Capítulo 2

850 126 14
                                    

CAPÍTULO 2

UN COMIENZO.

La alarma empieza a sonar y gruño un poco molesto, no entiendo por qué tengo que levantarme temprano en plenas vacaciones de verano

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La alarma empieza a sonar y gruño un poco molesto, no entiendo por qué tengo que levantarme temprano en plenas vacaciones de verano. Bueno, sí entiendo por qué, la vida no es justa.

—Cariño ¿Ya estás listo? —habla mamá parada en la puerta de mi habitación.

—Aún no. —contesto y camino hasta el baño.

Una vez ya bañado y vestido bajo a la sala donde encuentro a mamá y papá sentados en el comedor, y me siento a un lado para desayunar con ellos.

Voy en el auto con mamá, ella va de piloto y yo de copiloto, el camino es silencioso y algo incómodo, ella no lo demuestra, pero puedo ver en su rostro lo preocupada que está y verdaderamente odio ser el causante de su preocupación.

Llegamos al hospital y me atiende amablemente el doctor Mendoza, quien conozco desde ya hace dos años, ya que mamá siempre me trae al hospital a checar mi salud.

—¿Cómo lo ve doctor? —indaga mamá aún preocupada. —¿Está bien?

El doctor suspira y me hace salir del consultorio, claramente sé que nada está bien, pero no entiendo por qué mierdas me lo ocultan.

Mamá lleva unos quince minutos dentro mientras que yo estoy en la sala de espera completamente desesperado por irme a casa. Pasan unos cinco minutos y al fin la veo salir, la cara que trae no me agrada para nada, pero prefiero no preguntar ya que sé que me dará la misma respuesta de siempre.

«Todo está bien cariño, no te preocupes»

Odio que quiera tratarme como si fuera un niño pequeño cuando claramente no lo soy.

Finalmente llegamos a casa, me siento algo cansado así que subo a mi habitación para acostarme un rato.

—Cariño. —habla mamá entrando a mi habitación. —¿No vas a almorzar?

—Más tarde. —contesto cortante. —ahora no tengo apetito.

Y dicho esto, ella se retira con una sonrisa triste.

Sin ánimos me levanto de la cama y camino hasta mi ventana, y del otro lado noto a Diana, mi vecina de toda la vida, ella siempre me ha gustado, pero soy demasiado tímido como para decirselo, además no creo que un chico como yo sea su tipo.

Ella es muy libre y segura de sí misma, en cambio yo, tan sólo soy un chico tímido al cual sus padres tratan como si fuera pequeño.

Decido moverme ya que no quiero que me vea ahí observandola, aunque no creo que me vea ya que está muy concentrada en su laptop. Es la chica más linda que mis ojos hayan visto, empezó a gustarme desde que yo era más pequeño, pero tan sólo hemos coincidido unas que otras sonrisas y ni una sola palabra.

Sí, algo imposible siendo vecinos, pero ambos somos muy diferentes.

La he visto muchas veces escaparse de casa, y claramente yo nunca haría tal cosa, tan sólo sonreía las veces que la vi trepar por su ventana de madrugada, ella nunca se ha dado cuenta de que la miro y espero que nunca lo sepa.

Y eso es lo que nos hace tan diferentes, que ella hace cosas que yo nunca me atrevería hacer.

Siento un ruido en mi puerta que me hace centrarme en la realidad, me dirijo hacia la misma y en cuanto la abro Toby entra corriendo y moviendo su rabo, es algo que hace cuando tarda un buen rato sin verme, Coco es un perro lobo, y tiene casi toda una vida conmigo y lo considero mi mejor amigo.

—Ven aquí amigo. —le digo y este salta sobre mí.

Después de jugar un rato con él, me siento muy cansado así que, decido acostarme a dormir un rato para descansar, Coco sube a la cama y se acuesta a mi lado, sonrío al ver lo que hizo y cierro los ojos quedándome profundamente dormido.

—Cariño. —escucho la voz de mi madre en un susurro, pero no presto atención. —cariño, despierta.—vuelve a decir, pero está vez un poco más alto.

—Sólo unos minutos. —le contesto entresueño con la voz ronca.

—Despierta cariño. —dice nuevamente y esta vez le hago caso.

Abro los ojos lentamente y noto que todo está oscuro, seña de que ya es de noche. Mamá está sentada en el borde de mi cama y me observa con una sonrisa.

—Baja para que cenes. —agrega. —y no aceptaré un no como respuesta, llevas todo el día sin comer nada, te vas a enfermar. —añade y se levanta de la cama.

Me froto suavemente los ojos y me siento en la cama recostandome sobre el espaldar caoba.

—Te espero abajo y no me hagas subir a buscarte. —finaliza y se retira.

Doy un suspiro y con la mirada busco mi celular entre la mesita de noche, enciendo la lámpara y lo veo a un lado, lo tomo y enciendo la pantalla para ver la hora. 7:30 p.m

Vuelvo a suspirar y dejo el celular nuevamente en la mesita y camino hasta el baño, me observo en el espejo y noto un poco de sangre en mi nariz.

—¿De qué mierdas será esto? —susurro para mí, pero no obtengo respuesta. Confundido me limpio cuidadosamente con un poco de alcohol y algodón, me entro a la regadera y empiezo a bañarme.

Me visto con una bermuda negra y una franela blanca, me coloco unas sandalias de estar en casa y bajo a la sala para cenar con mis padres.

—Hola papá. —lo saludo dirigiéndome al refrigerador por un poco de jugo.

—Hola hijo ¿Cómo estás? ¿Cómo les fue en el doctor? —indaga dándose un sorbo de agua.

—Bien papá, no sé por qué mierdas tienen que tratarme como si fuera un enfermo. —digo de mala gana y me siento en el comedor.

—Tranquilo cariño ¿Si? —habla mamá intentando calmarme. —tu padre sólo se preocupa, igual que yo.

Decido no contestar y empiezo a cenar en silencio. Inmediatamente termino la cena, llevo mi plato al lavadero junto con los demás. Tomo otro vaso de jugo y subo a mi habitación y Coco, quien estuvo debajo de la mesa durante la cena, sube conmigo.

Cierro la puerta detrás de mí y le coloco el seguro para que ninguno de mis padres suba a molestarme. Me siento tan sólo y aburrido, sólo tengo un amigo el cual considero el mejor, pero por las vacaciones de verano viajó a otra cuidad con sus madres, sí, tiene dos madres.

Así que, todo este verano ha sido una mierda para mí, al menos ya está a punto de terminar.

Así que, todo este verano ha sido una mierda para mí, al menos ya está a punto de terminar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

N.A
¡Hola anónimos! Éste es el segundo capítulo, espero que les haya gustado y lo hayan disfrutado tanto como yo. No olviden dejar sus opiniones en los comentarios, y votar «para que sus Crush les haga caso».😉

Lulú ❤️

El chico de al lado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora