Inocente

Si mis manos pudieran deshojar

Trago saliva mientras me mantengo a cierta distancia de la multitud, lo suficientemente cerca para escuchar las conversaciones, pero lo bastante alejada para no ser parte de la escena. Un cura está dando un discurso emotivo, y las lágrimas fluyen libremente entre los asistentes mientras lamentan la pérdida de Samantha.

De repente, empiezo a escuchar gritos ahogados que rompen el silencio. Giro la cabeza para ver qué ha causado esta reacción en la gente.

Y entonces lo veo: Marco Renaldi, vestido de negro, con un rostro demacrado que va más allá de los efectos de la resaca.

Renné Hidalgo, la madre de Samantha, comienza a gritar incoherencias mientras arroja le corona de flores.

—¡Fuera! ¿¡Cómo te atreves!? —Grita con furia. Jessica, la hermana de Samantha, se interpone entre Renné y Marco, tratando de evitar que la situación empeore. La tensión en el aire es palpable, y el funeral se ha convertido en un escenario de emociones desbordadas y confusión.

—Mamá, basta. —Pide Jessica mientras toma a su madre, quien se desploma sollozando en sus brazos.

—Que se vaya. Que se vaya. —Renné implora entre sollozos. —Me ha quitado a mi niña. La ha matado. —Trago saliva al escuchar sus palabras. Marco deja un ramo de flores cerca del ataúd cerrado y se da la vuelta para alejarse.

Observo cómo un hombre se acerca y trata de calmar a Renné mientras Jessica se dirige hacia la dirección por la que se ha ido Marco. Mi curiosidad me impulsa a seguirla sin que se dé cuenta.

—Marco. —Oigo que lo llama cerca de la salida del cementerio. Me escondo detrás de un mausoleo mientras veo cómo Marco se da la vuelta para mirar a Jessica. —Siento lo de mi madre, pero te agradezco que hayas venido. A mi hermana le habría gustado que estuvieras aquí. —Dice Jessica, lo que me deja con la boca abierta por sus palabras y la forma en que se dirige a él.

¿No se supone que está hablando con el presunto asesino de su hermana?

—¿Jessica, por qué me dices todo esto? —Pregunta él, su voz sin emociones, como si estuviera derrotado. Noto una marca roja en su mejilla, probablemente un golpe de Renné.

—Marco, sé que no fuiste tú. —Afirma Jessica con seguridad, y mis ojos se abren aún más. —Te vi con ella, los vi a ambos, eras lo mejor que le había pasado, y... vi el anillo que habías comprado... —Añade en un susurro. Saco mi teléfono y abro la aplicación de notas para registrar todo lo que escucho.

Iba a pedirle matrimonio a Samantha (Fuente Jessica Hidalgo)

—Querías casarte con ella, ¿por qué ibas a matarla? —Pregunta Jessica, y su voz se quiebra en la última palabra.

—Jessica... —Dice Marco, también con la voz entrecortada. —La quería... La quiero.... —Afirma, y veo cómo Jessica lo abraza mientras ambos lloran juntos.

—Lo sé, Marco. Espero que te dejen en libertad. No testificaré en tu contra, pero debemos averiguar quién le hizo esto a mi hermana. —Dice ella.

—He contratado a un detective privado para descubrirlo. —Informa él, mientras se aparta de Jessica y se limpia las lágrimas de las mejillas con el dorso de la mano.

—Descúbrelo. —Le pide Jessica antes de regresar al lugar donde continúa el funeral de su hermana.

Veo cómo Marco se da la vuelta con las manos en los bolsillos del traje que lleva puesto.

—Marco. —Lo llamo cuando me acerco a su lado. Él me mira sorprendido.

—Estaba aquí visitando la tumba de mi abuelo y vi lo que te hicieron. —Le explico, señalando hacia el lugar donde continúan enterrando a Samantha. Él se encoge de hombros.