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Andrómeda volvió a sentir la tierra mojada en sus pies, lo primero que pensó fue que volvería a tener otro sueño mestizo.
—Andrómeda.
Fue un susurro suave, volteo a los lados intentando encontrar la voz, estaba oscuro, entonces lo vio, esa luz tan brillante y blanca como la misma luna.
—Andrómeda —volvió a susurrar, ella dio un paso inseguro acercándose a la brillante luz, esta la rodeo y ella rio al sentir un cosquilleo en todo su cuerpo.
—No disparen—grito una voz. Ella se volteó sobresaltada encontrándose con un grupo de adolescentes apuntándole —¿Andrómeda?
Tan rapido como la adolescente dijo su nombre se levantó de golpe notando que estaba acostada en el piso del bosque, solto un quejido cuando un dolor se hizo presente en su espalda.
—¿Andrómeda?— la voz de Percy llegó a sus oídos —¿estás bien?
—Duele—susurro ella acariciando la marca de nacimiento que se encontraba en su espalda.
Percy se acercó a ella y miró donde Andrómeda miraba, una luna creciente se encontraba en su espalda, a Percy le pareció una marca de nacimiento curiosa, pero esta estaba rodeada de un color rojo, como si fuera una quemadura.
—Eso no debería estar ahí, ¿no?— preguntó mientras miraba en tono rojaceo y Andrómeda suspiro.
—No, no debería doler—susurro ella—tuve un sueño muy extraño.
Percy miro la luna llena, era la unica luz que los iluminaba.
Andrómeda parecía aún más inocente en ella, los mechones dorados de su cabello parecían brillar y sus ojos, sus ojos, tenían un resplandor dorado.
Percy había notado que los ojos de Andrómeda solían cambiar de color, pero no decía nada por miedo a incomodarla.
—Deberías dormir otro rato—dijo Percy abrazándola—Grover se levantó hace algunos minutos, dijo que tenía que ir al baño. Estás temblado Ángel, ¿segura que te sientes bien?
Andrómeda intentó sonreír, pero se convirtió en una mueca cuando porque el dolor de su espalda seguía.
—Ven recárgate—dijo Percy.
Andrómeda le sonrió antes de recostar su cabeza en el regazo de Percy.
—Había una luz muy brillante—susurro Andrómeda y Percy la escucho con atención—mi padre tiene un pasado complicado, siempre dijo que debía tener cuidado con su familia. Los Argent están en contra de lo divino y lo sobrenatural, se dedican a asesinar, lobos en especial, evitan a los semidioses para no molestar a sus padres divinos.
—¿Ellos…?
Andrómeda bostezó.
—Supongo que no les agrado por ser hija de una Diosa — dijo Andrómeda antes de cerrar los ojos, dejando a Percy con más dudas que respuestas.
