El no dijo nada, mucho menos se contuvo, solo se dejó llevar por sus suaves manos y su pequeño cuerpo caminando delante de él.

Abrió una puerta de metal llevándolo hacia el lugar donde había empezado todo mirando como las vendas de su mano tenían algunos puntos de sangre porque se había lastimado.

Han se había lastimado a propósito.

Lo sentó en la misma silla cambiando su vendaje de una manera rápida, sin miradas, sin coqueteo. Solo con un toque de profesionalismo.

— He dicho que cambiaras tus vendas cada día, no lo estás haciendo y tú herida está empezando a ponerse morada... amarilla.

Estaba molesta frustrada, Han sabía que sentía todo eso porque el no se habla dignado a decir una palabra. Quería besarla, quería tocarla pero no podía porque si lo hacía se daría cuenta que el estaba celoso.

Ella se daría cuenta que Han la quería para el solo, era egoísta pero el quería eso. Era todo lo que deseaba desde que la vio por primera vez.

Pero si el de verdad la quiere para el solo. ¿Por qué no se esfuerza para tenerla? ¿Por qué no mueve un dedo cuando alguien se le acerca? ¿Por qué actúa neutro cuando siente tantas emociones? Tenía miedo, miedo de que toda la historia se volviera a repetir, miedo de hacerle daño.

Por eso no se había metido tanto en el tema cuando la conoció, su vida era tan perfecta que no quería meterse en ella para cagarla. Han por otro lado sabia que si el no se hubiera metido en toda esa vida perfecta su novio aún estuviera viéndole la cara todos los días mientras se cogía a otra chica.

Las cosas pasan por algo y si el destino quiso que la viera salir de su escuela esa tarde era porque ella si estaba destinada a estar con el aqui y ahora.

— ¿Acaso me estás escuchando? —Preguntó terminando de curar su mano —Estoy hablándote como una completa estúpida y tú solo te quedas callado como un idiota.

— ¿Por qué hablas como si estuvieras acostumbrada? ¿Huh? ¿O por qué estás actuando como si estuvieras en algo más que unas textos por una puta pantalla? ¿Por qué estás actuando como si no te hubieras sentado en las piernas de un patán hace rato?

— Estas siendo muy egoísta —Admitió ella levantándose de la silla tomando el botiquín y llevarlo en su lugar.

— Yo no soy egoísta, tú eres la egoísta aquí, que solo se sienta en las piernas de los chicos mimados como el.

— ¿Que tiene que ver ese tipo aquí? Fuiste tú quien se fue de ahí para quedarse fuera.

— Te sentaste en sus piernas solo pensando en ti y pensando en la fortuna que te van a pagar por abrirle las piernas.

— Yo no soy egoísta porque lo único que he intentado hacer desde que te vi allá afuera es tratar de averiguar por que estás actuando así, el único patán aquí eres tú. ¿Quien crees que soy? Yo no voy por ahí teniendo sexo con todo el mundo, no tengo sexo con cualquier hombre que se me cruce enfrente.

Había sonreído interiormente porque en ese entonces se había dado cuenta que para ella el no era un cualquiera. Han solo suspiró yéndose a sentar en el sofá encendiendo un cigarrillo. 

La menor corrió hacia el para quitárselo, arrojándolo al piso y pisarlo con su tacones.

— ¡¿Pero que mierda te pasa?! —Intentó tomar otro cigarrillo pero ella lo había evitado, quitándole la caja metiéndolo en sus senos —Déjame solo.

— Yo te traje aquí tú vete.

— Bien —Intentó levantarse pero ella lo tomó de sus hombros sentándolo otra vez — Estas haciendo que me den ganas de golpearte.

— ¿Ahora golpeas mujeres? —Comenzó a suspirar sabiendo que si salía mal iba acabar arrepintiéndose.

Se sentó en su regazo con sus piernas a cada lado de su cintura, el solo miró para otro lado evitando parecer que lo único que quería era sentirla en esos momentos.

— Mírame —Lo tomó de su mandíbula a la fuerza haciendo que la mirara pero no, no se atrevía a hacer contacto visual.

Miraba sus senos tratando como sacar su caja de cigarrillos sin que se viera provocativo para su pobre amigo de allí abajo.

— Mírame —Repitió una vez más tomando su mentón y subiendo su cabeza para que la mirara a los ojos —Mis ojos, no abajo... mis ojos.

— ¿Por qué te esfuerzas tanto?

— Porque estás actuando indiferente.

— ¿Indiferente? Por favor.

— Estas consciente de que tengo razón porque se como te comportas conmigo y se muy bien que te pasa algo, estás raro y eso no me gusta.

— ¿Por qué actúas como si supieras mi parte extrovertida?

— La verdad no la conozco pero si conozco tu comportamiento cuando me miras —Había sentido sus mejillas arder al darse cuenta su reacción.

— ¿Como te miro? —Levantó una ceja.

— Siempre me miras fijo, me miras como si estuvieras descifrando algo de mi, me miras con deseo, lujuria, me miras con... me miras... —Lamió sus labios —Como lo estás haciendo ahora.

El lamió sus labios bajando la blusa que tenía acercándola a ella, mordió sus labios al sentir sus manos en sus pechos y cuando estaba a punto de besarlo pudo ver cómo sacó su caja de cigarrillos de ahí, quitándola de su regazo lentamente dándole la última mirada...

— Buenas noches ______.

... y luego irse.

DIRTY┃HAN JISUNG. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora