CAPÍTULO 15

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Decidí que yo también quería bañarme. Así que tardamos aproximadamente una hora en salir del edificio. Una pregunta seguía rondando en mi cabeza: ¿a dónde íbamos? Desde hacía dos horas me había estado haciendo preguntas como aquella.
Yo traía puesta una chaquetilla azul por encima de mi ropa, y Mary Lynn traía un saco café y un gorro de estambre color morado. El calor había disminuido, por suerte, eso gracias a que el viendo azotaba muy fuerte. Al principio, no lo podía creer, pensé que era más temprano, pero después miré mi reloj y ya eran pasadas la una de la mañana. Eso explicaba el clima y que varias luces de la ciudad de hayan apagado.
Mary Lynn me guiaba, esa vez si la dejé, ya que yo no sabía a donde demonios íbamos. Eso me frustraba mucho, no tener idea de cuales sería mi destino, era como estar caminando con una gran venda en los ojos. Era como estar ciego mientras tratas de leer un mapa. Otra cosa que me extrañaba, era que en todo el trayecto ninguno de los dos nos dirigíamos la palabras. Podía ver montones de miles de millones de palabras sobre nosotros flotando en el aire y ninguno de los dos las pronunciábamos. ¿Qué tramaba Mary Lynn?
Pasábamos las calles y entre más tiempo pasaba, más acelerábamos el paso. Comencé a caer sobre mis pensamientos y descubrí que nunca habíamos estado tanto tiempo solos ni tan juntos. Probablemente nos estábamos acercando, digo, todo es posible y eso cabe en las millones de posibilidades de estas acciones. Tal vez nos estábamos acercando sólo como amigos, lo cual se había acabado, pero tal vez, sólo tal vez, nos habíamos acercado del modo en el que tal vez seríamos algo más.
Mary Lynn comenzó a alentar el paso, por lo tanto, yo también lo hice. La respiración de esta se comenzó a entrecortar, estaba cansada; debo admitir que yo también lo estaba, no tenía tanta condición física que digamos. Nueva propósito de año que debía cumplir: hacer más ejercicio. No sabía cuando lo haría, casi todo el tiempo estaba ocupado. Quizás podría hacerlo en el tiempo libre que aveces tenía, ya que no sabía que hacer cuando tenía esos tiempos libres.
Nos detuvimos en seco frente a un pequeño edificio color marrón con ventanas oscuras. Al ver el edificio, Mary Lynn mostró una gran sonrisa que comenzaba desde su oído derecho u se extendía hasta su oído izquierdo. Esa sonrisa era hermosa, había olvidado por completo como era verla sonreír. Había olvidado que me había propuesto a mi mismo que mientras estuviera vivo, cada día que yo estuviera con ella debía hacerla sonreír. Se veía tan linda, el viento resoplando en su cara, algunos cabellos escapando de su gorro mientras se iban hacia atrás por las oleadas de viento, si cara pálida por el frío mientras trataba de no temblar y esa gran sonrisa en la cual mostraba sus dientes y una abundante felicidad, una felicidad que era fácil de contagiar.
-Llegamos-anunció Mary Lynn subiendo sus brazos y dejándolos caer de golpe sobre si sacó.
-Si, ya había llegado a esa conclusión hace un par de minutos. Mi pregunta es: ¿a dónde llegamos?-pregunté mirando a mi alrededor.
Había muchas posibilidades. Tal vez el lugar era el piso en el que estábamos parados, árboles que había en el parque que estaba a nuestras espaldas, el restaurante de hamburguesas que estaba cerrado día edificios al lado derecho del que estaba justo enfrente de nosotros, o alguno de TODOS los edificios que teníamos a nuestro alrededor. Todo era posible.
-¡¿Qué?! ¡Por favor, dime que no has olvidado el código de emergencia 1D-19-TS-89!-me ruega Mary Lynn.
Por alguna razón ese código me resultaba familiar. Traté de divagar en lo más profundo de mi mente para tratar de saber de que se trataba todo aquel asunto. Los primeros dos dígitos y letras del código, según creía, tenían que ver con la banda favorita de Mary Lynn, y lo demás tenía que ver con una de mis artistas favoritas. Pero, ¿qué tenía que ver eso con todo el recorrido y los planes de Mary Lynn? Además, no recordaba haber creado un código con ella. Lo último que recordaba acerca de nosotros dos era que escapé de California abandonando todo. Después de aquel acontecimiento, Mary Lynn descubrió mis planes y decidió ser parte de ellos. Espera, Pat, espera. Esos dos años, la promesa rota, ella te abandona, pero fue parte de tus planes, entonces ¿que ocurrió en aquellos dos años? No lo sabía con claridad, me había dicho a mi mismo que tenía que olvidar todo, así ya no sufriría al recordarlo todo cada día.
Negué con la cabeza mientas aún buscaba la respuesta en lo más profundo de mi cabeza. Mary Lynn se acercó a mi y sonrió más, como si ya hubiera planeado aquello, conos o quisiera darme la respuesta, para que lo que sea que ocurrió lo pudiéramos revivir. Yo cada vez me confundida más y más.
-¿A dónde crees que va una pequeña parte de tu dinero durante estos meses? Bueno, excepto el año pasado, yo me encargué de ello ese año porque me sentí culpable y...bueno, ya sabes-me explicó comenzando con un gran entusiasmo pero terminando con la voz apagada y cortada.
Entonces una serie de imágenes aparecieron en mi mente, eran recibos, y en ellos había pagos que debía hacer de dos departamentos. Pero yo sólo vivía en uno, el otro...¿de dónde era? ¿Para qué lo usaba? O, mejor dicho, ¿para qué lo usé? Según lo que dijo Mary Lynn, ella también se había encargado de pagar el apartamento extra durante un año, pero ¿porqué?
Fue cuando, además de las imágenes de los recibos, también llegaron imágenes del lugar en el que estaba en ese exacto momento con grandes recuerdos y maravillosos momento. No lo podía creer. ¿Cómo pude olvidar todo?
-Espera...entonces, ¿ese es...?-no tuve que terminar la pregunta mientras señalaba el edificio cuando Mary Lynn asintió con una granos obtusa marcada en su rostro.
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