CORAZONES ROTOS

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Las clases estaban a punto de terminar, aún nos quedaban unas tres semanas antes de salir a vacaciones de navidad y las palabras de mi padre no dejaban de atormentarme día y noche.

Le había dicho que me diera más tiempo para darle una respuesta, me dijo que tenia una semana, y de eso ya habían pasado tres días...

No quería darle una respuesta porque no sabía que demonios decirle... era demasiado estresante llegar a casa y escuchar su "¿ya te decidiste? puedo llevarte a la joyería y escogemos un anillo perfecto" me estaba volviendo loco.

— ¿Qué demonios te está pasando? —la voz de Shawn reventó la burbuja de mis pensamientos.

— ¿Qué cosa? —le pregunté regresando a la realidad.

—Eso precisamente, estás en otro planeta desde el lunes. ¿Qué te ocurre? Parece que te han sentenciado a muerte.

—Algo así...

Shawn mi miró sin comprender que era lo que decía y mi respuesta fue solo suspirar vencido. Además de Liv, Shawn era la persona en la que más confiaba en el mundo, tal vez él podia saber qué hacer en aquella situación.

Cuando salimos de clase le dije que se quedara en mi auto un rato para poder conversar tranquilos.

—Entonces, ¿tu padre quiere que te cases con Liv para poder quitarle dinero a los Schlesinger?

—Algo así, aunque no directamente, quiere que me vuelva su seguro de vida... si algo malo llega a suceder con la estúpida inversión que ha hecho, entonces yo saldría al rescate. Dice que los Schlesinger no me negarían nada, ni siquiera pedirles unos cuantos miles de millones.

Shawn se cruzó de brazos y resopló.

—Amigo, esto no es bueno.

—Nunca pensé que lo fuese.

—Y, ¿qué harás? Le pedirás matrimonio a Liv?

—No, ¿estás loco?

Se que eso sonó mal, y no solo por la mirada confundida que me lanzó Shawn, sino porque estaba consciente de que había sonado horrible.

—No me hagas esa cara... pues sí, si espero casarme con ella pero no ahora, ¿cómo demonios me casaría con ella en este momento? Ni siquiera hemos terminado la escuela, nos falta un año antes de siquiera poder considerarnos adultos y la conozco demasiado bien y me dirá que no es una buena idea. Me dirá que no, que estoy loco de remate y que deje de hacerle esas bromas.

—Bueno en eso si tienes razón, es una locura, lo que no entiendo es ¿por qué tu padre quiere que te cases específicamente? Es decir, no estamos en el siglo 14.

— ¡Eso fue lo que le dije! Pero está loco y no sé que más hacer. Me dijo que si no se lo propongo a Liv, él me encontrará a alguien más, alguien que si colabore a la causa y no se niegue a nada. ¿Entiendes? ¡Estoy en medio de un matrimonio arreglado, Shawn!

Shawn palmeó mi hombro antes de suspirar sonoramente.

—Amigo, lo mejor que puedes hacer es contarle a Liv la verdad. Dile lo que tu padre planea hacer, y entre los dos podrán idear un plan.

Levanté mi cabeza del volante y lo observé con el ceño fruncido.

— ¿Qué acabas de decir?

—Pues, que le digas a Liv.

— ¿Acaso has perdido la razón? ¿Me estás sugiriendo que le diga a mi novia que se case conmigo porque mi padre planea estafar a su familia? ¿Cómo crees que saldría eso, Shawn? No duraríamos ni dos segundos antes de que todo el equipo de su madre nos caiga encima. Sabes que los Schlesinger son más poderosos que el mismísimo presidente, en el momento en que le diga a Liv que mi padre planea quitarle el dinero a su familia me quemará vivo, no solo por él, sino por siquiera considerar la idea. Jamás le haría eso, ni a ella ni a su familia, prácticamente me han adoptado desde los cinco años, me consideran parte de ellos, ¿como crees que me sentiría si se enteran de esto?

Asher, Schlesinger ExtrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora