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— Te dijo que la dejaras en paz, ¿no? ¿Tanto te cuesta respetar a una dama?

Recordó las palabras que le había dicho el hombre para defenderla, la manera en la que se había metido en problemas en un lugar público por ella era algo que jamas le había pasado.

Pensó que esas cosas solo pasaban en las películas, en una ciudad como Los Angeles era demasiado extraño que alguien arriesgara su reputación o que arriesgara su pellejo por una colegiala.

Muchas veces recordaba ese momento y se sentía tan estúpida por no actuar como debía hacerlo.

Las sucias manos de ese viejo se hubieran pasado de la raya si ese hombre no se hubiera metido en la situación. Ya no quería que nadie más la tocara, no hasta que se sintiera bien una vez más.

Agitó su cabeza para dejar de pensar en eso siguiendo restregando su cuerpo con aquella esponja morada.

Empezó a pensar una vez más en ese hombre, en su cabello... por supuesto que era su tipo.

Volvería a ese lugar solo para verlo una vez más. Estaba loca pero había algo en el que le llamaba la atención, como si lo conociera de algún lugar.

— Buenos días —Saludó su papá dándole un beso en la frente y uno en sus labios a su esposa.

La menor solo le dio una sonrisa forzada aún jugando con la miel que tenía su pancake. El hombre se sentó al lado de su mujer mientras que los tres desayunaban juntos.

— ¿Como te sientes? —Preguntó el a su esposa quien había sonreído para empezar a redactar algunas palabras.

— Siento que estoy empezando a volver a ser yo —Rieron un rato, tenia que admitir que se sentía viva luego de no decir ni una palabra.

— Extrañaba escuchar tu voz —Admitió la menor quien por fin se había dignado en comer su desayuno.

— ¿Y tu por qué estás así? —Preguntó su madre luego de quitar la taza de café de sus labios.

— ¿Así como?

— ¿Pasó algo con Olivia? —Preguntó pero la chica empezó a fruncir sus cejas por la condición. Jamas le había hablado de una Olivia.

— ¿Olivia?

— La chica con la que siempre te vas a estudiar —Ella maldijo miles de veces en sus adentros por haberse olvidado de que había inventado una chica que ni siquiera existía para irse con su novio.

— Ah —Suspiró — Ella...

— Por favor dime que no se pelearon —Empezó a preocuparse —Yo puedo hablar con ella si es necesario.

— Elle, no creo que ella quiera que te metas en sus asuntos de chica adolescente —Hizo un gesto con su cabello haciendo que la menor riera.

— Por favor papá —Rió —Estoy bien, es solo que no tengo ganas de ir a la escuela.

— No tiene hagas de ir a la escuela —Repitió su papá quien intentaba convencer a su madre que la dejara en casa.

— Doni ella no puede faltar a la escuela, temporada de verano esta por acercarse y no sabemos cuándo podrá tener algún examen.

— Para eso existe la información, ¿no?

— El tono.... —Advirtió Doni.

— Yo solo... —Suspiró—Yo solo quiero descansar. Simplemente solo por hoy.

La menor se levantó de ahí decidiendo no hacerle caso y quedarse en casa, su padre quien estaba de su lado, subió a su habitación llevándole algunas cosas que podría necesitar mientras que el estaría ausente.

Lo ignoró, se sentía un poco cansada por lo que había pasado anoche y la imagen del hombre guapo no salía de su cabeza. Realmente era muy guapo.

Y así es donde pensó: ¿Por qué Felix no se comportó así en varias ocasiones que eran idénticas a las de anoche? No lo sabía, pero lo que sí sabía era que necesitaba saber su nombre, quería saber todo de el.

DIRTY┃HAN JISUNG. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora