Para cuando nos mudamos a Connecticut el divorcio de Liv y Axel se había hecho público.
Fue un caos al principio, mantener a la prensa a raya y alejada de nuestra casa fue difícil pero gracias a los padres de Liv que nos ayudaron con la contratación de un equipo de seguridad logramos mantenernos estables y a salvo. Muchas fanáticas de Axel comenzaron a amenazar a Liv en todas partes, en redes sociales e incluso en su trabajo. Había logrado mantener su trabajo en el Estudio Americano de Música y se encontraba en un contrato con opción de teletrabajo por lo que no fue un problema la mudanza, incluso se veía mucho más feliz de poder estar en casa con Emi y trabajando en sus mezclas.
En mi caso, podía trabajar desde donde quisiera, y Arden Motors era todo un éxito. La primera colección salió bajo el nombre de "autos de lujo exclusivos" pues habían pocas unidades en el mundo, y la industria los recibió de la mejor manera. Tuvimos una venta total de las unidades que se habían fabricado y se había abierto una agenda para recepción de pedidos especiales, y uno de mis mejores clientes era nada más y nada menos que Gary Kravitova, el mismísimo príncipe heredero de Fendovia que tenía años sin ver. Por supuesto que un miembro de una de las tantas familias reales de Europa se pasee por ahí con uno de tus vehículos era la mejor publicidad que pude haber pedido, y fue solo cuestión de días para que los clientes llovieran.
Abrimos el primer concesionario en Beverly Hills, y podía decir que aunque aun éramos una empresa nueva, estábamos a la altura de muchas marcas consolidadas.
Por lo que, por supuesto, mi familia y yo teníamos que dar el ejemplo.
Recuerdo perfectamente el día en que llevé el auto de Liv y el mío a casa. Era el diseño que había hecho para ella con unas leves modificaciones, era una versión única en el mundo, y era el SUV mejor equipado que una madre primeriza/productora musical podría desear.
—Es perfecto, lo amo, es increíble, gracias —me dijo dando saltitos por toda la entrada de la propiedad que habíamos obtenido cuando nos mudamos a Greenwich.
Incluso la silla de Emi era hecha a la medida. Tenía un sistema que se podía modificar conforme ella iba creciendo y se iba acoplando a su cuerpo.
Teníamos una vida privilegiada y no podíamos quejarnos, todo marchaba perfectamente bien y las cosas parecían finalmente ponerse en su lugar, de no ser porque los paparazzis no parecían detenerse nunca.
—Hicieron un maldito reportaje sobre Emilie, ¿puedes creerlo? ¿qué no tienen nada mejor que hacer?
Liv estaba molesta, mucho, un sitio de chismes había escrito un articulo sobre los niños más ricos del mundo, y Emilie figuraba en la lista, de hecho era la número cuatro en una lista de quince niños de todo el mundo, algunos o más bien, la mayoría, eran niños de la realeza, lo cual me dio bastante curiosidad.
— ¿Qué están diciendo? —le pregunté quitándole el teléfono de la mano leyendo el artículo completo.
Esta es la lista oficial de los 15 niños más ricos del mundo, y, aunque la mayoría aún necesita ayuda para ir al baño, son los futuros herederos de las fortunas más grandes del planeta.
En la posición número quince tenemos a Tabita Rodrizen. La pequeña Tabita es la única hija y heredera del alemán Robert Rodrizen, el director de la casa de moda Cecil. La pequeña de ocho años de edad ya suma una fortuna de doscientos millones de dólares a su nombre.
—Creo que yo tuve más dinero a esas edad a mi nombre y nunca vi que me hicieran un artículo —dije ganándome un codazo de Liv.
—No es gracioso, no me gusta que se anda publicando por ahí cuanto dinero tiene o no mi hija en una cuenta, es más ni siquiera se si verdaderamente tiene las cantidades que dicen ahí.
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Asher, Schlesinger Extras
RomanceAsher había vivido toda su vida entre niñeras, guardaespaldas y enormes hogares desolados, más de una navidad la había pasado solo en su habitación o jugando con algún miembro del personal. Sabía lo que significaba ser el único hijo de sus padres, y...