DIRTY┃HAN JISUNG.

13

— ¿Que hacemos aquí? —Preguntó Han a su padre, quien miraba por los alrededores, como si esperara ver a alguien en específico.

Las luces molestaban sus ojos y las mujeres quienes se drogaban y otras como servían algunas bebidas a gente que solo estaba ahí para pasar el rato de una manera buena y un poco menos brusca.

Suspiró... este ambiente no le gustaba por más que extrañaba esos geniales momentos con sus viejos amigos. Pensaba que estaba viejo y que ya no daba para esas cosas.

— Quiero que te relajes, quiero pasar un buen rato contigo... ¿esto no era lo que querías? —Sonrió.

El sabía que se traía algo entre manos, sabía que su padre no apartaría un espacio en su agenda llena solo para cumplirle el gusto de pasar el tiempo con el.

Sonrió.

— Yo no se en que estás metido pero quiero saber la verdadera razón por la que me trajiste aquí.

— Lo veras por ti mismo.

— ¿Les puedo ayudar? —Preguntó la menor acercándose más al oído de Kyung mirando como el brillo de los ojos de su hijo se había encargado de cubrir todos sus ojos al instante —Perdón por la tardanza.

— No te preocupes, no tenemos prisa —Sonrió.

Ella sonrió, repitiendo una vez más su pregunta.

— ¿Desea algo? ¿En que le puedo ayudar?

— Yo aún no se que beber, tú Han ¿sabes que beber? — El mayor solo de limitó a lamer sus labios aún viendo las piernas junto con la falda que tenía con las a detalle, no pensó que iba a tenerla tan cerca.

— Yo quiero... —Lamió sus labios una vez más haciendo que la menor se sintiera con un poco de euforia —Yo quiero lo que me pidas que ordene.

____ sabía que el tipo no paraba de mirar sus piernas y que la manera tan discreta en la que lo hacía decía muchas cosas sobre el. Lamió sus labios recordando la bebida que le había dado su jefe a probar.

Le gustaba que la miraran de esa forma, con respeto, elegancia y cuidado. No como esos cerdos que no disimulaban nada de lo que ella hacía cuando estaba en los alrededores.

— Señor... ¿desea algo?

— No gracias, yo estoy bien.

La menor se fue de ahí dejando a Han con la boca abierta, viendo como sus caderas se movían de lado a lado y como su falda se subía a medida que sus piernas se iban balanceando.

— Maldita sea... —Maldijo Han con su tono irritante, llevando sus manos a su cabello para halarlo mientras la miraba — Solo mírala... —Lamió sus labios para luego llevar su mirada con rapidez hacia su padre— ¿como...? ¿Como supiste que estaría aquí?

— Contactos —Rió — El dueño de este bar es un amigo mío... organicé todo para que el pudiera convencerla de salir así.

— Se ve tan ardiente —Gruñó — Aún no puedo creer que lo hayas podido conseguir —Sonrió con felicidad mientras veía como preparaba su bebida.

Kyung reía.

—Ahora puedes cumplir con la mitad del trato... no quiero mierdas ilegales en mi departamento.

— Su nombre —Dijo como si le estuviera exigiendo que le dijera su nombre.

— _____ —Contestó limpiando el vidrio de sus lentes, peinándose en si para volvérselos a poner —Yo que tú me lanzo rápido, dicen que están pagando mucho por acostarse con ella.

— Por favor dime que nadie la ha tocado.

— Virgen no es... pero aún no se ha acostado con nadie aquí, es su primera vez sirviendo como mesera a estas horas de la noche.

— Yo... ¿es posible que pueda convencerla de que se vaya al departamento conmigo?

— Vamos Han... hemos confirmado que es una chica de casa, estudiosa y también coqueta. Es imposible que se acueste contigo acabándote de conocer.

— Entonces... ¿que coño hago?

— Eso está en tus manos... o te lanzas o simplemente esperas que otro te la gane. Aunque... —Rió —Ya tiene novio— Puso su cara sombría, aún con los lentes en sus manos — a menos que te quieras deshacer de él.

— ¿Puedes hacer eso?

— Puedo hacer muchas cosas Han.

— Bien —Se escuchó su voz una vez más, entregándole su bebida hecha con sus propias manos —Es Thor... le llamamos así porque es electrizante cuando lo bebes.

Han sonrió, mordiendo sus labios al verla una vez más... tan cerca.

— ¿No querrás tomarte un trago conmigo? —Sonrió.

Ella también lo hizo, negando con la cabeza llena de gracia para volver a mirarlo. Empezó a jugar con su bolígrafo dejándolo caer al suelo por accidente... intentó levantarlo pero cuando lo hizo se pudo dar cuenta que Han había visto más allá que su blusa mojada.

Maldita sea.
Pensó al ver que la había visto más allá de su brazier por la forma en la que su camisa se había abierto.

— Que linda —Le dijo un señor poniendo sus manos en su cintura —¿Cuanto cuesta un momento contigo muñeca?

— Señor, le pido por favor que se aparte... —Intentó apartarlo pero con la incomodidad que sentía no pudo hacerlo como debía.

— Por favor muñeca... mira que linda estás, pareces una pequeña barbie —Intentó meter sus manos bajo su falda intentando tomarla con las fuerza por sus brazos sintiendo como estaba a punto de meter el bolígrafo entre sus ojos.

— Te dijo que la dejaras en paz, ¿no? ¿Tanto te cuesta respetar a una dama? —Han se había levantado de ahí pero Kyung desde su lugar le decía que no se metiera en esos asuntos.

— Y tu quien eres para decirme que hacer —Soltó a la menor para poder dirigirse hacia el y con un movimiento brusco le había roto la nariz en segundos.

— Han, basta —Decía Kyung apareándolo de encima del señor, quien aún seguía sangrando por toda su cara — Debemos irnos... ahora.

La menor seguía mirándolo sin decir una sola palabra, tenía ganas de llorar por la impotencia de no haber hecho nada. Se metía mal con ella misma y con aquel hombre que la había defendido.