Quinze

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— ¿Estas molesto por que vuelvo a casa?

Jungkook todavía no lo comprendía y quería hacerlo. Por eso siguió a Taehyung cuando él le dio la espalda y molesto salió de la cabaña en dirección al interior de bosque como si quisiera marcharse con su repentino enojo, como si quisiera esconderlo antes de que se hiciera peor.

Esa pregunta lo hizo apretar los puños. ¿Cómo el que volviera a casa le iba a molestar? Lo que lo hacia, era lo que lo esperaba en casa. 

— Tu padre te hace mal, ¿Acaso no lo ves?

Esa llamada que Jungkook había recibido, los gritos que Taehyung había llegado a oír sin intención hacían que su pecho ardiera y sus dientes dolieran al apretarlos. Se sentía tan enfurecido por el maltrato que le daban a su pequeño que en cualquier momento, sentía que iba a estallar.

— Sí, lo veo, Tae. Pero... Es mi papá.

Como Jungkook siempre lo hacía, encontró esa serenidad que debía devolverle. Taehyung sintió cada uno de sus músculos liberar tensión cuando vio su insegura mirada brillar.

Claro que lo hacía, ¿Cómo no ver ese maltrato del que siempre había deseado escapar?

Taehyung se sintió una y mil veces culpable de ese mar en sus ojos y su corazón dolió. Arrepentido de haber intentado arreglar las cosas huyendo como solía hacerlo corrió a sus brazos y Jungkook lo recibió como siempre, pellizcándose el labio para contener sus lágrimas en uno de esos momentos que sabía que debía ser fuerte. Lo escucho, más de cien veces como Taehyung le susurro sobre su pecho lo mucho que lo sentía y Jungkook solo podía sentir más decepción por ese hombre que le había dado la vida, y también se había apropiado de ella. 

Sea donde fuere que estuviese debía regresar a casa, eso es lo que su papá le había dicho con esa llamada que Taehyung había oído y que cuanto más tardara peor sería el castigo. Pero Jungkook no podía solo irse y dejar solo a Taehyung después de haber sido quien lo dejó en un estado tan malo y no le importaba cual fuera el castigo físico para él si el emocional era la carga de dejar triste a su ángel.

Por eso lo llevó adentro de nuevo, le dio unos pañuelos e intento usar una de las cosas en las que era él mejor para distraerlo:

— ¿Tu siempre viviste solo?

Su curiosidad.

Taehyung absorbió por la nariz al oírlo y soltó una pequeña risilla, intentando ocultar que no estaba sintiéndose miserable.

— Por supuesto que no, ¿Qué niño puede sobrevivir solo en un lugar así?

— ¿Y por que lo estas ahora?

— Porque así lo quise.

Con una sonrisa forzada, Taehyung se deshizo de los pañuelos usados enseñando su nariz un tanto roja. Jungkook no dijo nada y lo siguió cuando cabeceo hacia la puerta y de nuevo deseo ir afuera, queriendo la fresca brisa del bosque para calmar ese corazón que aún dolía y, ahora con los recuerdos que le trajo esa pregunta dolía un poco más.

— Verás... Mi familia siempre tuvo miedo de mí. — Se acongojó. — Todos, incluso mi madre.

Jungkook camino a su lado cuando Taehyung se dejo llevar por el camino que sus pies crearon, y se maldijo interiormente porque su intento de mejorar las cosas solo lo había empeorado todo. Que torpe era.

— La única que nunca me tuvo miedo fue mi abuela, quien me enseño todo lo que sé y me hizo ser lo que soy.

Esta vez, la sonrisa de Taehyung fue sincera al recordar a esa mujer. Jungkook miró sus pies y pensó en otra manera de alivianar su corazón dolido, pero le fue difícil con el pensamiento de cuan solo está Taehyung a menudo.

— ¿No te sientes triste por estar solo todo el tiempo, Hyung? — Siguió con su curiosidad.

Taehyung ladeo la cabeza y pensó.

— A veces... — Confesó. — Pero, ella siempre me acompaña, no lo olvides.

Le señaló ese delicado diadema que llevaba en su cabeza y Jungkook sonrió ligeramente, asintiendo.

— A veces lloro, me hace bien. — Añadió, encogiéndose de hombros. — Pero la vida sigue y no me puedo deprimir siempre por...

Se detuvo. Jungkook también lo hizo y se sintió confundido al verlo ojearse a si mismo.

— Por ser esto.

— ¿"Esto"? — Arrugo el entrecejo. — ¿Por que lo dices como si fueras la cosa más horrible del mundo siendo el ángel más hermoso que hay?

Se acercó, sin comprender esa expresión en su rostro que mostraba un cierto disgusto.

— ¿Cómo creerlo si en mi interior... Hay un asesino?

Avergonzado, Taehyung de nuevo quiso darle la espalda y huir, pero Jungkook era tan persistente que eran como polos opuestos perfectos.

— Deja de hacer eso. — Pidió cuando atrapó su muñeca, sin dejarlo irse. — Cada vez que me das la espalda siento que vas a desaparecer y te voy a tener que buscar de nuevo.

Recordó esa primera vez, o más bien "Primeras", en las que casi removió cielo y tierra por encontrarlo. Taehyung también lo recordó, como se había arriesgado y había vuelto por él porque no quería ser lo que todos creían que sería.

— Si quisiera esconderme de ti ya lo habría hecho, y nunca me habrías encontrado.

Jungkook se sintió casi golpeado por esa mirada que le dio por el rabillo del ojo, casi como si lo desafiara.

— Eso no es cierto.

Ofendido, Jungkook lo atrajo hacia el para que le diera el frente a esa pequeña discusión que había iniciado.

— Soy bueno encontrando, como Sherlock Holmes. Solo que coreano.

Hizo una pequeña mueca obvia. Taehyung sintió ternura por ella y en su interior, rio.

— Aparte... Tengo muchos lugares en mente en donde Kim Taehyung podría intentar esconderse y lo iría a buscar sin importar qué.

— ¿Ah, si? ¿Cómo donde?

Rodeo su cuello con sus brazos, interesado.

— Uhm... — Se hizo el misterioso, exagerando una mueca pensativa. — Paris France, la ville de l'amour.

Y con eso fue suficiente para conseguirlo.

Kim Taehyung al fin volvió a reír por una de sus ocurrencias. Ese acento exagerado lo venció y más, el hecho de que Jungkook siempre sabría donde encontrarlo y siempre, estaría dispuesto a buscarlo. 

 

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⌱ Lágrima de Tigre. |  𝑱. 𝑱𝒌 • 𝑲. 𝑻𝒉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora