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Las cosas en aquella prisión sucedían tan rápidamente que Olivia en ocasiones tenía problemas para distinguir si habían sido reales o simplemente fruto de su imaginación

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Las cosas en aquella prisión sucedían tan rápidamente que Olivia en ocasiones tenía problemas para distinguir si habían sido reales o simplemente fruto de su imaginación.

Sonrió ligeramente al recordar como, el día anterior, todas las presas dirigidas por Sole, habían realizado una protesta pacífica en contra de la comida de la prisión. Por su mente cruzó la imagen de todas sus compañeras sentadas y no pudo evitar sentir que las echaría mucho de menos si salía de allí.

Salir de allí.

Una cosa más que la atormentaba. Rozar de nuevo la libertad, algo que no había imaginado nunca. Algo que no esperaba que fuera a suceder. Algo que no creía merecer. Pero que iba a lograr.

Si hacía las cosas bien.

Se levantó de la cama, dejando las piernas colgando, y clavó la mirada en Susana, que parecía estar muy concentrada tratándose de atar los cordones de sus zapatos. Aquella mujer era un auténtico misterio para ella, y todavía no tenía muy claro como iba a hacer para sacarle la información que necesitaba.

Desvió la mirada en el momento en el que Helena se puso frente a ella con una brillante sonrisa.

- Buenos días, Olivia.

- Buenos días, Helena - respondió en un susurro, entrecerrando ligeramente los ojos.

En los últimos días había observado con detenimiento como aquella mujer hacía todo lo posible por pegarse al culo de Zulema, y tenía que reconocer que aquella era una actitud que despertaba en ella... Cierta molestia. Especialmente porque la mora no parecía tener intención alguna de cortar ese vínculo.

- ¿Cómo has dormido?

- Mejor que últimamente - murmuró. Al ver que la mujer seguía ahí, se obligó a añadir - ¿Y tú?

- Creo que podría dormir mejor - reconoció, echándose a un lado para que la morena pudiera bajar de la cama - La prisión es demasiado fría por las noches. Estaría bien tener algo de calor.

Mientras formulaba esa última frase Zulema entró en la celda, y la mirada de ambas mujeres se dirigió hacia ella.

- Estaría bien dormir con alguien, ¿no crees? - se atrevió a añadir Helena, recibiendo una mirada de desconcierto por parte de Zulema y una sonrisa cínica por parte de la morena.

Un simple error [Zulema Zahir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora