Uno de los días más importantes en la vida de Asher había sido aquella tarde. Había perdido dos años de su vida intentando encontrar el momento perfecto para invitar a salir a Liv, y no lo había logrado, algo se interponía entre él y su valentía para abrir la boca y pronunciar las sencillas palabras de "¿te gustaría tener una cita conmigo?" simplemente no lo conseguía.
Estaban a dos meses de terminar la secundaria. A dos meses de acabar el octavo curso y finalmente pasar a la preparatoria en donde los últimos cuatro años de su educación en la Academia Collingwood los esperaban, y después de eso, no tenía idea de lo que la vida le depararía. Aún no sabía qué quería estudiar en la universidad y tampoco parecía muy interesado en descubrirlo en aquel momento. En su cabeza solo había un reto, y era el de decirle de una vez por todas a Liv lo que sentía por ella.
Asher estaba en casa de Liv aquella tarde mirando una película cuando el miedo lo invadió. Ella se levantó del enorme sofá en donde se encontraban para ir rápido a la cocina por más palomitas, y fue cuando se quedó completamente solo en aquel cine privado y oscuro que tuvo que poner en marcha su cerebro para idear la táctica perfecta.
Estaban solos, sus padres no estaban en casa pero eso nunca había sido un problema para Barton y Phoebe, confiaban en Asher y él no iba a quebrantar esa confianza por nada del mundo, aunque ni siquiera podía hablar de temas románticos con Liv sin trabarse a media palabra, por eso estaba seguro de que sus padres no tenían absolutamente nada de que temer con él.
Siempre le había gustado esa habitación en la casa de Liv.
Unos minutos más tarde, ella apareció con otro bowl de palomitas y una gaseosa en sus manos.
Estaban viendo una de esas películas navideñas románticas de Hallmark que tanto le gustaban a ella, y eso hacía que su corazón se acelerara, no precisamente por la película, sino por el anhelo que había en los ojos de Liv al mirar la pantalla gigante frente a ellos.
Asher recién había cumplido quince años, y aunque a Liv aún le faltaban siete meses para cumplirlos, era bastante obvio que ambos chicos habían crecido mucho, y ya no eran los niños de cinco años que jugaban en el jardín. Aunque aún solían desparramarse en el césped a mirar las estrellas de vez en cuando.
Asher sintió su cuerpo temblar cuando la cabeza de Liv se colocó sobre su hombro y ella se acomodó a su lado prácticamente abrazándolo.
Tenía que hacerlo, tenía que lanzarse con todo lo que tenía y esperar que el golpe al final de la caída no fuese mortal.
Pero antes de poder siquiera abrir la boca, notó que la mano de Liv comenzaba a subir por su estómago, paralizando a Asher por completo.
𑁋 ¿Q-qué estás... haciendo? 𑁋preguntó volteando su mirada para encontrarse con aquello ojos que lo volvían loco desde siempre.
La mano de Liv estaba sobre su pecho, y éste latía a mil por hora, completamente desenfrenado.
𑁋Te late muy rápido el corazón 𑁋puntualizó Liv, elevando su mano libre hasta la mejilla de Asher.
Estaba a dos segundos de morir ahí mismo, todo su cuerpo temblaba y lo único que quería era besarla. Se moría de ganas de besar a Liv desde hacía años, y no estaba del todo seguro de poder controlarse por mucho tiempo si seguía mirándolo de aquella forma.
𑁋Late por ti 𑁋dijo con algo de miedo en su tono de voz 𑁋. Siempre ha latido solo por ti.
Liv sonrió levemente y acarició la mejilla de Asher de forma delicada.
𑁋Necesito preguntarte algo, pero quiero que seas completamente honesto conmigo 𑁋le pidió Liv aún acariciando su mejilla.
𑁋Por supuesto, dime.
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Asher, Schlesinger Extras
RomanceAsher había vivido toda su vida entre niñeras, guardaespaldas y enormes hogares desolados, más de una navidad la había pasado solo en su habitación o jugando con algún miembro del personal. Sabía lo que significaba ser el único hijo de sus padres, y...