Capítulo 14

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CAPÍTULO 14

LA AMARGA VERDAD.

—¡Diana! —exclama viéndome sorprendido

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—¡Diana! —exclama viéndome sorprendido. —¿qué... qué haces aquí?

Su voz es temblorosa, siento nuevamente sus nervios como aquella primera vez.

—¿Tú qué haces aquí?

—No es tu problema. —dice de mala gana y se retira dejándome la palabra en la boca.

Suspiro sin poder entender en qué momento había cambiado tanto, y regresó con Lucas y Lucia.

—Acaban de informarme que ya podemos irnos. —informa Lucia una vez que llego con ella. —el yeso se lo quitarán en unas semanas.

—Es lo que sucede por no hacer caso. —regaño a mi hermano otra vez. —papá está molesto, estamos cansados de decirte que no debes bajar las escaleras sin prestar atención.

—Ya Diana, no sucederá otra vez. —dice mientras caminamos hasta la salida.

Estoy en mi habitación, el ruido retumbando mis oídos por motivo de los auriculares que tengo puesto, una lágrima cae por mi mejilla mientras aparece la imagen de Alex una y otra vez en mi cabeza, aquella primera palabra, aquel primer beso.

Simplemente no entiendo en qué momento cambió tanto.

Nos miramos fijamente mientras nuestros rostros se acercan, las gotas de agua continúan cayendo. Nuestros rostros se juntan al grado de sentir su respiración, su aliento y el caliente de su cuerpo.

Siento su respiración tan cerca, y sucede... nuestros labios se juntan en un cálido beso, nuestro primer beso.

Sonrío tristemente mientras que los recuerdos continúan invadiendo mi mente. Como la masoquista que soy observo por mi ventana y la luz de su habitación está encendida.

Unos nervios recorren mi piel erizándola por completo, siento un cosquilleo en mi vientre y simplemente no puedo creer lo que Alexander a llegado a causar en mí.

A través de las cortinas puedo notar la presencia de su amigo Anthony, al parecer, es noche de chicos.

Ambos parecen estar conversando sobre algo serio, ya que sus rostros lo están.

Y estoy segura de que Anthony sabe lo que está sucediendo... y lo voy a descubrir.

{...}

—¡Estás completamente loca! —dice Rebeca. Le he contado lo que haré y no está de acuerdo con que quiera continuar perdiendo mi dignidad por Alex.

Pero es que estoy cien por ciento segura de que algo esconde y por eso su cambio repentino.

—No me desanimes, eres mi amiga deberías apoyarme.

—Exacto, porque soy tu amiga no estoy de acuerdo contigo.

Guardo los libros que cargo sobre mi pecho en mi casillero ya abierto para luego girarme nuevamente hacia ella.

El chico de al lado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora