𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 5

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—No puedo creer que lo espiaras — dijo Andrómeda

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—No puedo creer que lo espiaras — dijo Andrómeda.

Annabeth se sonrojó.

—Te gusta, bien, pero eso es acosador.

—¡A mí no me gusta Percy!—exclamó Annabeth—creo y su habitación está llena de fotos tuyas, en ese caso tú serias la acosada.

Andrómeda se mordió el labio para no decirle que ella le enviaba las fotos a Percy.

En el colegio Andrómeda tomaba clases de fotografía y, ya que Sofía le temía a las fotos y Lizzie siempre estaba despeinada, su única opción era tomarse fotos a sí misma y se las enviaba a Percy para que viera como iba mejorando.

No creyó que él las guardará.
Por alguna razón ya no estaba enojaba, así que solo se alisó su uniforme. Percy llegó prácticamente corriendo junto al Cíclope.

—¿Dónde lo encontraste?—preguntó Annabeth señalando a Tyson.

—Es un amigo mío—declaró Percy antes de mirar a Andrómeda.

La detalló sin vergüenza.

Su cabello ahora estaba más rubio y le llegaba hasta la cintura en forma de bucles y Percy podía jurar que brillaba cuando le daba el sol, el uniforme negro estaba pulcramente acomodado y leyó el escudo de este.

Colegio Snow.

—¿Es un sin techo?—preguntó Annabeth llamando la atención de Percy. 

—Annabeth—regaño Andrómeda, ese era un término muy grosero. 

—¿Qué tiene eso que ver? — pregunto Percy—Puede oírte, ¿sabes? ¿Por qué no le preguntas tú misma? 

Ella pareció sorprendida. 

—¿Sabe hablar? 

—Habló— reconoció el cíclope intentando tocar el cabello de Annabeth —tú eres preciosa. 

—¡Puaj! ¡Asqueroso!—exclamó apartándose de él. 

—No seas grosera—dijo Andrómeda antes de mirar al cíclope—¿cómo te llamas? 

—¡Un angelito!—exclamó Tyson abrazando a Andrómeda con fuerza y levantándola del suelo—tú debes ser el angelito del que Percy siempre habla. 

Andrómeda abrazó a Tyson y Percy se sonrojó. 

—Soy Andrómeda, es un placer... 

—Tyson. 

—Tyson—dijo Andrómeda y Percy le indico a Tyson que la bajara. 

—Ella es muy bonita, Percy—dijo Tyson—y amable, justo como dijiste. 

—Tyson — dijo Percy revisando las manos del Cíclope —no tienes las manos quemadas. 

—Claro que no—dijo Annabeth entre dientes — me sorprende que los lestrigones hayan atacado estando él. 

𝗣𝗢𝗪𝗘𝗥 𝗢𝗩𝗘𝗥 𝗠𝗘 | 𝗣𝗝𝗢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora