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— Entonces... no te gusta la Coca Cola mucho manos la Pepsi porque según tú es el mismo producto con portadas distintas.

— Hmm —Asintió aún acariciándola —También no me gusta el aguacate, tampoco me gusta que ahora mismo te estés levantando de la cama.

Ella rió dándole un pequeño beso para escuchar como el timbre de su reloj había sonado indicando de que su ropa estaba seca.

Bajó al sótano dándose cuenta de que después de cuatro re lavadas la sangre se había ido completamente.

Junto con la camiseta en sus manos y el pantalón en sus hombros fue a la cocina a ver si su ramen estaba listo. Sonrió dándose cuenta de que estaba comportándose como su madre y era de las cosas que no quería hacer.

Suspiró tomando la bandeja junto con la taza de ramen que había preparado subiendo las escaleras con cuidado, lo vio jugando con el mechero que había dejado encima de su mesa de noche.

Se le veía aburrido.

— Ven aquí —Le dijo ella haciendo que se sentara apoyando su espalda en la pared donde su cama estaba situada.

— ¿Que diablos es eso? ¿Y por qué tienes ropa colgada en tu cuerpo? —Preguntó aguantando las ganas de reír porque la herida aún le dolía.

— Es sopa —Le dijo acercándose a el para poner la bandeja en sus piernas sintiendo como el olor a pollo había entrado por sus fosas nasales.

— Esto huele increíble, pero tengo que decirte que no te pedí que hicieras eso —Le dijo apartándolo de su cara.

— ¿Yo te pregunté si querías? Debes comerla si o si, perdiste mucha sangre Han y la sopa es la única manera que puedo asegurar de que no te vas a desmayar mañana.

— _____, no quiero comer eso.

Extendió la sopa una vez más junto con la cuchara que usaría para comerla, viendo como Han hacía una mueca al saber que ella lo obligaría.

— Cómela, ahora.

— Pareces mi madre.

— Y tu pareces un niño.

El silencio había invadido la habitación y por más que quería que se escuchara al menos un auto pasar era imposible.

Eran las cuatro de la mañana, la menor tenía que ir a la escuela y el sueño no estaba dispuesto a invadir el cuerpo de los dos en ese momento.

Después de asegurarse de que Han estuviera comiendo la sopa se puso a doblar la ropa que había metido en la lavadora. Las cadenas que tenía en el cuello las había puesto en al cofre de su mesa de trabajo, no sabía por qué, pero sentía que no se iban a perder si las dejaba ahí.

Escuchó como la bandeja con la taza habían sido puestas en su mesa de noche haciendo que se acercara para ver si la había comido toda.

— ¿Ves? No era tan difícil —Suspiró sentándose por fin a su lado después de comportarse como una ama de casa.

— Me hiciste comer esa sopa cuando te dije que estaba bien, por favor no te esfuerces tanto... tampoco actúes si de verdad moriría —Rió —Estás haciendo demasiado, quiero que vengas aquí y que te relajes un poco.

____ sonrió uniendo sus labios con los de él sintiendo como Han quería ponerse encima de él, al quejarse la menor cortó el beso alarmada por el quejido que había soltado.

— Mierda —Maldijo.

— Es mejor que descanses un poco —Tomó una de las sábanas que estaban ahí para ponerlas encima de el.

Han sintió un alivio al sentir lo cálida que estaba, viendo como la menor tomaba otra para arroparse, el se dio cuenta que estaba dándose espacio, el no quería espacio. Y con un pequeño movimiento la tomó de su cintura poniéndose detrás de ella y susurrar en su oído.

— ¿Que crees que haces? —Preguntó enredando sus manos por su cintura, metiendo su mano por debajo de su blusa sintiendo lo cálida que estaba.

— Busco otra manta —Respondió con obviedad sintiendo como Han no le quitaba la mirada de encima.

— Ven aquí —Le dijo, arropándola con la misma manta tomando un de sus piernas para ponerla encima de su regazo —Dormirás conmigo así de cerca.

Una de sus pequeñas manos empezó a irse por detrás de su cuello sintiendo su pelo en su nuca sintiendo lo bien que su tacto se sentía en sus piernas. Un suspiro fue lo único que escuchó salir de los labios Han hasta darse cuenta como se había quedado dormido.

El sentimiento de ser tomada en cuenta le gustaba, pensaba que las parejas simplemente se separaban para dormir en la misma cama. Felix nunca hacía eso cuando se acostaba con ella, siempre tenía algo que hacer para irse de su lado lo cuando antes.

Jamás había experimento ese calor de un hombre después de tener sexo o antes de dormir, pero ahora sabía lo que se sentía luego de experimentarlo esa misma noche.

DIRTY┃HAN JISUNG. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora