CAPÍTULO 3
PRIMER DÍA DE CLASES.
Odio la idea de volver a la escuela, el verano pasó tan rápido. La alarma suena a la hora de siempre 6:30a.m. Me levanto completamente aburrida y camino hasta el baño, hago mi rutina de cada mañana, que es ducharme, lavarme los dientes y vestirme con mi uniforme «Falda azul marino, chaleco del mismo color y camisa blanca con una pequeña corbata a juego con la falda» horrible ¿Cierto?
—Buenos días. —saludo caminado al refrigerador.
—Buenos días, cariño. —contesta papá mientras toma un café y lee el periódico.
—¿Dónde está Lucas? —pregunto tomando el jarrón de leche.
—Creo que aún no termina de vestirse. —contesta y continúo preparándome un cereal.
—¡Ya estoy listo! —informa Lucas al cabo de unos minutos.
—¡Corre! Nos deja el autobús. —le grito a mi hermano desde la puerta.
Él se despide de papá y corre hasta mí, por suerte alcanzamos el autobús y subimos, me acerco a Rebeca que está sentada en su lugar de siempre y Lucas se sentó junto a un compañero de él.
Observo por la ventana y noto a Alex, quien está esperando el autobús parado en la acera. Él sube y se sienta junto a Anthony, su mejor amigo.
—Otra vez en este puto lugar. —expreso abriendo mi casillero.
Saco mi libro de lenguas, ya que es la primera clase y camino hasta mi aula, en compañía de Rebeca, quien está en el mismo grado que yo.
—Buenos días. —habla la maestra. —para iniciar la primera clase de hoy, necesito que hagan pareja con un compañero, cada uno va a investigar sobre algún libro y para la próxima clase cada pareja deberá dar su opinión sobre el libro que leyó ¿De acuerdo? —termina y todos contestamos un «SÍ»
—Primer día y ya están lloviendo las tareas. —comento y Rebeca ríe.
En el receso caminamos hasta la cafetería, donde Rebeca y yo nos sentamos en una mesa. Siempre he odiado la comida de aquí, siento que nos es algo desente para nosotros, así que evito comer cualquier cosa y prefiero comprar en la cafetería.
Había pedido un licuado de piña con un pan tostado, es mayormente lo que como aquí, absolutamente nada saludable.
—Iré al baño. —informo levantándome del asiento. —ya vuelvo.
Camino por los largos y aburridos pasillos de la escuela, llego al baño y me observo un momento en el espejo. Mi rostro está lleno de pecas, mis ojos color café están un poco enrojecidos, es algo normal en mí, ya que mi piel es muy blanca y puede enrojecer de cualquier cosa, mi cabello rojo está despeinado por motivos de la brisa que hace.
ESTÁS LEYENDO
El chico de al lado ©
Short StoryDiana es una chica libre, fiestera y muy segura de sí misma. Todo lo opuesto a Alexander, su muy atractivo, pero tímido vecino. Ella lleva prácticamente toda la vida enamorada de él, aunque nunca se a animado hablarle, pero unos sucesos los llevarán...