Apenas salí del apartamento y noté que algo estaba mal.
En realidad, había MUCHAS cosas mal. No quería estar enamorado de Mary Lynn. Quería que esto se acabara. La última vez que esto me pasó terminé arrollado por el mismo automóvil mas de un millón de veces. Y por mas veces que pasaba mas agujeraba mi corazón, el cual cada vez se destrozaba mas que solo quedaba una MUY pequeña parte de él.
Sin embargo eso no era lo que noté que estaba mal.
Resulta que se suponía que iría a visitar a Melanny para que me ayudara a solucionar este problema, pero había otros dos problemas, 1. No me había dado una ducha, y 2. No sabía donde encontrarla. Por suerte había solución para aquellos problemas. En seguida me dirigí al elevador, que por suerte ahora ya estaba en servicio. Tardé cinco minutos en llegar a mi apartamento. Me metí y me dirigí a la ducha.
Estaba algo abochornado por todo lo que había pasado el día de ayer y parte de hoy, así que decidí bañarme con agua algo fría.
Salí de la regadera, me sequé con una toalla negra, me la puse alrededor de la cintura y me dirigí al clóset para tomar algo de ropa. Me puse ropa interior, una camiseta algo grande color morada y unos pantalones negros. Al principio no me agradaba la idea de vestirme así, en especial porque considero que usar una camiseta es estar MUY formal, pero después recordé que iba a comer con Kayla.
Kayla. No la conocía bien, porque, en realidad, no puedes conocer a nadie bien si solo has hablado con ella un par de horas en un solo día. Pero sabía al menos que era de fiar. Podría ser otra persona importante para mi. Podría ser parte de mi vida y cambiarla, en esa ciudad no tenía a casi nadie. Por eso no quería que nadie se fuera. Otra vez me quedaría solo y sin nadie. La presencia de Kayla cambiaba eso.
Lamentablemente no estaba enamorado de ella.
Daría todo por haber estado enamorado de ella, o haberlo estado de personas como ella. Pero en cambio cada día me había estado torturando pensando en Mary Lynn. Cada día que estaba con ella o que pensaba en ella me torturaba a mi mismo. Lo peor era que por mas que quería olvidar no podía. Mary Lynn no tenía la culpa de nada, lo sabia. Porque, no creo que por su cabeza pasara: "Ahí viene Pat, iré a lastimarlo." Hubo veces en las que me lastimó, pero no era su intención, no sabía lo que hacia.
Pero tarde mucho en darme cuanta. Arruiné todo.
Mellanie siempre me decía que el sentimiento no se iría tan fácil, ni cuando yo quisiera. Sino que se iría con el tiempo. Pero, ¿porqué no se había ido aún? ¿Porqué de tanto sufrimiento que me había causado no se había ido ese ESTÚPIDO sentimiento? Siempre tenía esperanzas de que todo cambiaría, de que todo sería mejor.
Nuca lo fue.
Nunca se lograba lo que yo buscaba, siempre terminaba destrozado. Sin embargo luego encontré una forma de salir de ahí, de la tortura. Escapaba. Me escapaba del mundo real. A veces era por un par de segundos, otras veces era por varios minutos, e incluso algunas veces escapaba por muchas horas. ¿Cómo?
Había varias cosas que me encantaba hacer. Gente, los llama hobbies. Yo los llamaba mi escape del mundo, escape del dolor, escape del miedo...escape de la vida. Muchas personas cuando algo no sale bien en su vida lo primero en lo que piensa es suicido. Sin embargo yo no pensaba en eso, yo me escapaba, sentía que así el dolor se disolvía, mas no desaparecía, el miedo de que la gente me lastime se convertía en una relajación, y la vida era fantástica, o sea de la fantasía.
¿Cuáles eran esas formas de escapar?
Leer. Yo era aficionado a la lectura. Siempre que algo pasaba convexa a leer y, literalmente, me metía en otro mundo. Era increíble porque mi imaginación viajaba por un mundo fantástico y me hacía sentir mejor. Pero conforme mas leía mas me daba cuenta de lo que hacían los libros, al menos la mayoría, nos engañaban. ¿Cómo? La mayoría terminaban con un final feliz. Y eso es un completo ENGAÑO. Los finales felices no existen, son irreales. Si crees en ellos te estas engañando a ti mismo. Cualquiera que sea normal y sea tan siquiera algo inteligente sabrá eso. Por eso me cagan los finales felices en las historias y en las películas, porque engañan a las personas dándoles falsas esperanzas de la felicidad.
Claro, se que la felicidad existe. Pero solo es temporal. No es para siempre. La vida me ha enseñado todo lo que se, y estoy agradecido, ya que de lo contrario no hubiera estado preparado para recibir golpes tan bajos.
Cuando me terminé de peinar, o algo así, tomé mi teléfono celular y mandé un mensaje a Melanny. Si contestaba y tenía la ubicación activada podría rastrearla e ir a darle una pequeña visita.
No tardó mas de cinco minutos en responder.
Melanny: Hola, Pat. ¿A que se debe que me hables?
No quería dejar el mensaje en leído porque se vería algo raro. Así que decidí contestarle y decirle lo que quería hacer.
Yo: Quería visitarte pero no sabía donde estas, así que decidí preguntarte.
Melanny: Esta bien, si quieres te paso la dirección.
Después de un par de minutos la dirección de Melanny me llegó por mensaje. Estaba, según la dirección, en un hotel. Al parecer no planeaba quedarse mucho tiempo.
Salí del edificio y me encontré a un taxi estacionado enfrente. Le pregunte si me podía llevar a la dirección que me dio Melanny. Este asintió y se subió al taxi, justo como yo hice a continuación.
El sol seguía apoderándose del cielo, calentando todo a su alrededor. El clima ese día era muy caliente. Simplemente no lo soportaba. Era increíble que con el con el simple hecho de salir ya te están sudando las manos, el cuello, la frente o algún otro lado del cuerpo. Por suerte en el taxi estaba prendido el aire acondicionado. El aire acondicionado me relajaba tanto al estar golpeando mi cara, tenía ganas de dormir. No me acordaba de que no había dormido NADA hasta que me comenzó a dar sueño. Esa era una sensación genial, aire muy fresco golpeando mi cara, sentado en un asiento cómodo en el cual me recargué, ojos cerrados, nada de qué preocuparse ni en que pensar y lo que necesitaba...sueño. Dormir.
Un movimiento brusco e inesperado me sacó de la nada. Porque, en realidad, no sabía en que estaba pensando o soñando mientras descansaba, ya que no estaba del todo dormido. El movimiento brusco se originó debido a que un carro se le atravesó al taxi y este tuvo que dar una vuelta rápida e intrépida. Aún no se porque después de abrir los ojos y después de dar la vuelta comencé a reírme a carcajadas, lo único que sé es que el taxista se me quedó mirando con extrañeza, era como si yo fuera un fenómeno extraño.
El camino, después de aquella vuelta, fue muy tranquilo y por suerte el taxista dejó de darme miradas raras. Después llegué al hotel en el que se hospedaba Melanny.
Me dirigí a la recepción y pregunté por la habitación a nombre de Melanny Brown. La joven detrás del mostrador en la recepción no me quiso dar el numero de habitación porque decía que debía haber privacidad de cliente. Pregunté si tan siquiera podía hacer una llamada para informarle que estaba en el hotel esperando. La joven, de mala gana, habló a la habitación de Melanny y avisó que yo estaba esperándola. Entonces la joven bajo la mirada, su cara no podía mostrar más negatividad, entonces dijo:
-Habitación mil ochocientos setenta y dos, segundo piso. Ella también lo está esperando.
Apenas dijo esto y me dirigí al elevador más cercano. Al llegar había otras tres personas en el elevador. Seleccione el botón que tenía marcado el número dos y las otras personas seleccionaron otros botones con diferentes números grabados en estos. Cuando estos terminaron de seleccionar los botones el elevador comenzó a ascender y se detuvo en el segundo piso, que era el más cercano después del de los demás.
Comencé a buscar la habitación número mil ochocientos setenta y dos. La logré encontrar en aproximadamente siete minutos. Dí un par de golpecitos en la puerta hasta que Melanny abrió. Cuando la vi el día anterior no había tenido tiempo de apreciaría buen. El cabello. Se lo había cortado, de nuevo, le llegaba a unos centímetros después del hombro, lo tenía algo ondulado y era color negro. Tenía los ojos marrones como el tronco de un encino. Me había ganado en estatura. Tenía una blusa de puntos negros color blanca y unos pantalones entubados negros. Lucia bonita.
-¡Pat! ¡Me sorprende que hayas tenido la iniciativa de venir! Pero, lamentablemente, ya me iré. De hecho estoy empacando-dijo mientras me daba paso a su habitación y me enseñaba las maletas y algunas cosas tiradas.
-No hubiera venido de no ser por tres motivos-dije mostrando solo tres dedos de mi mano mientras imitaba a Melanny sentándome en una de las orillas de la cama.
-¿Y?-preguntó Melanny mientras bajaba su cabeza y la volvía a subir. Tenía una mano en cada rodilla.-¿Cuáles son eso tres motivos?-preguntó creyendo que no había entendido la primera pregunta y haciendo énfasis en el número.
-El primer motivo es que eres mi mejor amiga y no podía desaprovechar la oportunidad de verte...de una buena forma y no peleando-dije y la mirada enojada y desesperada de Melanny se desvaneció. Incluso creo que sonrío un poco.-El segundo es que creo que no te puedes ir-continué y Melanny se quedó en espera del tercer motivo.
-Necesitas ayuda, ¿verdad? Pero, el caso es que no puedo ayudarte en estos momentos, como ya te habrás dado cuenta. Estoy muy ocupada, Pat-dijo Melanny mientras se levantaba de la cama y me hacía señas invitándome a salir de la habitación.
-Melanny, espera...-dije pero Melanny seguía sacándome de la habitación hasta que ya estaba casi afuera.
-¿Porqué me necesitas exactamente a mi?-preguntó Melanny aún más desesperada. Creo que eso se estaba poniendo algo feo e intenso. Peor, vamos, era Melanny, lo podría solucionar.
-Porque, la razón me enseño que debo afrontar los problemas y no huir de ellos-dije en un hilo de voz y respirando rápidamente debido al esfuerzo que había realizado para que Melanny no me sacara de la habitación.
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Estrellas Colapsando
Teen FictionEn uno de sus días normales (en los que no hace nada y se aburre hasta morir), Patrick Toster recibe la invitación a un reencuentro con antiguos amigos. Cuando Pat se ve "obligado" a reencontrarse con viejos amigos, toda su vida da un giro inesperad...