CAPÍTULO 3

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Era domingo por la mañana. Mi apartamento no era un desastre. Estaba incluso mejor que otros días. Sin embargo todos los domingos era día de limpieza en mi apartamento. Muchos dicen que eso es cosas de chicas y, probablemente, tengan razón. Pero si alguna chica venia a mi apartamento no querría que viera todo un basurero, se espantara y saliera corriendo a advertirle a todas las chicas que nunca me visitarán porque vivía en un basurero. Tenía planeado limpiar a penas me despertara. Ese plan cambió. Quería ir primero a la iglesia como hago todos los domingos, solo que en ese día lo haría por la mañana.
Me vestí algo formal. Una camiseta de cuadros y un pantalón de mezclilla algo holgado y unos converse negros. No estaba acostumbrado a vestirme MUY formal, así que hacía lo que puedo.
Salí del apartamento y pedí un taxi para que me llevara a la iglesia de la ciudad. Llegue a la iglesia. Era grande, demasiado.
Unos cuarenta y cinco minutos después la misa acabó. Salí lentamente y conseguí otro taxi para que me llevara de nuevo a mi apartamento. Ya venía el día de limpieza. Ahora si.
Cuando el taxista me dejó una calle antes de mi apartamento logré ver a alguien que no deseaba ver desde que, afortunadamente, salí de la secundaria. Era mi némesis, y la de toda la secundaria cuando yo estaba ahí, era el diablo encarnado. Era la peor persona, si así se le podía llamar, que he conocido. Era mi antigua profesora de matemáticas: Monique. Iba con alguien mas y estaba levantando la mano y agitándola en modo de saludo. No podía ser tan malo, así que no tuve más opción que responderle el saludo. Lo que no me esperaba era que ella y su acompañante se acercaran a mi. Ahora tampoco tenía opción, pero no podía dejar que se acercaran y tener una plática "formal" con una de las personas que mas odiaba. Bueno, no la odiaba. Yo era incapaz de odiar a alguien, más bien la persona que menos me agradaba. Eso sonaba considerablemente mejor.
Comencé a alejarme poco a poco, despistadamente, así podría irme sin tener que mantener una conversación con ellas. Intento fallido. Me alcanzaron y me jalaron del brazo para llamar mi atención. Sin querer hacerlo me gire sobre mí mismo y las volteé a ver debido al jalón que me dieron. Ahí estaba mi PEOR profesora y persona. Aún tenía los grandes lentes, seguía algo, muy poco, pasada de peso, se seguía maquillando como payaso y seguía teniendo esa voz irritante y chillona. No la puede soportar cuando dijo:
-Hola Pat. ¿Como te ha ido?
El simple sonido de su voz me mataba por dentro. No se porque siempre que la veía o que la oía hablar me daban ganas de golpear ese rostro lleno de maquillaje y plástico. Si es que le operaron. Y si se operó para quedar mas "bonita", pues le vieron la cara, quedó HORRENDA. Igual que siempre.
-Pues creo que bien. Me sirvieron sus consejos-creo que la forma más rápida de librarme de ella era halagándola para que piense que hizo un buen trabajo y así estaría "satisfecha" y se iría. O al menos, eso creía hasta entonces. Pero no fue así. No pasó nada. Se quedo ahí con esa sonrisa macabra. No soportaba aquellos INCÓMODOS momentos. No se si ya habían pasado horas, minutos o segundos. De lo que estaba seguro era de que el tiempo estaba pasando muy lento. Más de lo que me gustaría. Entonces Monique se dignó a volver a abrir la boca, para mi mala fortuna.
-Ella es mi hija, se llama Britney-me dijo señalando a su hija. Si, le tocó la mala suerte de ser su hija y heredó la fealdad. Tal vez el padre es mas descuente y no tan feo. Britney es en definitiva mas bonita que Monique, por suerte.
-Oh, bueno-dije muy sorprendido. ¿Monique tenía hija? ¿Cómo? Entonces tenía que tener un esposo, o tuvo, o algo así. Pero, ¡¿cómo?! Era Monique, el "Diablo Encarnado", ¿cómo alguien pudo ser tan ESTÚPIDO como para hacerle aquel GRAN favor a Monique? Al menos que... ¡Claro! De seguro adoptó.-Que suerte que hondo guerras que se parezca a ti-dije dándole la indirecta de que ya sabía que su hija era adoptada.
-¡Claro que se iba a parecer a mi! Yo la tuve. Bueno, en realidad la tuve con mi esposo Bill-dijo como si nada. ¿Esposo? ¿Alguien se atrevió a casarse con aquel fenómeno? Tal vez ya se habían divorciado y por eso estaba sola con su hija en esos momentos.-De hecho me esta esperando. ¡Mañana es nuestro aniversario de seis años de casados!
¡No lo puedo creer! ¿Seis años? ¡Esto debe ser una maldita broma! ¿Cómo es que ella...?
Oh, ya lo olvidaría. Lo importante en ese momento era que debía salir de ahí...INSTANTÁNEAMENTE.
-Que bien, pero ya me tengo que ir-les dije tratando de sonar triste por despedirme de ellas. Aunque por dentro estaba dando saltos de gloria por que al fin me habían dejado ir.
Ya estaba en la sala principal del edificio, estaba dirigiéndome directamente al elevador cuando una voz irritante y chillona gritó desde atrás:
-¡No puede ser! Vivimos en el mismo edificio.
No, por favor no. ¿Que hice malo como para merecer que Monique y su familia vivieran en el mismo edificio que yo? Eso no podía estar pasando. ¿Por qué a mi?-Aprovechando que vivimos en el mismo edificio, ¿porque no cuidas a mi perro? Es un schnauzer. ¡Oh! Aquí viene. Mira el es, se llama Colty- me dijo mientras me acercaba a su perro para cargarlo. ¡Oh no! No no no no no. No quería cuidar al asqueroso, en realidad no era asqueroso, perro de la apersona que menos me agradaba. Al DEMONIO las formalidades, no quería estar con la persona que más ODIABA.-Tranquilo te pagare veinte dólares la hora.
¡Wow! Eso cambia las cosas... ¡No! Para eso se supone que trabajo. Aunque la verdad necesitaba compañía. Y ese perro me podía hacer buena compañía...

Estrellas ColapsandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora