La pizza que había sobrado el sábado no me la comí nunca, así que decidí comerla por la tarde. Al despertar por la mañana a penas eran las cuatro y media. Por lo cansado que estaba creí que hoy iría al trabajo, se me olvidó por completo que hoy tenía el día libre. Después de levantarme de la cama me dirigí directamente al baño para tomar una ducha y vestirme como si fuera a trabajar. Incluso me peiné. O algo así. Estuve a punto de ir al trabajo hasta que me llegó un mensaje de Adolf preguntándome si ya me había decidido en tomar los días de vacaciones. Fue entonces cuando recordé que le había pedido a Adolf que por mientras me diera el lunes y el viernes libre. Y justo el viernes se haría el reencuentro con amigos.
Terminé la pizza que no terminé el sábado y tiré a la basura el cartón en el que la había puesto. Eran las tres treinta de la tarde. No sabía que hacer. El lunes es el peor día que, según yo, pueda existir. Es el día que más, más bien el único, odio. No se porque, simplemente este día me resulta insoportable. Comencé a recordar cuando ayer hable con Colty, aunque es solo un perro me hizo reflexionar algo. ¿Cómo puedo reencontrarme con mis amigos sin antes ver a mi familia? Cuando huí de la universidad me alejé también de mi familia y no los he visto desde entonces. No he sabido nada de Paul o de Pete. Tampoco se nada de mamá ni de papá. No se si siguen vivos. No se si les fue tan bien a mi hermanos, Paul y Pete, como me esta yendo a mi. No se si mamá y papá siguen conservando su buena calidad de vida. No se nada de ellos. Necesito volver a verlos, saber algo. Entonces se me ocurrió algo. Invitarlos a una comida casi cena el miércoles, así rebién complazco a Adolf.
-Adolf, dame también el miércoles libre-le dije y antes de que comenzara a hablar y a pedirme que le dijera otros días colgué la llamada.
Lo único que falta es que llamé a mis hermanos y a papá y a mamá para decirles que vengan. Cierto, no se su número telefónico y no conozco a nadie que lo sepa. De algo si estoy seguro acerca de ellos, no viven en Nueva York. Pero ya que es por una buena causa puedo pagar su boleto de avión para que lleguen al apartamento y comamos. Sin embargo aún es vital que los pueda contactar. Pero aun no se como. Se supone que no voy a trabajar para ya no tener tanto estrés, y la verdad estos días me he estado teniendo más estrés. Necesito salir ya.
Como el día esta muy fresco decidí, después de quitarme la ropa formal y después de ponerme unos tenis, pantalón de mezclilla y una camiseta de manga corta anaranjada, ponerme una chaquetilla negra. Salí del apartamento y me dirigí al elevador para bajar al lobby. Caminé hacia la salida y de reojo logré ver a Monique con su... ¡¿Esposo?! ¡¿Besándose?! ¡No lo puedo creer! Antes de conseguir otro momento incómodo, o peor, como el de ayer me fui corriendo y pedí un taxi agitando mi brazo.
Entré al taxi y le dije por donde irse. Siempre les digo a los taxistas algo importante: nunca les daré una dirección exacta, solo les diré por donde irse y cuando vea mi destino les diré que se detengan. Por ahora ningún taxista ha tenido problema con esto, y éste no fue la excepción. Mientras el taxista manejaba no esperaba que pronunciara las palabras:
-¿Usted es de por aquí?
Al principio me sentí asustado por una pregunta así, pero después me sentí a gusto. Hace mucho que no hablaba con alguien con una necesidad laboral o para una necesidad cualquiera. Le respondí que era de California, pero que si, si era de por aquí. Comenzamos a conversar bien, de hecho algunas veces comenzamos a bromear y a contar chistes, de los cuales la mayoría eran demasiado graciosos. De vez en cuando cambiábamos de tema cuando uno de los dos hacia un mal chiste o hablaba de un tema que no nos agradaba, lo cual me pareció bien.
Poco después hubo un incómodo silencio, ninguno de los dos hablábamos y, la verdad, yo no soy el indicado por lograr avivar la llama de una conversación, soy terrible en esa clase de cosas. Comencé a observar afuera a través de la ventana trasera del taxi. Había edificios por todas partes, era de esperarse, porque, por favor, es Nueva York. El sol se había escondido detrás de un gigantesco y oscuro manto de nubes grisáceas amontonadas entre si. De lo oscuras que estaban las nubes se notaba que en cualquier momento comenzaría a llover. En una de esas vistas que echaba logré ver a un grupo de tres personas caminado, hablando y riéndose. Eran dos chicos y una chica. La chica era medio morena, usaba lentes cuadrados y pequeños, tenía el cabello negro sujetado en una cola de caballo. Uno de los jóvenes, el que iba en medio de la chica y el chico, tenía la piel pálida, el cabello algo corto entre anaranjado y café muy oscuro y una estatura promedio. Y el otro joven, el de la orilla, era muy poquito llenito, un cabello corto café muy oscuro y algo bajito de estatura. Se me hacían conocidos, sentía que los había visto en elogian parte. A mi mente se vino el nombre "Elliot", no se porque. Le dije al taxista que bajaría justo en el lugar en el que estaba y este frenó de inmediato, le di el dinero con tres dólares de propina y bajé del vehículo. Enseguida al ver que estaba a un par de metros de estos tres grité sin pensarlo:
-¡Elliot!
Uno de ellos, el de cabello entre anaranjado y café oscuro, volteó y al verme se extrañó algo y le hablo a los que le hacían compañía. Estos, los tres, se dirigieron directamente hacia mi. La primera en reaccionar fue la chica.
-¡Pat! Eres tu, ¿verdad?
Yo sólo asentí y recordé que a ella también la conozco, es Priscile. Y el de estatura baja es Frank. A Elliot lo reconocí porque uno de ellos se llamaba igual a los de mi grupo de amigos con los que me reencontré el viernes, en realidad no sabía quien se llamaba así, pero como este reacciono lo supuse. Después de unos segundos nos reconocimos todos y comenzamos a reírnos de la nada. Les propuse ir a un Starbucks que estaba en la esquina y estos accedieron sin dudarlo un solo momento.
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Estrellas Colapsando
Teen FictionEn uno de sus días normales (en los que no hace nada y se aburre hasta morir), Patrick Toster recibe la invitación a un reencuentro con antiguos amigos. Cuando Pat se ve "obligado" a reencontrarse con viejos amigos, toda su vida da un giro inesperad...