𝕄𝕀𝕆 ♡︎𝑘𝑜𝑜𝑘𝑚𝑖𝑛♡︎ ☠︎︎ᵐᵃᶠⁱᵃ☠︎︎

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 #27

Tal y como Kim Ji-Eun lo había pedido, finamente había sido sepultada al lado de la tumba de IM Nayeon, dos mujeres que lucharon por estar juntas, pero que lamentablemente no tuvieron la suerte de permanecer con vida. Si era verdad que había otra vida después de la muerte, esperaban reencontrarse, para poder al fin ser felices.

–cumplí mi promesa– hablo Jimin– estás al lado del amor de tu vida– se agachó y poso su mano derecha en la costosa lápida, mientras que con la izquierda, sostenía un ramo de rosas blancas– descansa en paz querida amiga– una silenciosa  lágrima cayó por su mejilla, mientras dejo las rosas enzima de la lapida– te quiero–

Jungkook lo ayudó a levantarse, todos los presentes tenían un aura triste, el ambiente sombrío combinaba a la perfección con sus costosos trajes negros.

Jimin se abrazo a su novio, escondiendo su rostro en el cuello del más alto, sintiendo el calor y la paz que tanto necesita en esos momentos. Al igual que él, Jin hizo la misma acción, escondiendo su rostro en el cuello el moreno, quién gustoso lo estrecho con sus fuertes brazos, dándole apoyo y confort.

En el lugar se encontraban las únicas personas que IU considero familia y amigos, Jimin, Jin, Jungkook, Namjoon y Hoseok, que había asistido, aún con la pierna herida, más los hombres de Jeon, si bien no tuvieron el tiempo suficiente para convivir y conocerte mejor, con lo vivido basto, para reconocer que fue una gran mujer, al principio tuvo sus errores, más después demostró ser una gran amiga, su lealtad y confianza iba por encima de todo. Sin duda habían perdido a alguien muy valioso.

A Jin, le hubiese encantado estar en el entierro de Taehyung y Yoongi, ellos también formaron parte de ese grupo de amigos, que aunque no llevarán la misma sangre, se consideraban una familia, podrían pertenecer a la red de narcotráfico más poderosa de Seul, sin embargo, eso no quitaba el hecho, de que eran personas con sentimientos, sobre todo, la mayoría eran aún muy jóvenes para llevar ese tipo de vida, que aunque todos se hizo contra su voluntad, supieron adaptarse al cambio y juntos salieron adelante.

Pero la traición de uno de ellos, más el odio, ambición y sed de venganza acumulada de muchas otras personas, acabo con la vida de 4 integrantes de esa familia, dos mujeres, dos hombres, ese par de parejas, que demostraron cuan bello y ruin puede llegar a ser el amor, ese sentimiento cálido, que si bien puede llegar a sacarte del hoyo más profundo y oscuro, también puede hundirte mucho más en el. Pero también demostró que por amor fueron capaces de seguirse hasta la muerte.

Sin mucho más que decir, el cementerio fue desalojado, quedando una vez más, silencioso y solitario, con solo la presencia de las almas que habitaban en aquel lugar.

Los costos autos aparcaron en la gran mansión Jeon, aunque la gran casa estuviera en luto, todavía tenían asuntos los cuales resolver, uno de ellos involucraba a Jimin y su hermana, los dos herederos de la mafia de su padre, era hora de que Jimin tomara el control de aquella situación, antes que todo volviera a salirse de control, y se desencadene un escenario igual al de hace pocos días.

Entraron a la gran casa, aquella que se sentía un poco bacía, se desasieron de sus abrigos, lo cuáles tuvieron que utilizar debido al frío clima. Tres personas tomaron rumbo al sótano, mientras Namjoon acompañaba a Jin a su recámara. Y Hoseok de retiraba a descansar.

Jimin, Jungkook y Wonho ingresaron al ya conocido cuarto de torturas, donde tenían a Park Shuner, no estaba atada, pero si  muy bien vigilada.

–¿Qué tal? Hermanita– saludo Jimin cruzándose de brazos– me parece que tenemos cuentas pendientes ¿cierto? –

Shuner levantó la vista, estaba sentada en una silla, con el mismo vestido negro del día de su secuestro, tenían los ojos rojos e hinchados debido al llanto, no era para menos, ya que además del dolor que sentía por haber perdido a su esposo, también estaba el hecho de que posiblemente su carrera este arruinada, también corría riesgo de ser asesinada por su hermano, al cual aún odiaba.