Capítulo 16

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CAPÍTULO 16

LO QUE SE HACE CON AMOR, SE HACE BIEN (2)

LO QUE SE HACE CON AMOR, SE HACE BIEN (2)

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Cierro los ojos y me es imposible dormir. Los minutos del reloj avanzan lentamente, es de madrugada y no logro abrazar el silencio de la noche,  la brisa amenaza con romper mis tímpanos.

Estoy aquí, lleno de ojeras y con pocas ganas de continuar aquí. Creí que todo estaba bien, me graduaría, tendría una vida feliz, hijos, familia, pero sinceramente no veo planes a futuro.

Estoy harto.

No sé lo que la vida guarda para mí, no sé si saldré de esto y mi vida continuará, no tengo la certeza. No quiero luego arrepentirme de no haber disfrutado al máximo la vida y de atreverme hacer cosas que nunca imaginé.

Estoy decidido, ya no viviré con miedo.



Estoy de pies frente a mi ventana, solo se escucha el fuerte ruido de la brisa acompañado del silencio de la noche, la casa de al lado está a oscuras, pero estoy decidido, dejaré e atrás el miedo.

Me escabullo de casa y salgo al patio, silenciosamente tomo las escaleras de papá, las cual él suele guardar en el garaje la coloco que de directamente a la ventana de Diana y no lo pienso dos veces para subir.

Toco su ventana y en cuestión de segundos veo la luz de su lámpara encendida.

—¡Alex! —exclama con la voz ronca y entrecortada. Su cabello está hecho un desastre, pero igual luce extremadamente bella. —¿qué... qué haces aquí? es más de medianoche.

Le regalo una sonrisa y ella se hace a un lado dándome paso para entrar.

—No puedo dormir.

—¿Te sientes mal? —pregunta cerrando la ventana y luego girándose hacia mí.

—Todo está echo mierda.

—¿Qué sucedió con los análisis?

—No quiero hablar de eso, de hecho... no vengo hablar de eso.

—Y de qué quieres ha...

Corto la frase estampando mis labios contra los suyos, su boca me corresponde sin oponerse y me besa con la misma necesidad que tengo en este momento, caminamos hasta su cama sin separarnos y quedamos de pies.

—Te amo Diana. —digo y vuelvo a besarla.

DIANA.

Las suaves manos de Alex recorren mi cuerpo, esto es lo que quiero, permanecer siempre así a su lado.
Siento tantas cosas, quiero entregarme a él. Estampo mis labios contra los suyos pasando mi lengua por su labio inferior.

Nuestras bocas se conectan mientras sus manos se cierran alrededor de mi cintura, me atrae más cerca de él, separando sus labios y succionando mi lengua en su boca. Suelto un gemido mientras que las poderosas emociones rompen a través de mí y me poseen, borrando todo el dolor interno.

Empiezo a bajar mis dedos por su pecho, y sin romper nuestro beso comienzo a desabrochar su pantalón, él me ayuda a sacárselo cuando los botones estuvieron fuera.

Él sube sus manos acariciando la blusa de mi pijama, y levanto mis brazos sobre mi cabeza.

Él acaricia mi plano abdomen haciendo que se me ericen los pelos, él lame mi pecho de una manera placentera, luego baja por mi abdomen haciendo todo mi cuerpo temblar.

Alexander levanta la mirada y me mira fijamente uniendo nuestras frentes y rozando nuestras narices.

—Te amo. —sus ojos se abren grandes y brillosos. —solo quiero vivir este momento, tan solo este instante junto a ti.

—Yo...yo también. —jadeo en sus labios.

Alex besa cada centímetro de mi piel con sus dulces labios.

Me deshago de su bóxer y me acerco a mi mesita de noche para tomar un condón.

Se acuesta sobre mí piel desnuda, piel contra piel. Me besa con pasión y deseo, todo mientras entrelaza nuestras manos juntas sobre mi cabeza. Siento cada aspecto del momento, la aspereza de la piel de sus palmas, la suavidad de su pecho cuando toca el mío, la humedad de su lengua en mi boca, el hormigueo en todo mi cuerpo.

Con un movimiento lento, pero directo me penetra, pero no del todo, es mi primera vez.

Gimo cuando siento que Alex derriba en mi interior un muro con fuerte presión.

Mi virginidad.

Mi espalda forma un arco perfecto y mis ojos empañados luchan por enfocar. Mi cuerpo tiembla mientras en mi interior lo sujeto con fuerza, Alex se inclina y me besa, me estremezco con la punzada de dolor.

Apretando mis muslos los levanta más hacia él mientras empieza a penetrarme con ritmo moviéndose de adentro hacia a fuera más rápido.

Mi mano agarra la sábana con desesperación mientras con la otra entierro mis uñas en su espalda. Aprieto los labios intentando reprimir los gemidos pero es absurdo.

Arqueo la espalda por completo levantándome hacia él, sin poder evitarlo no dejo de gemir descontroladamente.

Alex me besa tan fieramente que apenas puedo respirar, abandona mi boca y desciende su lengua por mi barbilla hasta llegar a mi cuello.

Mientras los temblores del orgasmos duran muerdo su hombro.

En este preciso instante soy sólo suya, Alex se fundió en mí disfrutando hasta la última gota de placer. Alex se acosta a mi lado y recuesta su cabeza sobre mi pecho como un niño pequeño, cierro los ojos dejando que mis manos jueguen con su cabello. Lo único que se escucha es la agitada respiración de ambos.

—Te amo. —murmura.

—También te amo.

—También te amo

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Lulú ❤️

El chico de al lado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora