22. consecuencias

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Tres meses después.

Es difícil planear una vida cuando hay tantas posibilidades dentro de una sola acción. Con un error o con una decisión, la vida puede tomar giros impresionantes, enseñándonos que nunca seremos dueños de nuestra vida, sino que la vida se pertenece a sí misma.

Sueños destruidos, sueños convertidos en pesadillas y crímenes condenados, era lo que le había sucedido a Haechan. Su vida no fue lo que esperó, jamás se imaginó siquiera estar dentro de una corte siendo acusado de asesinato. Él tenía que estar practicando, ensayando canto, grabando canciones nuevas, no en un... tribunal.

Con su traje puesto llegó a la corte. Las miradas de todos se posaban sobre él, de sus excompañeros, de su familia, de sus conocidos. Aunque no se avergonzó, porque él estaba libre de culpa, con la conciencia tranquila, sabiendo que era inocente, por más pruebas que existiesen en su contra, por más veces que ese estúpido sueño se repitiese en su cabeza.

Pero solo era eso, un sueño. Un sueño que jamás olvidó porque se sintió tan real como haberlo vivido.

—Pero tal como se muestra aquí —El abogado apuntó a la fecha que salía plasmada en la esquina izquierda de la pantalla—, el acusado salió dos minutos después del incidente. Además, testigos afirman que Lee Donghyuck portaba un arma en su capucha, la cual fue encontrada con el arma asesina, incluso con la sangre aún cubriéndola, sin embargo, él mismo, tal vez, o alguien que estaba de su lado, fue lo suficientemente perspicaz para limpiar la evidencia antes de que la policía viniese a por ella. Y con limpiar, me refiero a la naturaleza de la palabra. El cuchillo fue limpiado y devuelto a su escondite.

—¡Objeción, Su Señoría! —El abogado defensor de Haechan se puso de pie. Cuando el juez le dio la palabra, comenzó a defender—. La hora que se muestra en el video no coincide con la hora en la que Kim Ha-ri fue asesinada. Además, tenemos evidencia fehaciente de que Donghyuck, en realidad, ha sido testigo de la escena, no culpable.

El abogado defensor de Yuta apretó sus dientes al ver el video. También había sido sacado de una cámara de seguridad, y allí claramente era visible el momento en el que Yuta camina por la misma calle por la que había venido y tiraba el cuchillo al contenedor de basura.

—Kim Ha-ri murió a las 11:35 de la noche, mientras que el señor Nakamoto Yuta pasó por la misma calle a las 11:36. Y mi cliente, bastante tiempo después, a las 11:40. Lamentablemente, esta es la única prueba que tenemos, ya que ambas armas han sido eliminadas. —El abogado defensor de Haechan habló con fluidez, casi como si hubiese ensayado meticulosamente su discurso, no obstante, el juez permaneció inmutable.

Murmullos se oyeron en la corte. Haechan vio el momento en el que Yuta se acercó a su abogado, parecía reñirlo por algo.

—¿Cómo fue que ese hijo de puta consiguió esa evidencia? —masculló el japonés.

—No lo sé... Se suponía que lo habían eliminado —replicó su abogado, tan sorprendido como él. Yuta lo miró, enfurecido, y volvió a su lugar cuando el juez golpeó con su martillo.

—¡Silencio en la corte! —ordenó, y todos volvieron a guardar silencio—. Entonces, señor Kim —dijo, refiriéndose al abogado de Haechan—. ¿Demuestra, con esta evidencia, que el joven Lee Donghyuck es inocente en este caso?

—Absolutamente, Su Señoría. No hay prueba más verídica que este video.

El juez permaneció en silencio unos instantes, parecía pensárselo. Llamó a un descanso de cinco minutos, en donde la corte permaneció en absoluto silencio mientras el juez preparaba su veredicto. Haechan y Yuta jamás estuvieron tan nerviosos como en ese momento, ni siquiera para su primera presentación en el escenario, seis años atrás.

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⏰ Última actualización: Aug 05, 2022 ⏰

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