『 𝑶𝒍𝒐𝒓 𝒂 𝑺𝒂𝒏𝒈𝒓𝒆 』

Capítulo XIII: Reconciliación

Caminaba lento mientras parecía repensar todo lo que pasó hace unos momentos. Los vampiros han existido hace mucho tiempo, él se consideraba solo uno más. Seres que obtienen un poco de poder sobre la vida, algunos prefieren morir y otros alargan su vida hasta ser casi inmortales, sin embargo, mientras más años tengas, menos oportunidad de renacer tendrás: la energía vital de cada alma debe tener tiempo suficiente para poder recomponerse. 

Él por su parte, ha vivido un promedio de cien o doscientos años, no mucho para lo que tiene por vivir. Suponía que en sus vidas anteriores decidió simplemente morir, no sabe por qué, pero prefería pensar que había una justificación razonable. 

Al ser un vampiro puro poseía una resistencia mayor al de los convertidos, pero no era una gran diferencia según él, excepto que su parte animal se escondía por completo en su interior, básicamente por métodos de supervivencia. Su parte animal no solía hacerse presente, no tenía y no debía...entonces...¿por qué reaccionó tanto con la cercanía del pequeño omega?

Los vampiros no eran seres muertos como todo el mundo lo pintaba, eran personas como cualquier otra...solo que con algunas diferencias...eran un tipo de superhombres...que se alimentaban de sangre y tenían mucha fuerza...algo demasiado ficticio y fantasioso si se lo preguntan. 

En conclusión, su respiración no se debería acelerar, sus manos no tendrían que sudar, su corazón no tendría que latir de más, y por último, su interior no tendría que removerse de esa manera. Pero, aquel sentimiento era tan adictivo. Podría simplemente ir con aquel chico y tenerlo a su lado para que alterase su ser como se le diera la gana...

"¿Qué diablos estoy pensando?"

Siguió caminando y al mirar alrededor pudo notar las extrañas marcas de las casas, no era familiar, todo era extraño...se había perdido...

"¡Genial! Lo último que me faltaba"

Suspiró con pesadez. Tantos pensamientos y sentimientos...lo que menos necesitaba era perderse.

"Ni siquiera sé a dónde me dirigo en realidad. Debería buscar a Jungkook. Posiblemente Namjoon sepa dónde está, pero no sé dónde se metió ese vampiro"

Ahh...todo era un caos en su mente ahora.

Esperen, son horas de la mañana aún, Jungkook debería estar en clases. Trató de recuperar su sentido de la orientación y no hacer algo estúpido como "si la tierra es redonda entonces debo caminar derecho y regresaré a donde estuve".

Tras unos minutos llego a la conclusión de que solo debía retroceder dos cuadras, su orgullo dolió al haberse preocupado de más. Sin más, se alejó de lo desconocido caminando hacia la universidad. Cada parte del pavimento estaba abarrotado de personas, cada una viviendo su vida, cada una despreocupándose del resto, cada una con una indiferencia hacia todo.

"Cada vez veo más humanos y menos humanidad" pensó aleatoriamente.

-¡Hey! ¡Alto ahí soldado! -le reprendió una voz conocida.

Estaba a uno metros de la puerta de entrada; por la cual ingresaba el chico de cabellos rosados, con quién hablaba hace unas horas, este no parecía especialmente inquieto, es más, tenía el mismo semblante de siempre. A Yoongi se le hizo raro, el chico le resultaba extraño en verdad.

Sus ojos captaron los grises contrarios y a otro ser bastante llamativo a su costado: Namjoon y Hoseok.

-¿Qué sucede? -cuestionó confundido.

-Si vas a hablar con Jungkook, me dijo que te espera en casa al anochecer -informó Hoseok.

-Eso es demasiado, voy a convencerlo de que hable conmigo -soltó decidido.