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Klaus observo a su hija menor jugar con su comida. Silena llevaba los pequeños cuadros de Hot cakes a su boca,ya podía comer sólidos y eso hacía más fácil alimentarla. Cuando la pequeña rubia termino,Ariadne bajo aún en pijama.
—¿Y tu hermano,Princesa?
La pequeña pelinegra se acerco a su hermana menor y dejó un beso en su mejilla. Y aunque Klaus amaba esas pequeñas escenas había notado que su hija evitaba la pregunta.
—Venus,tu hermano...
Ariadne inflo sus cachetes negándose a responder. Klaus suspiro.
—Ariadne.
—El tío Asthon está con el. Esta bien.
—¿Donde?
—En el jardín de atrás.
El mayor suspiro,su hijo y el tenían una relación única y unida,era bella,pero cuando algo sucedía Alexander corría a Asthon. El de ojos verdes no quería molestar a sus padres,creía que hacían demasiado por el.
Con todo lo de la guerra acercándose,a veces notaba a su madre mirar fotos de personas desconocidas para el,durante horas enteras. Con nostalgia y algo de tristeza. Cuando Klaus llegó al jardín el olor a sangre lo alertó.
Asthon lo noto acercarse y se levantó. Alexander no se movió y el rubio se interpuso entre el camino de padre e hijo.
—Dale un segundo —pidio Asthon—dale un segundo.
Klaus se trago el nudo en su garganta y espero a que Asthon se alejara lo suficiente,se acerco un poco a Alexander que seguía mirando el bosque.
—¿Por que lo llamas a el cada vez que algo va mal?
—No quiero darles problemas.
—Tu no eres un problema,Cas.
El mayor se sentó a su lado,aliviado después de reconocer que el olor a sangre no era de su hijo. Sus nudillos estaban manchados de sangre y su ropa igual.
—Escuche el llanto de Mamá. Ella no llora,sonríe.
Si,pero ella sentía más que amor,podía sentir tristeza y coraje. Era una persona hermosa,en especial a los ojos de Klaus,pero la dejaba sentir por que era lo sano,para todos.
—¿Que pasó?
Alexander tallo sus nudillos y negó,había salido en la mañana a correr como siempre,demasiado temprano,escucho los gritos de una mujer y de un hombre,una pelea que ella iba perdiendo.
Así que alejo al abusador de la mujer que lloraba cubriéndose con lo poco que le quedaba de ropa y después. Solo había sangre y súplicas.
—El se lo merecía,la estaba lastimando.
—Tu tío y el abuelo Peter se habrían encargado de eso cuando se supiera.
—¿De qué serviría?,el ya la habría lastimado. ¿Por qué dejar que la lastimen?
