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Domingo.

Los días que odiaba porque tenía que quedarse sola en casa solo porque sus padres tienen un día de pareja.

Estaba cansada de ser tan básica aunque no había una cosa más básica que mirar el celular cada segundo que pasaba esperando a que un hombre que tal vez tiene más cosas que hacer en lugar de llamarla a ella.

Había demasiada tensión desde anoche, desde que la dejó ahí sola sin entender que pasaba por su cabeza y con su encendedor, lo había olvidado.

— Usarlo como excusa es para parejas divorciadas y nosotros no somos una pareja somos conocidos —Se decía a ella misma motivándola a no hacerlo.

Suspiró.

Corriendo a tomar su celular viendo que era el, estaba segura que iba a preguntar por su encendedor así que quería esperar a la segunda llamada.

— ¿Hola? —Saludó con un tono lleno de preocupación porque la manera en la que actuó anoche era un signo de que estaba enojado.

No sabía por qué se preocupaba tanto por eso pero cada vez que sentía su presencia su corazón latía muy fuerte. Era como si tuviera efecto en ella.

Pero no, al mismo tiempo estaba tan resentida por la manera tan fría que actuó en el club anoche. Estaba toda la noche pensando en que había hecho mal, en que si debía disculparse o si debía simplemente dejarlo pasar.

Aunque era demasiado tentador, ella siempre pensaba en poder disculparse aunque ella no debía hacerlo para llevar las cosas en paz con el, porque a pesar se que ella tenía que adivinar como mierda el se sentía el se molestaba porque no lo lograba.

Era estresante y molesto.

— ¿Tienes mi encendedor? —Preguntó pero también era una pregunta algo afirmativa por la manera en la que lo decía.

Ella no dijo nada, solo sabía que Han no estaba de humor para hablar de lo que había pasado anoche. ¿Era solo eso o había algo más? ¿Estaba así por naturaleza o celoso por lo de el chico?

— Vamos no tengo el maldito tiempo esperando a que respondas. ¿Lo tienes o no?

— Si.

— Tráelo al bar, te estoy esperando.

— Tu quieres tu maldito encendedor, tú vienes a buscarlo —Estaba harta de que expulsara todo su enojo con ella. ¿Que mierda había hecho mal?

Le había colgado sintiéndose bien porque no había aguantado toda su mierda durante toda la llamada.

Han estaba molesto, la manera en la que soltaba cada palabra lo hacía con rabia, como si quisiera hacerle saber que lo estaba.

Sintió como su teléfono vibraba en la sabana de su cama tomándolo para mirar la llamada otra vez. ¿En qué momento se había vuelto tan cercana a él? Diría que no estaba tan cerca porque en persona se comportaba de una manera diferente.

— ¿Que? 

— ¿Donde estás? Quiero mi encendedor.

— ¿Estas loco? Yo no quiero que vengas a mi casa —Resopló, porque a pesar de que hablaban como gente normal ella aún no confiaba en el para mostrarle su hogar.

Pero si para entregarle mi cuerpo.
Revoleó los ojos a pesar se que el no la estaba mirando para escuchar todo lo que tenía para decirle.

— ¿Entonces como mierda quieres que busque mi maldito...? —Suspiró—Mira esta es la última vez que te hablo adiós. Por cierto, quédate con el puto mechero, ya no lo quiero.

Estaba actuando como un maldito infantil desde que la había visto sentada en las piernas de ese chico.

— ¿Como se llamaba? —Pensó— Hyunjin. ¿Por qué está actuando así? Es patético el hecho de que tenga celos sin siquiera tener una relación.

Empezó a sonar su celular una vez más, viendo el nombre que mostraba en su pantalla haciendo que el nudo en la garganta se formara y que los latidos de su corazón se aceleraran.

Quería contestar pero tenía miedo de que cuando lo hiciera se rompiera y empezara a llorar. Felix sabía todo y estaba segura de eso. ¿Quien no se daría cuenta de las veces que lo ha evitado?

Colgó la llamada sabiendo que el no iba a insistir más, tampoco se atrevería a ir a su casa pensando que su madre estaría ahí con ella.

Era estresante.

Suspiró tomando sus cosas para ducharse lista para ir al club aunque era su día libre. Quería ir no solo por el sino para poder distraerse con Jas al menos por un rato.

El teléfono sonó otra vez, viendo una vez más el nombre de Han en su pantalla, tomó el celular cansada de que los dos estuvieran de un lado a otro haciendo que su vida fuera más estresante.

— ¿Si? —Suspiró, soltando ese tono cansado lleno de desilusión y estrés. Han se había dado cuenta de eso.

— ¿Donde estás? —Su voz era suave — Quiero saber si estas bien para ir los dos al club.

— Es mi dia libre.

— Quiero verte —Suspiró —Solo dime donde puedo recogerte... quiero al menos hablar contigo o... lo que sea.

¿Por qué actuaba así de un momento a otro? Nadie lo entiende. 

Ese era el problema, ella no lo entendía, porque lo único que hacía era ocultar sus sentimiento esperando a que ella no descubriera por sí sola.

Estaba entre la espalda y la pared porque quería verlo para poder saber que el quería decirle o simplemente decirle que no para que no crea que es una perra faldera que lo sigue donde sea que el diga. Era injusto que ella dijera e hiciera casi todo para poder tener una conexión mas profunda, mas allá que las ganas tan grandes que se tenían uno al otro.

Asi no funcionaban las cosas. Si el no quería expresarse con ella entonces lo mejor era cortar la conexión que ellos tenían. Aunque no era una tan fuerte ... ¿O si?

DIRTY┃HAN JISUNG. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora