1. confusión.

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Tan pronto como su carrera alcanzó el éxito, asimismo se desplomó. Así funciona, cada artista llega a su auge en algún punto, y luego, lentamente comienza a ser olvidado y reemplazado por otros talentos más jóvenes e innovadores que llegan a remplazar su puesto.

Sin embargo, la historia de ellos es distinta. Muy distinta a lo que cualquiera pudiese imaginar. Porque no fue un solo factor, no fue la depresión, las drogas, los rumores o el desgaste de su talento, sino que fueron todos juntos, y más que eso. Fue una vida. Y una mentira. Una vil mentira.

—¡Vamos Mark! ¡Aún nos falta aprendernos el segundo verso! —Chilló un animado, en ese entonces llamado Donghyuck, a su amigo.

Mas sus palabras hicieron oídos sordos en el mayor, quien simplemente le dio la espalda, apagó la música y se apoyó en la pared del salón para arrastrar su espalda sobre ella y sentarse en el suelo. Donghyuck lo vio a través del espejo, y la sonrisa se le borró al ver a Mark abatido, derrotado.

—Olvídalo... ya... no quiero seguir —confesó con respiración agitada, mirando fijamente al suelo. Su pecho se inflaba y desinflaba con rapidez. El sudor perlaba su piel.

—Pero, Mark... —Haechan se acercó a él y se sentó a su lado, cruzándose de piernas. El canadiense no le dirigía la mirada—. En cinco días más es la evaluación mensual y eso determinará... si logramos debutar o... nos vamos a casa.

—Pues ensaya tú y pasa la evaluación. Yo ya estoy cansado. Quiero volver a casa... —su voz se quebró ligeramente y tuvo que apartar la vista para que Donghyuck no lo viese con los ojos anegados en lágrimas.

—Es un último esfuerzo... prometimos debutar juntos, ¿lo olvidaste? —se inclinó a él, buscando su mirada. Intentó tomar su mano, pero Mark se zafó de ella de un tirón.

—Lo sé. Pero en serio ya no puedo más... ¿Es que tú no estás cansado, acaso? —lo encaró por primera vez. Haechan se espantó al ver su expresión de destrucción. Realmente se veía cansado—. Vamos a la escuela por diez horas, luego pasamos ocho ensayando. Ni siquiera comemos tres veces al día porque cada mes nos andan pesando para ver si estamos en el peso "ideal". Dormimos menos de cuatro horas diarias, ¿para qué? ¿Para que nos subestimen? ¿Para que nos digan que no es suficiente? —no pudo evitar llorar. Se había guardado esto desde hace años—. Sólo tenemos dieciséis años, por la mierda. ¿Estás seguro que esto es cumplir nuestro sueño?

Donghyuck se quedó en silencio por unos segundos. Su expresión cambió preocupada por una determinada en un santiamén.

—Sí. Estoy seguro de que esto es cumplir un sueño —replicó, ecuánime. Los ojos de Mark se abrieron ligeramente al ver su expresión—. Los sueños también traen consigo pesadillas.

Mark volvió a bajar la vista al suelo, pesimista.

—Pues esto ha sido una pesadilla desde el inicio.

—Y si sigues dándole vueltas a ello jamás despertarás de él. Así que levántate. Juramos vivir este sueño juntos, y lo vamos a cumplir. Te ayudaré a salir de tu pesadilla.

Donghyuck se levantó del suelo para correr al computador y colocar la canción de nuevo. Billionare de Bruno Mars retumbó por enésima vez contra las paredes de la sala de práctica esa noche.

—¡Vamos, Mark! ¿Acaso no quieres ser millonario una vez presentemos esta canción y debutemos? —Exclamó el menor cuando la primera línea sonó.

Se paró enfrente de su amigo y extendió la mano para ayudarlo a pararse. Mark se contagió de su brillante sonrisa, semejante a la de un sol resplandeciente. Y luego de planteárselo por unos instantes, tomó su mano, dispuesto a salir de su pesadilla y cumplir su sueño, junto a él.

desvanecidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora