Capítulo 5

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CAPÍTULO 5

AMIGA DEL CHICO QUE ME GUSTA.

Estoy a punto de cometer una locura, él está tan cerca de mí que muero por besarlo

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Estoy a punto de cometer una locura, él está tan cerca de mí que muero por besarlo. Aunque tampoco quiero enloquecer, lanzarme y que él reaccione mal. Prefiero aguantarme las ganas de probar sus labios, esos tan rojos y carnosos que han de saber jodidamente deliciosos.

—¡Diana! ¡Corre! Se va el autobús. —grita Rebeca, interrumpiendo el momento, o más bien salvandome de cometer una locura. —¡Corre!

Sin pensar lo que hago, tomo a Alexander del brazo y corro con él a rastras hasta el autobús.

Sonrío al ver la ridiculez que acabo de hacer y digo; —Lo siento.

—No... No.. Te preocupes.... Está... Bien —contesta con la respiración agitada.

Él se acerca a su amigo y yo voy junto con Rebeca y Lucas está un poco más adelante con sus amigos.

—¿Y entonces? —dice Rebeca y no puedo evitar mirarla con confusión.

—Entonces qué. —digo aun confundida.

—¿Qué pasaba ahí? Tú... Alex. —comenta con cara pícara mirándome fijamente. —estaban muy cerquita.

—No pasó nada. —digo un poco sonrojada.

—Ummm. —ella me mira con cara de no creerme y sonrío nerviosa mientras lo miro.

Una vez que llego a casa me deshago del uniforme para darme un baño, no puedo sacar la imagen de mi cabeza de haber estado tan cerca de Alex.
Maldición, muero de ganas por besarlo, pero nunca he sido de ese tipo de chicas.

Me visto con algo cómodo para luego, acomodarme frente a mi laptop y hacer mis tareas, papá no llega hasta la noche y Lucas está en casa de un amigo estudiando, así que, adelantaré mis cosas ya que debo ir por él más tarde.

Días después...

No puedo creer que hayas creado una amistad de amigos con el chico que te gusta. —comenta Rebeca mientras lleva un bocado de pizza a su boca.

—Al menos es mejor que nada, es mejor que observarlo y acosarlo y no hablarle. —contestó dándole un sorbo a mi soda.

—Sí, tienes razón.

—Hola. —un Alex sonriente se dibuja en mi sala. —gracias por invitarme a esta tarde de películas, la verdad estaba muy aburrido en casa. —dice con su ya típico tono de chico tímido.

Estamos en la sala de mi casa viendo un maratón de películas, es algo que Rebeca y yo hacemos la mayoría de los domingos en las tardes cuando no tenemos nada que hacer, o no hay ninguna fiesta a la cual ir.

Papá y Lucas no están en casa, por suerte, están en algún tipo de actividad de padre e hijo.

—Odio los estúpidos clichés en las películas. —comenta Rebeca quejándose de la película que acabamos de ver. —ya me veía venir ese final, todos son iguales.

El chico de al lado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora