cap 8

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— Hyunjin, necesitas repetir las secuencias, ya estás muy grande para no saberlas.— El nombrado soltó un suspiro algo pesando mientras dejaba que todo su peso se recargara en la butaca al estar ya bastante cansado.

— Pero el día es joven, aparte tengo demasiada pereza como para hacerlo.

Seungmin arrugó su nariz algo molesto por aquel comentario tan irresponsable que el menor había dicho, por ello se encamino hacia el asiento del pelinegro y posar sus manos sobre la mesilla.

— No me hagas ejercer violencia en esta clase, señorito hwang hyunjin.

Hyunjin soltó un silbido algo coqueto pues el ver enojado a su profesor era uno de sus pasatiempos favoritos, lo hacía ver sexy e irresistible.

— No te pongas al brinco pequeño cachorrito. — Murmuró inclinadose aprovechando la cercanía para dejarle un besito algo sonoro en la frente al castaño, quien solo se alejo por inercia con un semblante algo serio.

— No juegues, estudia.

Seungmin tomo su libreta y la dejo en la mesilla de hyunjin, dándole una mirada sería antes de ir a sentarse sobre su escritorio de un brinco, haciendo que el menor soltará una risilla por ello.

La risa de hyunjin no era nada sigilosa, incluso la entonaba para hacerle saber a seungmin que se burlaba de él, sin prestarle mucho atención siguió con lo suyo, repasando algunas notas y elaborando otras.
Molestar al castaño ya era algo de su vida, pero sabía que también quería que se sintiera orgullo de el mismo, así que siguió con lo suyo dando pequeñas y rápidas miradas a un seungmin sentado sobre el escritorio con un libro de texto en la mano.

El menor sonrió satisfecho por aquella imagen, su profesor quería verse poderoso y superior pero su apariencia al igual que su comportamiento no le ayudaba mucho. Notaba aquellos redondos anteojos que se deslizaban por todo el puente de la nariz de seungmin, su ligera respiración, su suave y linda cara de bebé junto con aquel atuendo que se asemejaba a un marinerito.

¡Era bastante lindo!

Hyunjin casi soltaba un chillido al tener toda la disposición de aquella imaginé tan linda en su cabeza y el poder verla en persona, acunó su rostro entre sus manos, teniendo una amplia sonrisa y no dejar de mirar a su maestro, quien podía sentir la mirada penetrante de hyunjin con facilidad.

— Hyunjin, no tienes algo que hacer. — el más bajo alzó su mirada para poder observar a su alumno con más tranquilidad — ¿Quieres que te golpee?

— Si porfavor. — soltó escuchando como su profesor comenzaba toser al parecer se había atragantado con su propia saliva.

— ¡Ma-masoquista!.

— Enano.

— pervertido!

— Lindo.

— Yaa!. Tienes que insultarme también. Así que no es justo. — renegó levantándose y caminar al pizarrón procediendo a borrar todo lo que estaba escrito.

— Mmh.. pero me gusta más verte cuando no sabes cómo reaccionar, eres bastante bonito y lindo profesor.

Los dientes del castaño rechinaron ignorando las palabras de hyunjin junto con los latidos de su corazón.

— Cállate. — mencionó cortante dejando el borrador en la pizarra.

— Callame.

Aquello hizo que un escalofrío lo recorriera por completo y una sonrisa se posará en sus labios, con pasos seguros camino hacia donde su alumno estaba, con  aquel rostro de superioridad que siempre le mostraba. Con rapidez tomo con sus manos las mejillas ajenas y las pellizco con fuerza.

— ¡¡Pero así no!!— reclamo tomándolo de las manos en un intento de que se detuviera.

— Yo te callo como se me pegue la gana, malcriado.

Tras ello fue jalado hacia abajo quedando sentado sobre el suelo por el repentino movimiento que le hizo perder el equilibrio.

— Te gusta mucho estar en el suelo, verdad profesor.

Una de las manos de hyunjin fue hasta la cabeza del castaño dejándole pequeñas palmaditas en esta, el cual hizo que seungmin recordara rápidamente con aquellas palabras haciéndolo ponerse nervioso. Y más aún al sentir como la mano del menor se deslizaban hasta su rostro acariciando con la yema de su dedo la mejilla de seungmin.

— N-no se a que te refieres..

— ¿Seguro? — se inclino algo dudoso estando a pocos centímetros del rostro de su profesor, quien había cerrado sus ojos por la repentina cercanía. — Puedo hacerte recordar.

Claro que hyunjin bromeaba, adoraba el poder ver al castaño tan perdido y nervioso al mismo tiempo, siendo está una ocasión así. Seungmin temblaba y su rostro estaba rojo hasta el cuello, lo cual le hizo más gracia, observaba cada detalle pues quería grabase esto también mentalmente. En su juego su vista quedó plasmada en aquellos rojizos y suaves labios que el mayor estaba mordiendo, dándole un toque de esponjocidad y brillo, los pudo saborear sin probarlos. Un toque dulce adorno el paladar de hyunjin junto con un impulso que era bastante riesgo.

Sin pensarlo demasiado se acercó lo suficiente como para sentir como sus respiraciones se juntaban y el dulce olor inundaba sus  fosas nasales. Sus manos picaron, un cosquilleo en sus labios comenzaba atormentarlo con la necesidad de un tacto. Con la necesidad de probar los labios del mismísimo seungmin que a la plena vista lucia como un delicioso manjar.

— Seungmin.. — Murmuró tomando ahora entre ambas manos el rostro del nombrado haciendo que entre abriera sus ojos y observaba atento. — Quédate está noche, pásala conmigo.. ¿Si?

El más bajo la pensó seriamente haciendo que el menor se desesperara un poco y solo rozará sus labios por micro segundos, volviendo a poner a temblar a seungmin quien asintió con lentitud ganándose un risa baja por parte de hyunjin quien volvió a rozar sus labios.

Joder, ¡¿Por qué soy tan débil!?

Inhaló hondo volviendo a cerrar sus ojos ansioso por la cercanía y las suaves caricias que le ofrecía el dedo de hyunjin en su mejilla. Tendría que poder recordar esto al pie de la letra, sabía que sería perfecto.

El ambiente se sofocó estando ansiosos por qué ninguno se acercará más, seungmin se inclino un poco tocando con sus belfos los ajenos.

— ¡HYUNJIN!

Un grito resonó por los pasillos de la casa y una puerta abriéndose hizo que ambos se separarán de golpeó haciendo que seungmin cayera de nalgas al suelo.

— Hyunjin, ¡pude oler hormonas calientes!, !¿Que pa-..

Un chico castaño oscuro con complejo de gato alterado entro al salón, quedándose quito al mirar a su amigo sentando algo asustado escribiendo, y a su profesor tirado en el suelo de igual manera.

— MINHO. ¡No puedes entrar así!.. mira a mi profesor, el está viejo, le puede dar un paro cardíaco. — Aquellas palabras salieron tan rápido de sus labios ofendiendo a seungmin quien se levantó y le dió un golpecito en la cabeza.

— Es que, olía a hormonas..

Mientras Nadie Nos Vea.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora