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- Quieta - susurró mientras trataba de alejarla - Para, Zulema - repitió con más firmeza mientras sentía sus manos introducirse por debajo de su uniforme

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- Quieta - susurró mientras trataba de alejarla - Para, Zulema - repitió con más firmeza mientras sentía sus manos introducirse por debajo de su uniforme. El tacto frío le produjo un escalofrío que hizo a la mora sonreír, siendo consciente de que nada parecía haber cambiado. Aquella sonrisa se borró en el momento en el que la morena logró sacar las fuerzas necesarias para liberarse de su agarre - Basta - ordenó, clavando la mirada en sus orbes verdes.

Zulema se alejó un par de pasos más, con el ceño fruncido. Antes de que le diera tiempo a reaccionar un funcionario entró en la lavandería, dirigiéndose hacia su persona con rabia.

Olivia vio como sujetaba a Zulema por el brazo, tirando de ella con violencia y haciéndole caer al suelo. Aunque su sensatez le pedía que se mantuviera al margen, su parte más irracional la instó a interponerse entre los dos.

- ¿Qué haces, Hierro? - preguntó al reconocer al hombre. Llegara nuevo hacía un par de días, justo cuando Zulema lo había hecho también, y a decir verdad no le inspiraba ninguna confianza.

- Esta zorra se va a aislamiento - se limitó a responder el funcionario.

- Me parece genial que se vaya a aislamiento - la morena tiró con fuerza del brazo de Hierro para alejarlo de Zulema - Pero trátala con respeto.

- Esta gente no se merece respeto - escupió con rabia.

- Todos nos merecemos un mínimo de respeto, Hierro - replicó con frialdad. Zulema, que todavía permanecía en el suelo, se limitó a escuchar con atención el intercambio de palabras que estaba teniendo lugar frente a ella - Así que haz el favor de tratarla bien. A todas - puntualizó entonces.

- Las trataré como se merecen.

- ¿Ah, sí? - Olivia sonrió ligeramente - En ese caso yo también tendré que tratarte a ti como te mereces, ¿no?

- ¿Quién te crees que eres? - Hierro se olvidó por completo de la presencia de Zulema y avanzó un par de pasos en dirección a Olivia, que en ningún momento retrocedió o varió su posición - ¿Te piensas que no sé que antes eras una de ellas? - susurró con rabia - Antes eras una zorra más de esta prisión.

Un simple error [Zulema Zahir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora