CAPÍTULO 9

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Las nubes se comenzaban a alejar, dejando ver el cielo azul oscuro con estrellas pintadas en él. El aire frío cada vez llegaba con mas viento y este llegaba con mas fuerza. Faltaba menos de una hora para que salieran los rayos color lava del sol que se asomaría por el norte, dando directo por donde no cubrían las cortinas del balcón y de mi habitación. Mary Lynn había logrado convencerme, ¿de que? Resulta que había viajado hacia Nueva York para una celebración. La empresa en la que ella trabajaba había logrado instalarse aquí, así que hicieron una gran fiesta, ella estaba feliz porque cumpliría una promesa que había hecho hace uno o dos años. Lamentablemente en esa fiesta anunciaron que para lograr pagar los gastos que hicieron para instalar la nueva empresa tuvieron que hacer un recorte de empleados e hicieron un conteo para despedir a los que menos sirvieran para la empresa.
Comenzaron a nombrar a gente, desde los más bajos hasta los menos altos. El último nombre en ser pronunciado en esa celebración fue Mary Lynn. Todos se quedaron callados, según lo que comentó Mary Lynn, y ella subió al escenario donde a los empleados que serían despedidos les darían un bono que le pagarían durante dos meses cada dos semanas. Por eso venía tan formal. Necesitaba ayuda, eso estaba claro. Pero, ¿porqué de todas las personas que conoce, Elliot era un ejemplo, me eligió a mi?
Si ella acudió a mi fue por algo. No sabia por que pero no quería preguntar ni saber la respuesta. La ayudaría, tal vez casi forzadamente, pero la ayudaría.
Traté de pensar en una solución. Ella no había propuesto nada, lo cual no ayudaba. No estaba haciendo nada después de que yo no he dormido por su culpa, no estaba haciendo nada después de que acepté ayudarla a pesar que una persona como ELLA no lo merecía. Pero ya estoy acostumbrado a esperar cosas malas de ella y a que me decepcione. Que se quedara en el apartamento no era una opción, quedó completamente tachada de mi cabeza. Que la dejara en la calle tampoco era una opción, me la imaginé y aunque me dio mucha risa no pienso ser malo, ella lo fue, pero no debía caer en su mismo nivel. No debía TAN bajo.
-Pat, se que esto de por si te molesta,-dijo algo dulce tratando de derrumbar la poca paciencia que me queda para ella. Al parecer estaba viendo el enojo en mi cara-pero quería saber si tenias algo de comer.
-Hay algo de comer en uno de los dos cajones que están junto al refrigerador. Si no hay nada dale un vistazo al interior del refrigerador-dije algo rápido para que no notará en mi voz los sentimientos negativos que tenía acumulados.
Necesitaba descansar.
No podía descansar ni un solo segundo. Necesitaba ayudar lo antes posible a esta mujer. No sabía como. Claramente ella también estaba cansada, agotada, enojada, triste y...destrozada. Por eso la quería ayudar. No importaba cuanto estuviera enojada, en estos momentos necesitaba algo de ayuda y no podía dejarla tirada en la calle. Pero tal vez no la estoy dejando abandonada porque me daba tristeza ni lastima. Tal vez la ayudaba porque...aun estaba enamorado de ella. Pero no quería. No quería que me volviera a lastimar, lo cual se convirtió en una costumbre para ella. Estaba tan bien, en ese excelente lugar, buen trabajo, tal vez no era bueno estar con Monique pero al menos ella no me ha hecho tanto daño como Mary Lynn, así que eso cuenta como otra cosa buena de mi vida antes de que ella volviera. Mi vida ya era buena. No podía dejar que ella demoliera la gran vida que me había construido sin ELLA. Pudo haber cambiado en este tiempo, pero era poco probable.
De la nada una bombilla de luz se colocó flotando a unos centímetros en cima de mi cabeza y se encendió, dándome una idea que, por lo menos, nos ayudará a Mary Lynn y a mi por este día. O lo que resta de el.
Agarré el teléfono celular que estaba en mi bolsillo derecho. En seguida me metí a una aplicación en la que puedes buscar hoteles en línea. Traté de buscar uno de cinco estrellas. Lo encontré. Llame al hotel y reservé una habitación para Mary Lynn. El teléfono estaba haciendo un sonido mostrando que estaba llamando. Entonces escucho una aguda y dulce voz a mis espaldas. Esa voz hizo que me estremeciera. Desde que le escuché hace batido minutos no me había concentrado tanto en esa adorable voz que es como un rayo de luz en un día oscuro.
-¿Pat?-preguntó Mary Lynn casi en un suspiro.
-¿Si?-devolví la pregunta para saber lo que quería decirme.
-Estos chocolates caducaron hace como nueve años. ¿Porqué los tienes guardados?
-No huelen mal ni hacen daño, así que los conservo porque...-dejé la oración en el aire.
No quería contestar esa pregunta, aunque tal vez ella ya sabia la respuesta. La llamada había sido terminada, colgué sin querer hacerlo. Mis dedos lo hicieron sin mi consentimiento.
¿Quién conservaría unos chocolates durante al menos nueve años? Yo.¿Porqué si son solo chocolates? Para mi no eran solo unos chocolates. ¿Entonces que eran? Eran un recuerdo. ¿Porqué conservaba ese "recuerdo"? Porque era único y sabía que nunca volvería a recibir algo así. Y menos de esa persona.
Sus ojos color miel reflejaban mi rostro aunque estuviéramos a un par de metros de distancia. Su mirada asechaba la mía, me tenía atrapado en una red de la que no podía salir. Tenía que hablar para que ella me dejara salir de esa red. Pero, ¿qué podía decir? En realidad, era muy fácil. Siempre que ella y yo teníamos que solucionar algo lo que hacíamos era mentirnos el uno al otro. Al principio yo no quería, creía que si no decíamos la verdad se crearían mas conflictos. Pero su idea era olvidar el problema y no solucionarlo, por eso mentíamos. Así que no había de otra mas que olvidar lo que acaba de pasar y dirigirme al teléfono celular para darle una habitación a Mary Lynn.
No podía creer lo que acababa de hacer. No afronté a la cara cuando debía hacerlo.
Había cambiado.
Mary Lynn me había cambiado, pero no sabia si para bien o para mal.
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-¡¿Qué?!-dijo casi gritando Mellanie.
Valerie, Donna y Mellanie habían tratado de alegrarme o tan siquiera hacerme hablar desde el día anterior. Desde que declaré mis sentimientos por Mary Lynn había estado completamente callado. No hacía nada. Así que este día, apenas llegué a la escuela y estas tres niñas querían sacarme plática o una sonrisa. No lograban nada. Varios minutos después llegó Mary Lynn y traté de fingir que no había llegado, estaba muy nervioso y tenía miedo de como pudieran ser las cosas. Valerie se acercó a Mellanie y le dijo algo con voz baja y entonces Mellanie se exaltó.
-¡Mary! ¡Creí que las amigas se contaban todo!-dijo a gritos Mellanie para que Mary Lynn la escuchara.
En menos de un minuto Mary Lynn se aproximó a Mellanie y a Valerie. Entonces comenzaron a hablar. Poco a poco se les fueron acercando niñas del grupo de "las siete mejores". Yo me metí al salón, ¿qué estaría pasando ahí afuera donde estaban las niñas? Se quedaron hablando ahí por más de diez minutos hasta que llegó el profesor de física y ordenó que estas se metieran al salón. No se que había pasado entre estas chicas pero cualquier cosa que haya pasado logró que estas se enojaran.
-Es que ella dice que fue así-dijo Melanny dirigiéndose a Mellanie, Donna y a Valerie.
-Si, pero lo afecta a el cuando este no tuvo la culpa-dijo Mellanie algo molesta mientras se sentaba al lado de mi.
-Bueno, tienes razón-dijo Melanny en tono cabizbajo.
La clase comenzó.
Este lunes el profesor de física nos comenzó a hacer preguntas para comenzar el nuevo tema acerca de los átomos. Sin embargo cuando le preguntó a un chico alto, media casi dos metros, llamado Moriz, este se quedó completamente callado. Después el profesor decidió escoger a ciertas personas para hacerse pasar por moléculas de agua, lo que tenían que hacer era interpretar los movimientos de las moléculas de agua en el estado líquido, sólido y gaseoso. Los que fueron hacia el frente fueron las cuatas, sigo creyendo que son gemelas, Jane y Judi, también a una chica muy aplicada del salón llamada Cindy y a mi. El profesor dijo que teníamos que interpretar las moléculas de agua en estado sólido y lo que hicimos fue movernos pero como si estuviéramos muy apretados. Después dijo que en estado líquido y nos movimos más rápido, pero todo el salón se comenzó a reír porque creía que lo que hacíamos era "ridículo". Entonces el profesor se enojó porque no nos sabíamos controlar y nos encargó hacer un largo resumen de todo el tercer bloque del libro de física.
Y ahí estábamos ese día. La mitad de "las siete mejores" estaban enojadas entre ellas, ¿porqué? No sabia.
-Tranquilo Pat, nosotros estamos contigo, ¿verdad niñas?-me dijo y después se dirigió a Valerie y a Donna, quienes solo asintieron. ¿En qué estaban conmigo? Tampoco sabía, esto era tan confuso.
Poco a poco el profesor comenzó a llamar nuestros nombres para que nos dirigiéramos hacia su escritorio para que nos revisara el resumen.
Cuando terminó la clase de física llegó la maestra de matemáticas y después química, y otras clases que casi detesto. Bueno, no tanto como química.
El recreo llegó en menos de lo que pensé y todos salimos. Suponía que Mark y Elliot estaban en mi contra, porque solo Mellanie, Valerie, Donna y Melanny estaban de mi lado. No se porque gente esta de mi lado y porque otra gente no. De hecho ni siquiera se porque existen dos lados. Entonces Mellanie habló:
-Ya te dijimos que las tres, y mitad si mitad no Melanny, estamos de tu lado, ¿verdad?.
-Si no es molesto, ¿me podrían explicar que sucede?-pregunté algo exhausto de caminar a ciegas mientras bajábamos las escaleras para salir al recreo en el patio de la secundaria.
-Bueno, todo empezó...-comenzó Valerie.
-¡No le digas!-intervino Donna.
-¡Donna! De todas formas tendrá que saber...-dijo Mellanie.-Yo te digo todo. Bueno, en realidad, no es mucho que digamos. Lo que estaba pasando era que las otras niñas, excepto Melanny, creen que lo que hiciste estuvo mal. Hablo de haberle dicho que sentías algo por ella, esto porque creen que te precipitaste mucho. Melanny no eta de ninguno de los dos lados porque no quiere meterse en problemas, pero yo se que te apoya a ti.
Yo solo asentí mientras me metía al laberinto de mis pensamientos. Cuando entro ahí es muy difícil que salga hasta que encuentre lo que buscaba. Comenzaba a correr en ese laberinto, tratando de unir puntos y darme cuenta de las cosas que estaban pasando. Solo Valerie, Donna, Mellanie y Melanny me apoyaban en este asunto. Elliot y Mark apoyaban a las otras, ¿cómo lo sabía? Era obvio. Según esto Flower no estaba de mi lado, así que obviamente Mark tampoco. Y Elliot tampoco me apoyaba porque...porque Mary Lynn tampoco lo hacia. Eso me ponía triste. Creí que Mary Lynn sería comprensiva en este asunto.
Cuando Flower, Mark, Elliot, Rubby y Mary Lyyn pasaron a nuestro lado dejaron de reírse y de hablar, de hecho hicieron todo lo posible por no hacer contacto con nosotros. No puedo creer que esto arruinara la amistad de todos. Solo yo me merecía esto, y, por mi culpa, ahora Mellanie, Donna y Valerie pagaban el precio. Bueno, tampoco era para tanto. Supongo que tarde o temprano se reconciliaran. El problema es que no se que pasará conmigo. Ellos eran mi única familia. Significaban mucho y, sin ellos, todo sería diferente.
Al acabarse el recreo Donna vino con Mellanie y Valerie hacia a mi. Me preguntaron que exactamente porque le dije ese día a Mary Lynn que sentía algo por ella. Yo respondí que porque tenía miedo que alguien le dijera.
-Por ejemplo, Rick, Flower...-dije hasta que estas se fueron corriendo y se metieron al salón. Yo solo las seguí y para cuando me senté en mi asiento el grupo de "las siete mejores" se habían salido del salón. Supongo que, por fin, se reconciliaran. Fue entonces que descubrí que no había venido la profesora de ciencias sociales y que teníamos una hora libre. Por eso las niñas salieron.
Empecé a dar vueltas caminando por todo el salón debido a que no tenía nadie con quien hablar. Mellody estaba con una amiga mi que es su mejor amiga llamada Katherine. Katherine es una chica de cabello café muy claro, algo corto, usa anteojos y le gusta mucho leer. Como a mi. Moriz, Fred y Zedrick estaban jugando un juego de mesa con Elliot, Mark y George, y tenía miedo de acercarme a los primeros dos por lo que pasó hace unos momentos. Rick estaba con Eddie usando sus teléfonos móviles. Y Cindy estaba escuchando música en su tableta. Estaba solo.
De la nada mi cuerpo se comenzó a mover solo. Ni siquiera me pidió permiso de moverse y comenzarse a dirigir al escritorio donde estaban jugando un juego de mesa varios chicos. Entonces de la nada logré girar, pero antes de librarme por completo una voz se escuchó.
-Pat, ¿quieres jugar?-preguntó Elliot. ¡¿Elliot?! Creo que se lo tomo mejor de lo que pensaba. Me quedé extrañado unos momentos, peor después negué la oferta y seguí caminado.
De la nada un estruendo como el de un trueno durante una tormenta, se escuchó en todo el salón y todos nos sobresaltamos. Estábamos muy aterrados. Estábamos muy tranquilos en silencio y de la nada ese estruendo se escuchó.
Era la puerta. Al parecer alguien la golpeó para abrirla, entrar, y para cerrarla. ¿Quién era? ¿Quién estaba tan enojado o enojada que golpeó la puerta y después soltó un gruñido?
Flower.
Ella fue la que hizo todo. Lamentablemente lucia MUY enojada. Y lo peor, creo que estaba en mi camino.
-¿Flower?-fue lo único que conseguí decir.
-¡Pat!-dijo en un suspiro.
-¿Estas bien?-pregunté mientras me acercaba a ella. Creo que no estaba enojada, estaba triste y lo ocultaba con ira.
-Pat, quiero que sepas que yo jamás le diría a Mary Lynn...-dijo. Su voz se comenzaba a entrecortar, sus algo grandes ojos se contaban a humedecer y se tornaban algo rojos.
-Lo se-dije tan rápido como pude agarrándola de los hombros para que no se sintiera mal. Tal vez creí que todo el asunto era su culpa.-Tal vez deberías regresar con las niñas. Ya sabes, por si te necesitan.
Flower solo asintió. Y con la cabeza gacha y los brazos cruzados salió del salón sin mas.
Volví a sentirme solo de la nada, así que decidí unirme a los niños para jugar un juego de mesa. El juego consistía en el que había cartas con un numero en ellas, podía ser desde el número uno hasta el diez. Entonces las cartas se revolvían y estas se repartían entre los jugadores. Eran siete a cada uno. Después empezaba un jugador y decía el número uno y sacaba la carta y la colocaba en el centro. Después el segundo jugador decía el número dos y colocaba la tarjeta en el centro dando a conocer el número que traía la tarjeta. Y así se continuaba el juego hasta que el número que estaba en la tarjeta era el mismo que el que el jugador había dicho; cuando esto pasaba todos tenían que colocar su mano en el centro, donde estaban las cartas, y el último que colocara la mano era quien se llevaba todas las tarjetas. Ganaba el primer jugador que se quedara sin tarjetas.
Jugamos como dos o tres juegos antes de que las niñas se metieran al salón con lagrimas marcadas en su rostro. En especial Mary Lynn. De hecho ella aún tenía los ojos rojos e hinchados, lo cual indicaba que había llorado, al igual que todas las niñas.
Me senté y Mellanie y Melanny me dijeron que todo se había arreglado. Yo les respondí que conmigo ocurrió algo parecido, ya que, al parecer, Elliot y Mark nunca estuvieron en mi contra. Eso creo.
-La única cosa es que Mary Lynn está algo confundida porque no le estas hablando-dijo Melanny.
-Es que siento que ya nada será igual... Tengo miedo-admití frente a ellas.
-Pase lo que pase nunca lo sabrás, porque no hablas con ella-dijo Melanny.
Y a los pocos segundos, como una obra del destino, Mary Lynn se acercó a nosotros. Estaba muy nervioso. Estaba completamente asustado, no sabia que o que no hacer en esos momentos.
-Pat, ¿me puedes prestar tu libreta de física para comparar nuestros resúmenes?-preguntó Mary Lynn. Yo asentí y le di mi libreta.
Me extrañé un poco debido a que el resumen ya lo había revisado el Profe, así que no había necesidad de que ella viera mi libreta. Así que pensé: "Tal vez era una excusa para que pudiéramos volver a hablar." Y eso lo deje en mi cabeza por cierto tiempo. Creí que en serio todo volvería a ser igual.
No lo fue.
Poco a poco y muy lentamente Mary Lynn comenzó a apartarse. Cuando yo me acercaba a ella, esta se apartaba a un lugar mas lejos que yo. Cuando le hablaba ella hacia lo posible por no seguir la conversación. Y si yo no le hablaba ella no me hablaba y permanecíamos sin hablarnos todo el día.
Ya no éramos amigos. Lo único que nos mantenía como amigos era decirnos al uno al otro que lo éramos. Fuera de eso...ya no éramos nada. Eso me destruía por dentro.

Estrellas ColapsandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora