14. impulsos.

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Desde que tuvieron esa conversación, Renjun no ha vuelto a hablar con Jaemin. No porque estuviese molesto, aunque en un principio sí lo estuvo, sino que la idea era tan descabellada como tentadora.

«¿Qué pasaría si dejásemos que se nos uniera?»

Exacto. ¿Qué pasaría si ya no son dos, sino tres? Le habían enseñado que las relaciones siempre eran de dos. La norma le decía que las relaciones eran de a dos, y que tres eran multitud.

Pero, ¿qué pasaría si dejase que Jeno se les uniera?

Muchas cosas, en su mayoría, cosas malas. Malas consecuencias sobre todo para ellos si es que en algún momento esto llega al ojo público. Ya corría peligro por estar con una persona, no quería imaginarse el caos que ocasionaría si fuesen tres.

No podía aceptarlo, aunque un pedacito de sí lo tentase, aunque la curiosidad le picase y en el fondo, tuviese deseos de intentarlo.

—¿Qué dijiste? —Renjun se incorporó en su lugar, atónito ante su propuesta.

—Pues eso, ¿qué pasaría si dejásemos que Jeno se nos uniera? —Su mirada permanecía fija sobre la de su novio, lo que indicaba que estaba hablando en serio.

—Jaemin, ¿te gusta Jeno?

Ahora era él quien estaba confundido.

No... no lo sé... Creo que estoy confundido —confesó—. Pero no has dejado de gustarme. Te sigo amando igual que siempre sólo que... creo que se sumó alguien más.

—No estoy entendiendo tu lógica, Jaemin. —Tuvo que ponerse de pie ante la inevitable rabia que empezaba a apoderarse de su cuerpo—. ¿Cómo... cómo pueden gustarte dos personas? ¿Cómo a Jeno le vamos a gustar ambos? ¡No tiene sentido! —exclamó, y de inmediato bajó la voz al darse cuenta de que había hablado demasiado fuerte—. Esto no tiene ningún sentido, mejor me voy.

—Bebé —Jaemin dejó la bandeja a un lado para sentarse al borde de la cama—. Sólo era una propuesta... si no te sientes cómodo simplemente no lo intentamos.

Renjun atropelló sus pasos antes de rodear su mano alrededor del pomo. Resopló, intentando tomarse la situación más en calma.

—Dime las razones por las que quieres intentarlo. —Se volvió a él y lo miró.

Jaemin se relamió los labios y apartó la vista. Miró distintas partes de la habitación, y luego de pensarlo por varios segundos, pudo responder.

—Porque gusta de ambos y... creo que a mí también me gustan ambos... —Sintió que lo que acababa de salir de sus labios estaba ridículamente mal, pero así llevaba pensándolo... tal vez hace más tiempo del que quería admitir, pero que no se había dado cuenta—. Además, siento que complementaría aún más nuestra relación... no lo sé, ¿sabes qué? Mejor olvídalo, no sé por qué pensé que esto sería buena idea —suspiró.

—Tengo que pensarlo. Esto es demasiado extraño...

Y esa fue la última conversación seria que han tenido desde entonces. Una semana ha transcurrido y Renjun aún no tomaba una decisión, y pensaba que jamás podría hacerlo. Jaemin ha intentado hablar con él, pero sus respuestas se han limitado a monosílabos porque no se le ocurrían otras palabras que decir. Y aunque Jaemin se mostrase inescrutable, sabía que por dentro se culpaba por haberlo propuesto.

Pero él simplemente no sabía qué pensar al respecto porque... porque también empezaba a confundirse. De la forma en la que Jeno ha tratado con él sin darse cuenta de que siempre tuvo unas segundas intenciones.

Sin embargo, por más tentador que sonase, era peligroso. Ya corría peligro por estar secretamente saliendo con Jaemin desde hace años. Si la prensa o sus fans llegan a enterarse de su relación el mundo entero se volvería loco, y si permite adentrarse en un poliamor y en algún momento el mundo llega a enterarse... no podía siquiera imaginar qué sería de él.

desvanecidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora