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Helena volvió a examinar el patio lleno de flores y su vista fue hacia Asthon quien hablaba con su Padre,ambos vestidos elegantemente. Pero lastimosamente eso no le dio a la rubia las respuestas que quería.
Asthon levantó contento a la bebé de un año de cabello rubio que se acerco a el tambaleante. Volteo a ver a su prima y sonrio divertido.
—En la cochera.
Fue lo unico que ella necesito para dar la media vuelta y pasar por el camino de piedra del jardín hasta la cochera. Su vista pasó de la motocicleta negra a Klaus,quien llevaba solo una camiseta con los brazos llenos de aceite.
Alexander,su hijo mayor estaba a su lado,ambos totalmente desarreglados y muy enfocados en el pedazo de metal frente a ellos. Verlos tan cerca solo hacia más visible sus características físicas casi iguales.
—Es tarde —dijo Andrómeda—¿que hacen así?
Un par de ojos grises y otros verdes esmeralda se enfocaron en ella. Klaus se enderezó y la observó con una sonrisa,llevaba un vestido blanco que le llegaba un poco más abajo de los muslos,en la parte de abajo el vestido tenía bordados dorados en forma de lobos y lunas crecientes.
Su cabello rubio estaba suelto y lacio,una pequeña tiara dorada descansaba sobre su cabeza.
—Alexader,hijo,por que no le recuerdas a tu Madre lo hermosa que es.
—Te vez hermosa,Mamá.
Andrómeda se cruzó de brazos apesar de que su corazón se calentó ante las bonitas palabras intentando lucir molesta. Su hijo lleno de mugre se le acercó. Aparentaba sólo trece pero demasiado alto.
—Eres la Madre más bella del universo entero.
—¿A si?
—Lo juro.
—Eso no hara que no te castigue,dulce niño,date una ducha rápida y prepárate.
Alexander hizo una mueca e intento abrazar a su Madre esperando que eso revocara el castigo,pero recordó que estaba sucio y que no se le podía acercar.
—Rayos.
—Media hora.
El de ojos verdes suspiro y miro a su Padre con lastima antes de echarse a correr. Su Madre lucia molesta. Klaus se quitó la camiseta y limpio su cara. No era su intención que las cosas pasaran así,pero había salido en la mañana de dar un paseo y cuando volvió algo estaba mal en su moto.
Alexander se ofreció a revisarla con el y se les pasó el tiempo.
—Yo te adoro.
—Yo quiero golpearte,Corbeanit.
Klaus abrió sus brazos para ver si ella se acercaba,pero lo único que Andrómeda hizo fue mirar si torso desnudo,la mitad estaba llena de tatuajes ya.
