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Andrómeda podía decir con seguridad que su vida le gustaba. Ir a la escuela, entrenar con su abuelo, la magia, la luna llena, hablar con Percy por teléfono durante horas los fines de semana.
Incluso su padre parecía aliviado al saber que ahora que Andrómeda era diferente a todos los demás tenía seguridad. Se lo hacía saber cuando hablan por teléfono.
—El Sur se fundó hace cien años — informó la profesora Milisandre, estaban en un claro del bosque y lo que más llamaba la atención era el cristal de al menos unos treinta centímetros de color negro, rodeado por un aura plateada que soltaba ondas.
Andrómeda disfrutó del aire libre.
—Seis Familias de lobos sangre pura y tres familias de brujas poderosas lo fundaron, de los lobos solo quedan cuatro y de brujas dos. Tuvimos perdidas por aquellos que hasta la fecha nos siguen cazando. Por eso las últimas dos familias de brujas crearon el cristal, lo que nos mantiene a salvo, lo que evita la extinción del Sur. Lo que alimenta la barrera.
Andrómeda se levantó con rapidez cuando la clase se dio por terminada, podía gustarle mucho su nueva vida, pero ella seguía siendo el legado de uno de los cazadores más despiadados.
Aunque a Andrómeda le doliera aceptarlo, su padre había acabado con muchas familias, familias del sur.
—El cristal se hizo con magia negra— dijo Lizzie tomando el brazo de Andrómeda mientras seguían el camino de regreso — tiene la magia de tantas generaciones, seremos las siguientes.
Le informo con emoción a Andrómeda, al cumplir los dieciocho las brujas del sur le daba energía al cristal como un ritual.
—No me digas que no te emociona, Andrómeda—susurro Sofía con una sonrisa—las Benet no han podido darle magia al cristal desde tu abuela, tu tía Alisha no pudo.
—Era una asesina—dijo Denna atrás de ellas con sonora — igual que tu padre Andrómeda, el híbrido, destructor de mundos y de familias.
Andrómeda tomó aire mientras tocaba el collar que había pertenecido a su tía. Debía calmarse y no caer en provocaciones.
—A los dieciocho te volverás loca, no soportarás la magia, tu igual Lizzie.
—¿De que hablas? — preguntó Lizzie con brusquedad.
—A ustedes no se lo han dicho, pero mi madre me lo dijo porque seré la próxima suprema, la líder del aquelarre.
Sofía intentó intervenir, pero Lizzie dio un paso al frente.
—En tus sueños—gruñó — y en todo caso de que el aquelarre votara, Andrómeda sería la siguiente, ella es más poderosa que todo el aquelarre junto.
Andrómeda tomó el brazo de Lizzie y la hizo retroceder.
