{HISTORIA TERMINADA}
Con un cargo de asesinato a sus espaldas, Olivia Gómez ingresa en Cruz del Sur sin saber que la tranquilidad que reinaba en su vida hasta ese momento sería sustituida por un auténtico huracán.
{Zulema x OC Femenino}
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Las gotas caían rítmicamente desde la bolsa para terminar introduciéndose en sus venas, produciéndole una sensación de completa calma.
- Lo peor de los calmantes es que pueden producir adicción.
Abrió los ojos al sentir la voz pastosa de Sandoval a su lado. Miró fijamente sus ojos, en busca de la depravación que había encontrado en ellos las primeras veces, pero no parecía quedar rastro alguno. En el hombre se había producido un cambio drástico que no hacía más que aumentar sus sospechas de que algo malo tramaba.
La trataba con amabilidad, sin sobrepasar los límites. Se alejaba de ella cada vez que se tenía que cambiar, y en ningún momento, en su estado de semiinconsciencia, sintió al hombre propasarse con ella. Aquel no parecía el Sandoval que había conocido al entrar en prisión.
- Espero no convertirme en una adicta - susurró mientras esbozaba una corta sonrisa. Sabía que ese podía ser el caso, igual que sabía que su cuerpo empezaba a demandarle esas sustancias. La ansiedad crecía en su pecho como un fuego devastador cada vez que estaba más tiempo del necesario sin hacerle una visita al doctor. Era consciente de que a ese paso terminaría tendiendo problemas, pero por el momento era mejor ignorarlo.
- Evitaré que así sea - le tranquilizó con una sonrisa - Creo que en un par de días podemos ir reduciendo la dosis. He hablado con Miranda... La Gobernanta - añadió al ver el desconocimiento en su rostro - Empezarás a ir al psicólogo. Estoy seguro de que te vendrá bien.
¿A un psicólogo? Lo que me faltaba
Cerró los ojos unos segundos antes de asentir. Hablar con un profesional le vendría bien para su salud mental. O, por lo menos, me vendría mejor que pasarse los días medio drogada por culpa de los calmantes.
El doctor abrió la boca para añadir algo más pero cerró cuando alguien irrumpió en la enfermería con paso firme. Cuando la mirada de ambos se dirigió a la entrada se encontraron con Fabio, que se había detenido en el centro de la sala como si se hubiera arrepentido de su entrada.
- Venía a ver como está la interna Gómez - habló una vez se aclaró la garganta.
Olivia rió, divertida por su aparente nerviosismo, y Sandoval se limitó a asentir antes de desaparecer, asegurándole a la presa que podría salir de la enfermería cuando quisiera.