Capítulo III: Visita

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El autobús se estacionó en el paradero, bajó y caminó unas cuantas calles más llegando a su destino. La gran puerta marrón esperaba ser tocada y eso hizo. Sus tíos efectivamente tenían los recursos para solventar esa gran casa de la que sentía envidia cuando era pequeño. Con el tiempo había aprendido que sus padres no querían una gran casa, a pesar de que podían tenerla si quisieran, pues tenían una lo suficientemente bonita y cómoda. Sus padres eran un tanto ... bastante ahorradores.

Después de un momento, un rostro familiar le recibió. Kim Wei, una mujer de cabellos rubios, como los propios de manera natural. Su tía, siempre tan alegre y sonriente, ahora estaba con ojeras y cabellos alborotados.

-Tía- soltó Jimin con los ojos
entrecerrados. Realmente su tía estaba mal.

- Yo ...

-Pasa pequeño, me alegra que vinieras- sonrió la alfa sorbiendo su nariz- Taehyungie está en su cuarto, pasa- Jimin entró junto a la mujer a la bonita casa con áreas verdes.

Al llegar saludó a su tío, el omega no se veía realmente mejor que su esposa. Jimin sintió su pecho doler, sabía que sus tíos no habían dormido en días, así eran ellos. Luego de abrazar a Kim Hyun, se dirigió silenciosamente a la cocina. Calentó agua e hizo té suave con canela. Tomó dos pastillas del botiquín que tenían sus tíos, había pasado la mitad de su vida en esa casa, por ello la conocía de pies a cabeza. Fue con sus tíos sentados en el sillón y les ofreció sus bebidas tibias junto a la pastilla para dormir.

Ambos en silencio lo hicieron, evitando la pequeña discusión que tendría lugar en su sala si es que se negaban a lo que su sobrino les brindaba.

Normalmente era así cuando Jimin iba a casa, si bien es cierto que Taehyung no estaba completamente en peligro, su lobo sí, por lo que él sufriría también. Después de dejar descansando a sus segundos padres, subió a la habitación de su mejor amigo, hermano y primo.
-Tae...-se asomó por la puerta. El chico estaba sentado en su cama con una tableta y un lápiz digital. Se sentó junto a él.

- Al parecer lo bueno viene en la sangre- Bromeó, pues ambos siempre fueron buenos dibujando.

-Esto realmente me distrae -sonrió Taehyung suave, estaba con ojeras y un aspecto cansado.

De un momento a otro, abrazó a su amigo. Sentía su corazón doler tanto, su primo estaba en tal estado, sin poder disfrutar de lo que ahora él disfruta, desde que se presentó, todo cambió.

-Minnie, ya no quiero estar así -Sollozó el pelinegro deshaciéndose del abrazo- Ni siquiera puedo ver a mis padres, quiero consolarlos, pero cada vez que me ven solo lloran más. Si mi alfa se quiere ir, entonces que se vaya- sollozó de nuevo- Pero no quiero que sigan llorando todos- miró a su primo con ojos rojos.

-Está bien Tete, todo saldrá mejor, ya verás -le abrazó nuevamente viendo al pelinegro asentir.

Taehyung simplemente se acostumbró a aquellas palabras.

-Escondiste nuevamente tu aroma- reclamó el alfa- no me gusta. Tu aroma es fuerte e intenso, me calma mucho.

-Sabes que a todos le incomoda y se les hace muy extraño -puchereó Jimin.

-¡La gente es tonta! -gritó el alfa con una pequeña sonrisa- Minnie ¿cómo está SeokJin hyung? -cuestionó el pelinegro.

-Hoy conocimos a un chico de tercer año, Jin quería ser su amigo porque interpretó su guion de excelente manera. Así que, no sé cómo, pero domó al imponente hermano mayor y terminamos en una cafetería- contó Jimin- Te manda saludos. Y...tenemos un nuevo amigo, tal vez lo traiga mañana, de seguro estaremos juntos- sonrió mientras sacaba algunos lienzos en blanco de su mochila.

『 𝑶𝒍𝒐𝒓 𝒂 𝑺𝒂𝒏𝒈𝒓𝒆 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora